EVANGELIO
Triste contemplaba y dolorosa miraba del Hijo amado la pena
Lectura del santo evangelio según san Juan 19, 25-27
En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.
Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre:
-«Mujer, ahí tienes a tu hijo.»
Luego, dijo al discípulo:
-«Ahí tienes a tu madre.»
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
Palabra del Señor.
El Proyecto de María.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)
Según la hermenéutica del don, para que el don se dé es necesario que alguien lo reciba. Cristo se dona en la cruz y era necesario que alguien estuviese allí para recoger ese don de amor plena y perfectamente. Ella es María, Madre de la Iglesia, que acoge perfectamente la entrega del Esposo y recibe su sacrificio como don de salvación para su Esposa la Iglesia a la que ella representa.
María fue corredentora con Jesús, por su sí a la Encarnación y porque a los pies de la Cruz, participa de la entrega de su Hijo al mundo. Así los esposos, uniendo nuestro sufrimiento a la Pasión de Cristo, somos también corredentores el uno del otro: (Los esposos) “al cumplir su misión conyugal y familiar, imbuidos del Espíritu de Cristo, que satura toda su vida de fe, esperanza y caridad, llegan cada vez más a su propia perfección y a su mutua santificación (Concilio Vaticano II. Gaudium et Spes, n° 48).
Pero retomemos la escena del Evangelio: Cristo lo dona todo, incluso a su Madre la comparte con nosotros. Bendito don para la vida eterna. A través de Ella vino la Salvación y a través de Ella llegaremos nosotros al Salvador. María aparece junto a Jesús en las bodas de Caná, en el inicio del noviazgo de Jesús con su Esposa la Iglesia, cuando en la celebración de una boda comienza su vida pública. María vuelve a aparecer ahora en las bodas del Cordero, en la boda de Su Hijo que le entrega su cuerpo a su Esposa. En ambas situaciones, Jesús se refiere a ella como “Mujer” y no llamándola por su nombre, apelando a su Maternidad. María es Reina de la familia, y hoy la veneramos como Reina del Matrimonio.
Ella inició este Proyecto de Amor Conyugal, porque quiere llevarnos a Cristo Esposo. Ella conoce el camino: Nos convierte y nos pone en la senda del legado de San Juan Pablo II, el Papa de la familia, el gran devoto de Nuestra Señora de Fátima que le salvó de la muerte un 13 de mayo. Nos puso al Papa del “Totus Tuus” Todos tuyos, María. Ella va marcando el rumbo, es nuestra estrella, nuestra guía de Proyecto Amor Conyugal.
Damos gracias a Cristo por este inmenso don de nuestra Madre. Que como Juan, acojamos a María en nuestros hogares. Reina del Matrimonio, ruega por nosotros.
Oramos hoy con la preciosa secuencia:
Por los pecados del mundo, vio a Jesús en tan profundo tormento la dulce Madre. Vio morir al Hijo amado, que rindió desamparado el espíritu a su Padre.
¡ Oh dulce fuente de amor!, hazme sentir tu dolor para que llore contigo. Y que, por mi Cristo amado, mi corazón abrasado más viva en él que conmigo.
Tal como pide el Papa que hagamos a diario, oramos por el sínodo de la familia:
https://proyectoamorconyugal.es/oracion-a-la-santa-familia/