EVANGELIO
Soy manso y humilde de corazón.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30
En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
Palabra del Señor.
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Carga o ligera.
¿Cuáles son las cargas pesadas? Por ejemplo: la avaricia o la pereza… ¡Pesan a que sí! Y sin embargo, una te quita el sueño y la otra no te da más que sueño. Una te empuja a levantarte antes y la otra a no levantarte. Pero ambas son cargas pesadas. Jesús nos propone cambiar nuestras cargas pesadas por otras. Las alas de las aves pesan, pero sin embargo, permiten volar ¿Sí o no? Pues así son las cargas de Jesús.
Estas cargas se ven en el Evangelio, que nos pone tarea, pero esa tarea nos permite volar, nos libera. Aprendamos del Señor que es manso y humilde y hallaremos el descanso para nuestras almas.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Alfonso: La soberbia me empujaba estar muy activo, pero lastraba mi alma y nuestro amor. Aquellas actitudes me estaban hundiendo y mi vida se hacía pesada. Ahora muchas veces me hago el tonto, pero amo más. Me he liberado de a carga de gobernar mi vida, y me dejo llevar por Dios.
Olga: Pues ¿sabes que lo he notado mucho? Estás más relajado, más amable, más sonriente, y a mí me lo contagias, y a los niños también. Ya no está el intransigente y el sabelotodo, veo en ti la ternura, la delicadeza y la alegría.
Alfonso: Dios me está quitando un gran peso de encima sólo a precio de renunciar a mi protagonismo.
Olga: Bendito sea Dios.
Alfonso: Bendito sea.
Madre,
Que aprendamos mucho de Jesús, que le contemplemos mucho para tener Sus mismos sentimientos. Alabado sea por siempre, Él que nos libera de nuestras pesadas cargas.
Bendito yugo de Amor que nos libera para desear la belleza eterna.
Solo Dios basta.
Gracias Madre!!!!
Si le seguimos al Señor el nos guiara para qué nuestro matrimonio sea mas fuerte y nos conforma las cosas qué elSeñor nos dice