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EVANGELIO
Vende todo lo que tiene y compra el campo.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13, 44-46
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra».
Palabra del Señor.
El tesoro en casa.
Una vez que se descubre el tesoro que supone vivir en Cristo, ya no se quiere otra cosa. Estos días estamos teniendo la oportunidad de trabajar en la casa de la Madre, la casa de Proyecto Amor Conyugal. Son trabajos sencillos como pintar, mover muebles, tirar cosas, limpiar, cocinar pensar en preparar lo mejor para el bien común de los que vengan llamados por la Madre… Hay pequeños momentos de tensión a veces, de desacuerdo, de echar de menos a muchos que no vienen a ayudar… Pero lo que realmente hay, es la maravilla de la convivencia de los que Ella ha elegido. Esa hora de adoración diaria, ese rosario entre la Virgen y la cruz entre la arboleda a cincuenta metros de la casa de María… Podríamos ver una casa en obras, pero no, en realidad vemos el tesoro: Al Señor, haciendo labores de carpintero a través de nosotros, construyendo la casa de María. ¡Alabado sea el Señor!
Aterrizado a la vida matrimonial:
Pedro: ¡Qué alegría poder acostarme cansado después de haber pasado todo el día al servicio de María!
Ana: Sí. A mí me está dando la oportunidad de trabajar en tareas sencillas que me ayudan a humillarme y ponerme en mi sitio, para que el Señor y la Virgen reinen en mi corazón y en esta casa.
Pedro: Te pido perdón por ese momento de desacuerdo en el que, en lugar de apoyar tus decisiones para darte gusto a ti y darle gloria a Dios, me he aferrado a mis criterios. Sólo quiero que tú estés feliz.
Ana: Yo he echado de menos a muchos que no vienen a ayudar, pero en lugar de criticarlos en mi corazón, he optado por pensar en que me la pena lo que se están perdiendo. Preparar la casa de María para grandes milagros.
Pedro: Gracias Madre por ser elegidos Tuyos.
Ana: Gracias Madre. No hay mejor manera de vivir parte de nuestras vacaciones de verano que aquí a Tus pies.
Madre,
Nos encanta estar en familia a Tus pies y en tu casa. Queremos poner mucho cariño para ponerte una casa digna de ti. Queremos poner mucho cariño para que sea una casa para acoger a esos hijos tuyos a los que Tú quieres llamar. Gracias bendita Madre.