EVANGELIO
Les enseñaba con autoridad
Lectura del santo evangelio según San Marcos 1, 21-28
En la ciudadde Cafarnaún, el sábado entra Jesús en la sinagoga a enseñar; estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas. Había precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar:
-« ¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»
Jesús lo increpó:
-«Cállate y sal de él.»
El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. Todos se preguntaron estupefactos:
-«¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen.»
Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.
Palabra del Señor.
Autoridad para dejar y para unir.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)
La palabra autoridad en el Nuevo Testamento es traducida del Griego «exousia» y básicamente, significa, «el poder y el derecho para hacer cumplir algo.»
Así como Jesús tiene el poder, así nos dio a nosotros matrimonios cristianos, el poder y el derecho para llegar a ser una sola carne. Es nuestro deber y nos da el poder (contamos con Su gracia) y a la vez es nuestro derecho, porque de ello depende nuestra felicidad y nuestra salvación.
Jesús nos lo enseña con autoridad. Y nos enseña que el significado del matrimonio, está escrito en la revelación. Desde el principio nos enseña cómo ser una sola carne: dejarás… El amor no reinará en tu matrimonio, si tu corazón se encuentra ocupado por ti mismo.
La vocación conyugal, como toda vocación al amor, está llamada a dejar… Dejar tu carne, para formar una sola carne con tu esposo, teniendo el mismo sentir de Cristo.
¿Qué respuesta le damos a Jesús cuando nos propone que renuncie a mí mismo para hacer lo que le agrada a mi esposo? Dos alternativas:
1. ¿Qué tenemos que ver contigo Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? ¿Con nuestra forma de vivir dónde hago lo que quiero yo, porque yo soy el rey de mí mismo?
O Le decimos:
2. ¡Confío en Ti Jesús el Santo de Dios! Confío en la belleza que has pensado para nuestro matrimonio y aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad, para hacer realidad tu Proyecto de Amor para nosotros, renunciando a mí por amor.
Oramos:
Alabado seas por siempre y gracias por el gran don de mi esposo, tiene un valor infinito como su propia vida, que tanto amas y por ello y porque nos encuentras receptivos, nos haces crecer. Jesús Tú nos marcaste con tu sello de amor. Ayúdanos por tu Gracia a vencer nuestras resistencias a fuerza de amor, expulsa con tu autoridad nuestros propios demonios que nos retuercen y nos impiden vivir tu reino. Amén.