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RETIRO MATRIMONIOS SEGOVIA 26-28 MAYO DE 2023

RETIRO MATRIMONIOS SEGOVIA 26-28 MAYO DE 2023

Proyecto Amor Conyugal en colaboración con la Parroquia Santiago Apóstol, Villaviciosa de Odón (Madrid)  y la Parroquia San Simón de Rojas (Parque Coimbra), os invita a participar en un retiro para Matrimonios, con el objetivo de adentrarnos juntos en la Verdad del Matrimonio (según San Juan Pablo II) y experimentar la Alegría del Amor (según el Papa Francisco).

¿A quién va dirigido este retiro? a todos los esposos unidos por el Sacramento del Matrimonio o aquellos que en el momento de la inscripción no tienen impedimento alguno para contraer el Sacramento del Matrimonio, y que quieran vivir una EXPERIENCIA de AMOR juntos, estén en crisis o no. A todos los que quieran fortalecer y reavivar su Sacramento del Matrimonio.

FECHAS: Será desde el viernes 26 de Mayo a las 18:00h hasta el domingo 28 de Mayo a las 17:30h.

LUGAR: Casa de Espiritualidad San Frutos (Segovia). C/ Obispo Gandásegui, nº 7 Segovia. Geolocalización: https://goo.gl/maps/DV9J3sLiw51odMZdA

PRECIO: (Incluye alojamiento, pensión completa y gastos diversos)

  • Adultos: 225 € por matrimonio.

Suplemento económico para ayuda a otras familias: Podéis aportar una cantidad adicional, a voluntad, que es muy importante para ayudar a otros matrimonios con dificultades económicas que quieren hacer el retiro.

Subvenciones: Si alguna familia no puede asistir por problemas económicos que nos lo comente, por favor.

 

INSCRIPCIÓN: Para realizar la inscripción, pincha aquí. A partir del jueves 27 de Abril a las 20:00 h.

¿Cuándo? Lo antes posible. Se suele llenar en pocos minutos.

Nos pondremos en contacto con vosotros para confirmaros la reserva de plaza y daros las instrucciones para realizar el pago o indicaros si estáis en lista de espera. En caso de que no hubiese plazas disponibles.

Tendrán prioridad los matrimonios pertenecientes a la Diócesis de Segovia.

Para consultar cualquier duda o ponerte en contacto con nosotros, escríbenos a zonacentro@proyectoamorconyugal.es

Sobre Proyecto Amor Conyugal: https://proyectoamorconyugal.es/acerca-de está compuesto por matrimonios católicos que profundizamos en nuestra vocación conyugal y que ayudamos a otros a convertir su matrimonio en algo GRANDE.

¿Me ayudas? Comentario para Matrimonios: Juan 3, 16-21

EVANGELIO

 

Dios envió a su Hijo para que el mundo se salve por él.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 16-21

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.

Palabra del Señor.

Aviso:
Retiro en Badajoz: 28-30 de abril. Quedan plazas libres.
Inscríbete: https://wp.me/p6AdRz-48T

¿Me ayudas?

Una de las características típicas del mal es que tiende a esconderse y sólo se confabula con el mal.
Cuando hay algo que no queremos compartir con nuestro esposo ¿Por qué es? Es verdad que, por caridad, algunos temas, si son muy serios, tenemos que esperar a que nuestro esposo esté preparado para contárselos, pero el primer paso para salir del mal es sacarlo a la luz.
También el mal de uno se esconde a los propios ojos, y viene bien preguntarle al esposo qué ve en mí, para que me ayude a desenmascararlo. Yo no soy mi pecado. Yo quiero librarme de mi pecado. ¿Me ayudas?

Aterrizado a la vida matrimonial:

Teresa: Alfonso, veo que te quejas a menudo de mi falta de humildad a la hora de corregirte. Me gustaría que lo rezases y me dijeses qué ves en mí que no viene de Dios.
(Unos días más tarde)
Alfonso: Teresa, ya lo he rezado. Lo que él Señor me muestra es que, no basta con decir una verdad para que ésta venga de Dios. Es importante también la manera como se dice, porque si lo decimos desde una posición de superioridad, entonces ya no puede venir de Dios.
Teresa: Ya. Lo entiendo. Es verdad que no se puede corregir desde la exigencia y desde arriba, sino que hay que abajarse como hizo Cristo para enseñarnos a nosotros. Y más yo que soy tan pecadora o más que tú.
Alfonso: No, yo más.
Teresa: Que no, que yo más.
Alfonso: Y yo el más de los mases.
Teresa: Jajaja qué tontorrón eres. Bueno, gracias por la ayuda, esposo.
Alfonso: Gracias a ti por tu testimonio de humildad, esposa.

