Archivo de la categoría: Proyecto Amor Conyugal

Plantas “samurái”. Comentario para Matrimonios: Juan 15, 1-8

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EVANGELIO

El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

Palabra del Señor.

Plantas “samurái”.

Esto de la poda, parece que nos hace poca gracia. Andamos intentando escabullirnos de ella. Me imagino a las plantas en tiempo de poda esquivando las tijeras de podar en plan Matrix, para evitar el tajo. El Espíritu me quiere podar aprovechando las circunstancias del día a día, con las diferencias de mi esposo que me incomodan, o con sus pecados, o con los míos. Todo ello me saca de mi zona de confort. Hace mi corazón más elástico, abierto a otros, sencillo, tierno. Y yo me resisto, y me quejo. Pero luego pido humildad, pido mansedumbre, pido que haya amor en mi vida… ¿Pero si no te has dejado? Le diría el jardinero a la planta “samurái” que en primavera vive las consecuencias y no echa flores.
Si quiero que haya frutos de amor, tengo que dejarme podar. Ahora duele, pero luego llega la alegría.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Antonio: Señor, gracias porque arreglé la silla de la cocina y mi esposa no me lo ha agradecido. Tengo la oportunidad de hacer un servicio sin recibir nada a cambio. Gracias porque intenté dejarlo todo como a ella le gusta, la ventana abierta, las zapatillas en su sitio… pero anoche me olvidé de bajar la basura, y eso le ha molestado. Gracias Señor porque descubro mi amor limitado y me ayuda a no exigirle a ella la perfección. En la cena, me volvió a sacar aquel daño que le hice cuando éramos recién casados, y me lo recriminó como si se lo hubiera hecho hoy mismo. Gracias Señor porque me ayudaste a mirarla con misericordia y ver su corazón herido en lugar de reaccionar defendiéndome.
Marta: Señor, quedé con él a las 5 de la tarde, y llegó tarde y sin avisar. Gracias porque tuve la oportunidad de amarle en esa situación, me ayudó a crecer en paciencia y no mirarme a pesar de sentirme poco valorada. Y cuando se ha puesto nervioso por el tráfico que tanto le molesta, te pedí ayuda para no responder mal y me ayudaste y conseguí tranquilizarle con cariño. Gracias Señor porque me ayudaste a salir de mí para entrar en su corazón y sanarlo.
Ambos juntos: Gracias Señor porque en Tu plan has contado con nuestras debilidades y todo lo que ocurre en nuestras vidas. Con todo ello, construyes.

Madre,

El Señor poda a los que más le aman. A veces nos cansamos y otras veces nos parece que la poda no acaba nunca y no terminamos de ver los resultados. Pero el Señor sabe más. Confiamos en Él. Gracias por esas florecillas que vemos salir ya de nuestras ramas, porque nos llenan de esperanza. Alabado sea el Señor que hace nuevas todas las cosas.

Intentar amarte más. Comentario para Matrimonios: Juan 14, 27-31a

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EVANGELIO

Mi paz os doy.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 27-31a.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: «Me voy y vuelvo a vuestro lado.» Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.

Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que, como el Padre me ha ordenado, así actúo».

Palabra del Señor.

 

Intentar amarte más.

El Señor se va junto al Padre porque lo ama y porque hace Su voluntad. También nosotros lo amamos y por eso hacemos la voluntad del Señor y queremos estar con Él. Parece ser que lo de amar tiene mucho que ver con querer estar juntos y con hacer la voluntad del amado. ¿Es así con nuestros esposos?

 

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Marta: Tú mucho querer que esté contigo, pero para que haga lo que tú quieres.

Marcos: Y tú mucho decirme que me quieres, pero parece que no quieres estar conmigo. ¿A que con el Señor sí te gusta estar?

Marta: Sí, porque el Señor me ama y no me hace daño como tú.

(Esa tarde ambos rezan el Evangelio ante el Señor)

Marcos: Señor, veo tu relación con el Padre y es cierto que demuestras cómo le amas porque haces Su voluntad. Ayúdame a unirme a la voluntad de mi esposa, por amor.

Marta: Señor, veo que Tú quieres estar con el Padre porque le amas. Ayúdame a no amar a mi esposo sólo cuando hace lo que me gusta y como me gusta. Quiero amarle más por él y también por amor a ti.

Marcos: Perdona, Marta. Voy a intentar hacerlo mejor.

Marta: Te perdono, cariño. Perdona, Marcos. Voy a intentar amarte más.

Marcos: Te perdono.

