EVANGELIO
Te seguiré adondequiera que vayas.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 57-62
En aquel tiempo, mientras Jesús y sus discípulos iban de camino, le dijo uno:
«Te seguiré adondequiera que vayas».
Jesús le respondió:
«Las zorras tienen madriguera, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».
A otro le dijo:
«Sígueme».
Él respondió:
«Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre».
Le contestó:
«Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios».
Otro le dijo:
«Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa».
Jesús le contestó:
«Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios».
Palabra del Señor.
AVISOS:
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Experiencias sin respuesta.
Madre, después de todas las gracias que has derramado sobre nosotros, con el corazón esponjado y el espíritu alargando una mano invisible hasta casi tocar el cielo, estamos decididos a entregarnos a Tu servicio, para seguir a Cristo sin mirar atrás y sin dilación. ¿Puede haber un Proyecto más hermoso?
Madre, dame lo que necesito y pídeme lo que quieras (san Agustín).
Aterrizado a la vida matrimonial:
Paco: Yo he tenido una experiencia muy fuerte del Señor en la hora Santa. Ese recogimiento, el silencio, la música melodiosa… Y en alto, sobre el altar, iluminado, el Cuerpo Eucarístico de Cristo. Una experiencia impresionante de unión con Él.
Miriam: Para mí, el momento del Viacrucis del matrimonio, me ha hecho vivir una experiencia muy profunda de conversión.
Marcos (esposo de Miriam): Yo vuelvo nuevo. Estoy como flotando.
Raúl: A mí, me ha tocado el corazón las experiencias que han vivido los de mi alrededor.
Mercedes: A mí, el momento del perdón con mi esposo. Una experiencia de sinceridad e intimidad, muy profunda.
Nuestra Madre: (Dirigido a todos) Mis queridos hijos, Os he llamado a mí, para que el Señor derrame muchas Gracias sobre vosotros. Pero ¿cómo le vais a responder? Os pido un compromiso concreto, para que yo pueda presentárselo al Padre, y que Él os lo bendiga y os envíe las fuerzas necesarias para hacerlo realidad. Si no respondéis a Su llamada ¿de qué sirven vuestras experiencias? Seréis mi consuelo.
Madre,
Gracias, bendita seas por siempre. Madre de los esposos, ruega por nosotros. Amén.