Madre,

Tú acogiste a Pedro después de su triple negación. Tus brazos le levantaron y Jesús le sanó con Su mirada. Que nos acerquemos siempre a Él en la confesión para que siempre estemos en gracia. Amén.

Ese «del todo». Comentario para Matrimonios: Juan 3, 5a. 7b-15

EVANGELIO

 

Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 5a. 7b-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
«Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu».
Nicodemo le preguntó:
«¿Cómo puede suceder eso?».
Le contestó Jesús:
«¿Tú eres maestro en Israel, y no lo entiendes? En verdad, en verdad te digo: hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero no recibís nuestro testimonio. Si os hablo de las cosas terrenas y no me creéis, ¿cómo creeréis si os hablo de las cosas celestiales? Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.
Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna».

Palabra del Señor.

 

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Ese «del todo».

Nacer de nuevo, eso significa dejar de resistirse y dejarse llevar del todo por el Espíritu. ¡Tela marinera!
San Agustín lo sufría porque no alcanzaba ese «del todo». Cada pasito en esto de la entrega duele que no veas.
Al final esta vida es un parto, en el que la Madre Iglesia nos va dando a luz hasta que llegamos a la Luz, que es la vida eterna. Ahí andamos, en el vientre Materno sufriendo esas contracciones que intentan prepararnos para el parto, pero que hasta que nuestro corazón no dilate lo suficiente, no alcanzaremos la Luz.
Qué misterio. ¿Por qué tanta resistencia a ese dejarse llevar «del todo»?

Aterrizado a la vida matrimonial:

Alberto: Una de las señales de que no estoy dejando que el Espíritu haga las obras en mí libremente, es que pierdo la alegría cada dos por tres. Puede haber agentes externos o no haberlos, y aunque tiendo a echar la culpa fuera, si pierdo la alegría es porque le estoy poniendo impedimentos al Espíritu para que me lleve a amar.
Marisa: Me encanta ese indicador, Alberto. Tienes razón en que, cuando se pierde la alegría, también se pierde la paz, la paciencia… Uno tiende a pensar que es porque se la han robado, pero en realidad, la causa está dentro del corazón. Voy a procurar estar atenta yo también para descubrir dónde me resisto al Amor.
Alberto: Después nos tocará currárnoslo. Pero detectar esos frenos del Espíritu y desear apartarlos, ya es un avance importante.
Marisa: Sin duda.

Madre,

Ese Fiat, ese ansiado Fiat Tuyo… Introdúcenos en Tu Corazón y llévanos hacia él. Reina del cielo, Alégrate; aleluya. Porque el que mereciste llevar en Tu seno; aleluya. Resucitó según dijo; aleluya…

¿Gobierna el Espíritu? Comentado del Evangelio para Matrimonios: Juan 3, 1-8

EVANGELIO

 

El que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 1-8

Había un hombre del grupo de los fariseos llamado Nicodemo, jefe judío. Este fue a ver a Jesús de noche y le dijo:
«Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él».
Jesús le contestó:
«En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios».
Nicodemo le pregunta:
«¿Cómo puede nacer un hombre siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer? ».
Jesús le contestó:
«En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: «Tenéis que nacer de nuevo»; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu».

Palabra del Señor.

 

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¿Gobierna el Espíritu?

