EVANGELIO
Satanás está perdido
Lectura del santo evangelio según san Marcos 3, 22-30
En aquel tiempo, los escribas que habían bajado de Jerusalén decían:
-«Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios.»
Él los invitó a acercarse y les puso estas parábolas:
-« ¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino en guerra civil no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra si mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa.
Creedme, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre. »
Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.
Palabra del Señor.
La Verdad nos une.
Dios echa los demonios sutilmente. Así actúa Él en nuestras vidas. A veces hay que estar atento para verle y reconocerle en la vida.
Los espacios en nuestro interior no se quedan vacíos. Si no nos ocupamos de llenar nuestro matrimonio de Dios y de amor, del Espíritu Santo, entrará el demonio y lo destruirá poco a poco.
Como los escribas, a veces buscamos excusas para no ver la Verdad. A veces, no escuchamos las correcciones de nuestro/a esposo/a escudándonos en que él/ella también es pecador. Pero nos olvidamos de que Dios, sutilmente, a través de nuestro/a esposo/a quiere indicarnos el camino. Fue constituido administrador/a de la gracia para mí.
Una familia dividida no puede subsistir. Si los esposos no estamos unidos ¿Qué ocurrirá?. Tanto el esposo como la esposa, tienen su realidad, su manera de entender la vida. Si intentamos convencernos mutuamente por la fuerza, discutiendo, utilizamos las armas de Satanás. Y no podemos extirpar las cosas de Satanás con las armas de Satanás, porque él no se va a hacer la guerra civil.
Para vencer a Satanás, primero hay que atarlo. ¿Cómo? con el dominio de sí. Dominando nuestra ira, nuestras pasiones, egoísmos… Como dice San Juan Pablo II (Catequesis 16 de enero de 1980):
‘Entendemos aquí la libertad sobre todo como dominio de sí mismos (autodominio). Bajo este aspecto, esa libertad es indispensable para que el hombre pueda «darse a sí mismo», para que pueda convertirse en don, para que (refiriéndonos a las palabras del Concilio) pueda «encontrar su propia plenitud» a través de «un don sincero de sí».’
La única arma para ayudarnos mutuamente es el amor, el don sincero de sí. Está tu verdad, mi verdad y la Verdad. Si ambos nos unimos a leer la Palabra y acudimos a los Sacramentos, poco a poco, nuestra verdad se irá convirtiendo en la Verdad, y en ella coincidiremos, y seremos uno. Un solo espíritu en el Espíritu.
Oramos por el sínodo de la familia:
http://proyectoamorconyugal.wordpress.com/2014/09/30/oracion-a-la-santa-familia/
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