EVANGELIO
Habéis hecho de la casa de Dios una “cueva de bandidos”.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 19, 45-48
En aquel tiempo, Jesús entró en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles:
«Escrito está: “Mi casa será casa de oración”; pero vosotros la habéis hecho una “cueva de bandidos”»
Todos los días enseñaba en el templo.
Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo buscaban acabar con él, pero no sabían qué hacer, porque todo el pueblo estaba pendiente de él escuchándolo.
Palabra del Señor.
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Anhelo de Dios.
Me estremece que el Señor tenga tanto interés en habitar en mí. Su casa es casa de oración, y Él quiere residir en mí. Me estremece su celo por estar presente en mí. ¡Qué menos que responderle con el mismo celo!
Aterrizado a la vida matrimonial:
Nacho: Silvia, necesito que el Señor esté presente en todo momento en mi memoria, en mi entendimiento y en mi voluntad. Y veo que mi cabeza se distrae fácilmente. ¿Podrías ayudarme?
Silvia: Claro, Nacho. ¿Qué puedo hacer por ti?
Nacho: Me gustaría que mi alma fuese siempre casa de oración. ¿Podrías hacer alguna jaculatoria que me ayude a reconducir mi memoria, mi entendimiento y mi voluntad cuando veas que no está Él presente? Me ayudarías mucho, la verdad.
Silvia: Me encanta tu deseo firme de que reine Él en tu corazón. Por supuesto que te intentará ayudar. A mí también me ayudaría. También me distraigo mucho con las cosas mundanas y los problemillas del día a día. ¿Nos ayudamos mutuamente? Si reina Él en nuestro corazón, reinará el amor entre nosotros.
Madre,
Se acerca Cristo Rey. Queremos que reine en nosotros, en nuestro matrimonio, en nuestra familia, en nuestra comunidad. ¡Viva Cristo Rey!
Todo un Dios apasionado por mi. Tu celo por mi corazón y mi libertad te devora.
Tu, queriéndote esposar conmigo y yo pendiente de tus promesas.
Todo un Dios apasionado por mi que no parará de luchar por mi ….
Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré,
hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha …
Como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos;
y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo (Isaías 62.1, 5).
Madre mía, Tu hijo quiere esposarse conmigo. Ayúdame madre a responderle como solo tú sabes. Enséñame a entregarme por mi esposa como El se entrega por mi.
Solo Dios basta!!
Sin la oración y los sacramentos no podemos afrontar las dificultades de cada día como el Señor quiere que lo hagamos, con paciencia, comprensión, amor y paz.