Jesús me dice hoy qué tengo que nacer de nuevo, nacer del Espíritu. Arrepentirme no es suficiente. Si no nazco del Espíritu y vivo según las pasiones de la carne, no sirve. Entiendo perfectamente aquellas actitudes de san Francisco, san Ignacio, Santa Teresa… Ellos hicieron un cambio drástico en sus vidas, un cambio en el que dejaban ya de gobernar sus propias almas para dejar que fuese el Espíritu quien las llevase hacia Dios por Su propio camino. Yo ni siquiera sé llevarme a mí mismo hacia Dios y todas mis estrategias y propósitos no funcionan. Tengo que nacer de nuevo, tengo que renunciar a toda la “nada” para recibir al “Todo”, como San Juan de la Cruz. Basta ya de defenderme, basta ya de dar mis razones. Humildad y obediencia… Señor, hazlo Tú, que yo no puedo.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Él lleva varios días agobiado porque, por las circunstancias urgentes del día a día, no consigue avanzar en un trabajo importante que tiene pendiente. Hoy ya había tomado la determinación de centrarse y avanzar. Pero su esposa le interrumpe con otras cosas y, en un momento dado, hace incluso un comentario sobre lo que lleva ya trabajado, que tira por tierra las ilusiones que él había conseguido reunir para ponerse a ello. Además, quiere que él haga el trabajo de otra manera diferente a como lo está haciendo… Él pierde la paciencia y responde diciéndole a ella algunas cosas que tampoco hace correctamente en sus trabajos… Sin gritar, pero ¿con qué intención? Se crea entre ambos un clima de oposición. Por al noche, cuando él le pide perdón a ella, su esposa en lugar de perdonarle y ya, comienza a darle un discurso aleccionador… y él vuelve a responder presentándole a ella sus desatinos. Vanidad de vanidades… ¿Acaso está dejando él que gobierne el Espíritu su corazón? Puede que tenga razones para aducir en su defensa, pero esto no es ser un esposo cristiano, porque no es el Espíritu de Dios quien gobierna este proyecto de amor.

Madre,

Ayúdame a renunciar, naciendo de la voluntad de mi esposo, para que el Espíritu pueda apartar de mí todo lo que me separa del amor de Dios. Te doy gracias porque a través de mi esposo, puedo nacer del Espíritu, puesto que el Espíritu está en nuestra unidad conyugal. “La piedra que desecharon los arquitectos, es ahora la piedra angular”. Cristo ha resucitado en mi matrimonio. ¡Aleluya!

Fe y eficacia. Comentario para Matrimonios: Juan 20, 19-31

EVANGELIO

 

A los ocho días, llegó Jesús.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 19-31

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
«Hemos visto al Señor».
Pero él les contestó:
«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo».
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
«Paz a vosotros».
Luego dijo a Tomás:
«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente».
Contestó Tomás:
«¡Señor mío y Dios mío!».
Jesús le dijo:
«¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto».
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

Palabra del Señor.

 

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Fe y eficacia.

Señor, como respuesta a los inmensos dones que me has dado al crearme, al redimirme y al santificarme, me pides que tenga fe y me envías a proclamarla al mundo entero. Mi respuesta de fe es importante para mí y es por eso que te importa. Tu gracia, la que nos has dejado sobre todo a través de los sacramentos, será eficaz en mí si mi disposición para recibirla es la adecuada. Sólo con Tu gracia llegaré a la vida eterna y es por eso que mi fe te importa.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Marta: Yo pensé que la que se unía a ti era yo y claro, confiaba en mis fuerzas.
Antonio: Y es así ¿no? ¿A qué te refieres?
Marta: Pues que he acabado perdiendo la esperanza, porque era incapaz de amarte en todas las circunstancias.
Antonio: Lógico. ¿Y quién sí?
Marta: Cristo. Ese es mi secreto. Cuando comprendí que Él era realmente quien me unía a mi esposo, entendí la dinámica del amor. Dios me da la Gracia y yo la acojo con mi fe y mi esfuerzo. Pero ni mi fe ni mi esfuerzo no me hacen crecer en el amor, sino Su Gracia. Vamos, el Espíritu Santo. Sin embargo, si me atribuía los méritos como si fuesen consecuencia de mi esfuerzo, me envanecía te veía peor que yo. En consecuencia, perdía la Gracia y el Espíritu no podía seguir actuando ¿entiendes?
Antonio: Sí. Ahora sí. Debo tener la disposición necesaria para que el Espíritu actúe por la gracia que he recibido en el sacramento. Sin embargo, el amor crece por acción del Espíritu y no como resultado de mis esfuerzos.
Marta: Correcto, pero recuerda la importancia de tu fe, tienes que tener la seguridad de que tu sacramento es eficaz. Cuando empecé a vivirlo de esta manera, empezó a crecer el amor de Dios en nuestro matrimonio, y es algo mucho más grande que nosotros mismos.

Madre,

Cuánta grandeza nos perdemos por la dureza de nuestro corazón. Dios nos ama tanto… Tú supiste absorber toda Su Gracia. Envíanos Su Espíritu, Madre, para que nos quite el corazón de piedra y nos dé un corazón de carne. Amén.