EVANGELIO
Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 17, 7-10
En aquel tiempo, dijo el Señor:
«¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando; le dice cuando vuelve del campo:
«Enseguida, ven y ponte a la mesa»?
¿No le diréis más bien:
«Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú»?
¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid:
«Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer»».
Palabra del Señor.
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Difícil equilibrio.
Lo que hacemos no es mucho, pero la misión en la que participamos es grande, porque es la historia de salvación de Dios en la que colaboramos. Con nuestro poco, Él hace mucho. Por eso, tenemos que ir muy ilusionados porque Dios ha querido contar con nosotros, pero no envanecernos de lo que hacemos, porque sería presuntuoso creer que sin la gracia podríamos hacer algo.
Es difícil mantener ese equilibrio de trabajar con los pies en la tierra y el corazón en el cielo.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Juan: Luis, ¿qué haces?
Luis: Colocando estas mesas para el retiro de matrimonios.
Juan: Carmen ¿qué haces?
Carmen: Preparando estas flores para que se sientan queridos los matrimonios que van a hacer el próximo retiro.
Juan: Alberto ¿Qué haces?
Alberto: Salvando el mundo.
Juan: Pero si estás colocando carteles para el retiro. ¿Por qué dices salvando el mundo?
Alberto: Yo hago mi servicio y Dios se aprovecha de mi granito de arena para salvar el mundo a través de la salvación de muchos matrimonios.
Juan: Con razón tienes esa alegría en la mirada. Gracias por la lección, Alberto.
Madre,
Que siempre actuemos en calidad de siervos inútiles en este Proyecto Tuyo. Te lo pedimos de todo corazón por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Si lo que solemos hacer cada día en los distintos ámbitos en los que nos desenvolvemos, le imprimiriamos el espíritu evangélicon de hoy, estariamos colaborando magníficamente con la evangelización y cumpliendo como auténticos cristianos la voluntad de Dios.
Virgen María ayudadnos a tener en cuenta estas grandes pequeñeces en nuestra vida.