EVANGELIO
Id al mundo entero y proclamad el Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-18
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo:
-«ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado.
A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.»
Palabra del Señor.
Las señales.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)
La fe en Jesús, pasa por el anuncio de la fe de las personas que dan testimonio de Él. Es una preparación del corazón para recibir a Jesús. Es necesario un corazón abierto y no endurecerlo. El don de la fe es dado a todos. No es común que se dé el don de la fe a los dos esposos por igual ¿Cómo lo administramos? Es importante la coherencia del anuncio con las obras. Muchos hijos (por lo general) no han creído por la falta de coherencia de sus padres y de infidelidad a su vocación de ser uno.
Jesús envía a sus apóstoles a proclamar la buena noticia. A los que crean les acompañarán ciertos signos. San Juan Pablo II nos dice en sus catequesis que “en cada una de estas uniones (entre los esposos) se renueva, en cierto modo, el misterio de la creación en toda su profundidad originaria y fuerza vital.” Impresionante!. Se renueva el misterio de la creación!! Quiere parecerse al modo en que se renueva en la Eucaristía el misterio de la salvación. A los que creamos que nuestra unión conyugal tiene esa fuerza y decidamos vivirla con esa profundidad, nos acompañarán ciertos signos en el matrimonio (Las señales):
– Expulsar demonios: es luchar contra el poder del mal que mata la vida como tentaciones, perezas, distracciones, egoísmos, pecados graves… Hay muchos matrimonios y familias que sus vidas cambian, pasa a ser mejor por haber empezado a vivir la buena nueva de la presencia de Dios en su vida y de tener a Cristo como cabeza y centro de su familia.
– Hablar lenguas nuevas: es comenzar a comunicarse con su esposo, hijos de forma nueva, el lenguaje del amor. Eso se nota en todo, en la manera de dirigirse a…sin gritos, con paciencia, comprensión…
– Vencer el veneno: hay muchas cosas que envenenan la convivencia como los celos, lucha de poderes.. También en el exterior de nuestro hogar, como las críticas, injurias, magnificar sucesos… Quien vive la presencia de Dios, vive por encima de todo esto simplificando y dando importancia a lo que lo tiene: que venza el amor y consigue que éste veneno terrible no moleste y hiera terminando por matar.
– Curar a los enfermos: el que ha sido su corazón sanado por Jesús, sabe dar de la misma medicina a quien la quiera acoger y creer, entonces también es sanado.
Porque nuestra unión conyugal, resultado de la unión de nuestros cuerpos, nuestros corazones y nuestras almas en la oración, tendrá la “fuerza vital” del principio: Será más fuerte que la muerte.
Alabad al Señor, todas las naciones, aclamadlo, todos los pueblos.