EVANGELIO
La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena
Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 21-29
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«No todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en el reino de cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Aquel día muchos dirán: «Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?»
Yo entonces les declararé: ‘Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados.»
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa ; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente. »
Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad, y no como los escribas.
Palabra del Señor.
¿Me quieres?
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)
El amor es compromiso, y no sentimiento. Los sentimientos fluyen, van y vienen, suben y bajan… si estuviera nuestro amor a merced de los sentimientos tendríamos una tremenda inestabilidad en nuestras relaciones. Lo cierto es que en el amor, necesitamos estabilidad, ya que es el pilar fundamental sobre el que se basa nuestra vida, nuestros proyectos, etc.
El amor es compromiso. Así dicho, parece un poco “frío”, pero mirémoslo desde nuestra experiencia. Si alguien no se compromete con nosotros, no podemos experimentar que nos ama. Y si se compromete y no lo cumple, tampoco.
Pedro se compromete a seguir a Jesús hasta donde haga falta, sin embargo ante el peligro, lo niega. Jesús, después de resucitado, le pregunta tres veces: “Pedro, ¿Me amas?”. Si Pedro hubiera sido fiel a su compromiso Jesús no habría tenido que hacerle esa pregunta.
Por el contrario, el Caso de Abraham, un poco duro sí, pero cuando Dios le pide que sacrifique a su único hijo, Abraham lo dispone todo para llevar a cabo la voluntad del Señor hasta el final. Sólo cuando tenía el cuchillo en alto para ofrecer a su hijo en sacrificio, Dios lo detiene. Es entonces cuando Dios sella con Abraham una alianza de amor. Abraham sería el Padre de Su pueblo.
A la pregunta de ¿Me quieres?, ¿Te convencería un “Hoy sí” como respuesta?. En el amor conyugal exigimos y ofrecemos compromiso para siempre, porque el amor exige la totalidad de la persona y eso implica toda la vida.
El amor a Dios, también es una alianza y por tanto un compromiso. La alianza es Cristo: “Amaos unos a otros como yo os he amado”. El que cumpla esta alianza, ama a Dios. El que rece mucho pero no cumpla esta alianza, no está siendo fiel al compromiso de amor con Dios. Entonces la oración ¿Para qué? Para ayudarnos a hacerlo posible.
Por tanto, esposos, amaos como Dios nos ha amado. Siendo fieles a nuestra vocación de esposos, somos fieles a Dios. Así, estaremos construyendo sobre roca, nuestro amor será más fuerte que la muerte y nos sentiremos bien.
Tal como pide el Papa que hagamos a diario, oramos por el sínodo de la familia:
https://proyectoamorconyugal.es/oracion-a-la-santa-familia/