 

Madre,

Qué a gusto estarás en el cielo unida para siempre a Tu Padre, a Tu Hijo y a Tu Esposo. Saber que nuestro destino es estar juntos con Vosotros, nos anima mucho a seguir luchando. Alabado sea el Señor que nos quiere con Él y el Padre cuya voluntad es que estemos con Vosotros.

RETIRO MATRIMONIOS JAVIER (PAMPLONA) CON NIÑOS 7 – 9 JUNIO 2024

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¿Manso o amargado? Comentario para Matrimonios: Mateo 11, 25-30

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EVANGELIO

Has escondido estas cosas a los sabios y las has revelado a los pequeños.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Palabra del Señor.

 

¿Manso o amargado?

Sufrir es duro, pero sufrir sin amor o sufrir odiando, es mucho más duro que sufrir amando. Luchar por vivir un matrimonio como Dios lo pensó es duro pero no vivir el matrimonio como Dios lo pensó es una tortura china. Dos esposos orgullosos se hacen muchísimo más daño que el que puedan vivir humillándose por amor. Dos esposos que se intentan imponer el uno al otro se hacen mucho daño. Nada que ver con el dolor del autocontrol que requiere la mansedumbre. Yo decido si quiero llevar cara de amargado o la cara de paz que da la mansedumbre.
Los esposos que viven el matrimonio como Dios lo pensó, llegan a amarse de verdad porque ese sacrificio de entrega mutua, ese autodominio, da frutos de amor, de paz, de alegría, todo ello obviamente por la gracia de Dios.

Aterrizado a la vida matrimonial:

María: Todavía hay veces que caemos en incomprensiones, discutimos y nos ofendemos mutuamente.
Pedro: Sí, porque aunque sepamos que el camino es el de la humillación, el de ponerme el último, el de servir y no ser servido, etc., cuesta mucho aplicarlo.
María: Lo que me he dado cuenta en este tiempo, es que, cada vez se acortan más esas distancias que nos afectan. Cada vez dejan menos posos en nosotros, la herida es menos profunda. Es como que el Señor lo reconstruye, lo sana, y no deja huella en nosotros.
Pedro: Es el Espíritu, que está en nosotros. Él interviene, nos reconstruye desde dentro, nos redime, nos sana. Yo lo experimento. Sé que Él está en nosotros. Es muy fuerte, es muy grande, y nos devuelve al camino del amor. Por cierto ¿Qué te ha echado el Espíritu a ti, que me tienes loquito? Estoy que se me cae la baba por ti.
María: Me ha echado un poquito de la misericordia de Dios.
Pedro: Pues qué hermosa es la misericordia de Dios.
María: ¿Y a ti, qué te ha echado para que esté loquita por ti?
Pedro: Me ha echado un poquito de la Voluntad de Dios.
María: Pues qué hermosa es la Voluntad de Dios.

Madre,

Qué hermoso es el camino de Dios cuando nos dejamos conducir por el Espíritu Santo. Él nos muestra los secretos de Dios, nos alivia, nos aconseja… Cuanto más lo conocemos, más nos gusta. Alabado sea Cristo por enviarnos Su Espíritu. Gloria a Dios.

Bebiendo intimidad. Comentario para Matrimonios: Juan 15, 1-8

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EVANGELIO

El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 1-8.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

Palabra del Señor.

Bebiendo intimidad.

Permanecer en Él. Estar conectados a Su intimidad ¡Qué maravilla! ¡Dónde mejor! Y encima así damos fruto, y encima damos gloria al Padre, y encima así somos discípulos del Señor. Este es el planazo de Dios. Si luego tiene que podarnos un poquito por aquí y por allá, pues ¡Bendito sea!

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Merche: Empiezo a vislumbrar lo que es vivir una comunión entre nosotros y en Cristo. Me parece tan precioso, tan increíble, que estoy dispuesta a lo que sea para vivirla contigo.
Jesús (novio de Merche): Pues enséñame, Merche, porque yo también quiero vivir contigo eso que dices, pero no tengo fe.
Merche: No te preocupes, Jesús. Tú sólo tienes que confiar y dejarte llevar. Si luego se van cumpliendo tus sueños, verás como ya sigues adelante por ti mismo.
Jesús: Por Amor a ti, estoy dispuesto a saltar a eso que me dices, a ese vacío que se pone ante mí en este momento.
Merche: Dichoso tú, porque ese anhelo no te lo ha sembrado nada de carne y hueso, sino nuestro Padre que está en los cielos.
Jesús: Pues gracias, Padre, si me escuchas allá donde quiera que estés.

Madre,

Sólo queremos estar unidos a Cristo, bebiendo de Su intimidad, y que lo estén también todos nuestros seres queridos, hoy en especial, nuestros sobrinos. Por ellos te pedimos.