Ardiendo. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 8, 16-18

EVANGELIO
El candil se pone en el candelero para que los que entran tengan luz

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 8, 16-18
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
-«Nadie que ha encendido una lámpara, la tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama, sino que la pone en el candelero para que los que entran tengan luz.
Pues nada hay oculto que no llegue a descubrirse ni nada secreto que no llegue a saberse y hacerse público.
Mirad, pues, cómo oís, pues al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener».

Palabra del Señor.

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Ardiendo.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Al que tiene se le dará… Al que tiene ¿Qué?
La luz está claro que es la Buena Noticia de la venida del Reino de los Cielos. Es el Evangelio. Por tanto, el que tiene, es el que ha escuchado el Evangelio y tiene la Verdad. A ese, se le dará más y más. El que cree tener, es el que confía en sus criterios, y no está abierto a descubrir a Dios y sus caminos. Se le quitará hasta lo que cree tener, porque apoyará su vida en una base falsa que se irá desmoronando, hasta quedarse sin nada. Y luego, que los dones que Dios nos da, son para comunicar Su gloria. Si no los utilizas para entregarte, los pierdes.

Mi misión es ser esposo y padre. El Espíritu ha fecundado nuestra unión de esposos, y somos sacramento vivo, de manera que mi esposo y yo representamos el Evangelio en nuestra relación. Representamos quién es Dios y que Su Reino ha llegado a este mundo. Voy escuchando el Evangelio y lo voy aplicando en nuestro matrimonio, y el Señor, cada vez me va mostrando más y más de Su misterio, del misterio del Reino. Cada vez entiendo más cosas, cada vez encaja todo más, cada vez descubro más la manera de ver las cosas que Dios tiene y cada vez veo mi matrimonio y a mi esposo con los ojos de Dios. Mi vida se va embelleciendo, me voy ilusionando cada vez más con mi misión conyugal.

Si nos dejamos llevar por el Señor, y estamos orientados hacia Él, podemos reflejar Su luz cada vez más fuerte, a medida que nos vaya purificando, e iluminar con ella a nuestros hijos y a otros matrimonios. Con ese “mirad cómo se aman” y hablando de Él, de quién es, dando testimonio de cómo nos ha salvado y de qué ha hecho en nuestro matrimonio y en nuestra vida. Hace falta muchos matrimonios así para salvar el mundo. ¿Te apuntas a intentarlo con nosotros?.

Madre:
El Espíritu ha encendido la mecha de nuestro matrimonio. Poco a poco va consumiendo nuestra cera, y en la medida en que nos dejamos derretir por Él, la llama crece, y cuando intentamos abordar la mecha con nuestra cera, la llama se apaga. Queremos seguir desgastando nuestra vida, derritiéndonos ante Su presencia, y arder, desaparecer para que Él brille. Que la luz del Reino del Señor no se apague, porque haya un montón de matrimonios ardiendo. Gracias por tanto como nos has dado. Bendita seas por siempre. Bendito sea Dios eternamente. A Él gloria y alabanza por los siglos. Amén.

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