EVANGELIO
Tiene que ser elevado el Hijo del Hombre.
Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 13-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
«Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.
Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito para que todo el que cree en él no perezca, sino que tengan vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios».
Palabra del Señor.
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Garantía de Tu amor.
En su día, no se entendería que Cristo fuese crucificado, pero ahora… ¿Qué sería de mí si Él no hubiera muerto por mí? No solamente por mi salvación, sino porque ¿Cómo iba a creer yo en el amor de Dios? Realmente, tanto amó Dios al mundo que entregó a su Unigénito. Sé lo que me ama porque se entregó por mí. Su sacrificio da veracidad a su amor hasta el extremo.
Y es que, el amor se demuestra así. Entregando la vida. ¿Le demuestro yo mi amor a mi esposo? ¿Qué garantías le doy de que le amo?
Es en los momentos en los que me entrego por ti, en los que sufro por ti, en los que renuncio a todo incluso a mi honra por ti, cuando puedo demostrarte que te amo de verdad, esposo/a mío/a.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Andrés: ¿Que por qué sé que me amas? Porque el otro día te juzgué injustamente y no juzgaste mi comportamiento, sino que me respondiste con comprensión y con cariño. Por todas esas veces que renuncias a lo mejor para dármelo a mí. Por todos esos sacrificios por amar a mi familia cuando ellos no te aceptan tal como eres. Porque me has entregado tu vida, tu pasado, tu presente y tu futuro. Porque renuncias a muchos planes, caprichos y gustos por mí. Por tanta entrega… Todo esto me hace estar seguro de tu amor por mí.
Laura: Yo tampoco tengo dudas de tu amor por mí. Por tantas veces que escuchas mis penas con paciencia y con cariño. Por tantos detalles para evitarme trabajo, porque te veo disfrutar cuando descanso o estoy a gusto y te veo incómodo cuando no me ves alegre. Porque te veo dispuesto a hacer lo que haga falta por mi santidad. Porque te adaptas a mis ritmos… Porque me has entregado tu pasado, tu presente y tu futuro. Por todo esto y mucho más, estoy segura de tu amor.
Madre,
El mayor amor es el de aquel que da la vida por sus amigos. Sólo uno ha dado su vida por mí, y ese ha sido Jesucristo. Ahora tengo claro que nada me separará de Su amor. Alabado sea por siempre.