EVANGELIO
El que cumple la voluntad del Padre entrará en el reino de los cielos
Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 21. 24-27
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«No todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca.
Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.»
Palabra del Señor.
Esposos misericordiosos.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)
El Señor nos exhorta a escuchar sus palabras y cumplirlas. Él nos dice “sed misericordiosos como vuestro Padre celestial es misericordioso”. Hemos elegido estas palabras de Jesús porque el Papa ha proclamado este año (a partir del día de la Inmaculada) un Año Santo de la Misericordia. Qué mejor que ir poniéndonos por delante retos relacionados con la misericordia en nuestro matrimonio y familia.
No viene mal recordarlas y hacer algún comentario (hoy solo en las espirituales) para aplicación al matrimonio:
Las siete obras de misericordia espirituales
1.- Enseñar al que no sabe: Entre los esposos ambos tenemos cosas que enseñarnos y aprender del otro. Por eso somos ayuda adecuada el uno del otro.
2.- Dar buen consejo al que lo necesita: Pero para dar un buen consejo hacen falta dos cosas: a) Pedir permiso primero, si nos lo da, entonces lo haremos. b) Tomar el consejo de la palabra de Dios o del Magisterio, y no “fiarnos” mucho de nuestros criterios. O pedir consejo a nuestro director espiritual.
3.- Corregir al que yerra: Es importante que el error se refiera a una actitud o acción contraria al Evangelio y preferiblemente que yo no salga beneficiado de alguna manera, o será muy complicado de realizar bien la corrección. Esto lo hace bien el esposo cuya prioridad es que su cónyuge llegue al cielo, y se vale de la prudencia, el tacto, la cortesía… todas las armas del amor.
4.- Perdonar las injurias: Sin esta obra de misericordia el matrimonio se hace imposible. Es imprescindible perdonar muy pronto. Da igual si nos sentimos heridos aun. Perdonar es una obligación, porque Dios nos perdonó a nosotros primero y no tenemos derecho a negar el perdón. Para perdonar no hace falta que te sientas bien con tu esposo.
5.- Consolar al triste: Y no marginarlo… hay veces que nuestro esposo está triste y preferimos huir de esa situación “oscura” antes de implicarnos. Son momentos en los que el esposo nos necesita. Puede ser también que el esposo se sienta habitualmente triste por alguna situación que le tiene un poco “obsesionado”. No importa, cada vez es una buena ocasión para que se sienta acompañado.
6.- Sufrir con paciencia los defectos del prójimo: Qué gran oportunidad para practicar esta obra de misericordia entre esposos ¿no os parece?. Que poca paciencia tenemos muchas veces. Ofrecer este sufrimiento con paciencia da mucho fruto entre nosotros.
7.- Rogar a Dios por los vivos y difuntos: Pedir por nuestro esposo, ¡qué importante!. A veces nos corregimos mucho pero pedimos poco el uno por el otro. Es mucho más efectivo rezar por el esposo que corregirle a base de insistir e insistir. Mejor reza, reza, reza por él/ella. Recordemos que somos ministros de la gracia de Dios el uno del otro. También es importante rogar por los difuntos de la familia/amigos de mi esposo. Son también los nuestros.
Las siete obras de misericordia corporales (solo por mencionarlas)
1.- Visitar y cuidar a los enfermos.
2.- Dar de comer al hambriento.
3.- Dar de beber al sediento.
4.- Dar posada al peregrino.
5.- Vestir al desnudo.
6.- Redimir al cautivo.
7.- Enterrar a los muertos.
¡Hale! Ya tenemos tarea…
Oración:
Madre, danos la gracia de actuar con misericordia entre nosotros. Seremos buenos esposos, sólo si nos amamos como nuestro padre celestial. Él es ante todo Padre y sabe que sin Su ayuda no alcanzaremos Su gloria divina. Confíanos a sus brazos, Madre, para que eleve nuestro amor y lo haga Suyo, misericordioso. Amén.
Me ha ido muy bien leer el evangelio de las siete obras de misericordia espirituales. Amo a mi esposa mas que nada en el mundo, y sin embargo he descuidado algunos aspectos de misericordia. Espero a partir de hoy aplicarlo lo mejor que pueda, y para no descuidarme, voy a leer con frecuencia el texto. Solo espero que mi mejor esposa tenga misericordia de mi, me perdone, y ser el matrimonio más feliz del mundo.
Muchas gracias.
Aun, no me caso. Sin embargo quisiera practicar estas obras, Muchas veces no las hago, y me motiva saber que Dios las hizo por mi. Si el las ha hecho por nosotros que le hemos faltando tanto, porque no hacerlo por nuestro compañero que amamos , que es tan igual a mi, Amo a mi novio, y quisiera amarnos tanto como Dios nos ama a nosotros. Pero aveces caigo en la desesperación de no sufri con paciencia sus defectos.