EVANGELIO
Reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13, 47-53
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gentío:
«El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.
Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno de fuego. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
¿Habéis entendido todo esto?»
Ellos le responden:
«Sí».
Él les dijo:
«Pues bien, un escriba que se ha hecho discípulo del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo».
Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.
Palabra del Señor.
mivida@Dios.net
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)
Hoy Señor, me haces ver que durante todo este tiempo has ido tejiendo en mi vida, una red con la que querías capturar mi corazón para llevarme hacia ti. Lo has hecho a través de oraciones, personas, circunstancias que has puesto en mi vida. Todo lo que ocurría, todo lo que permitías, era para llevarme hacia ti. En especial, mi esposo y mi familia. Ese era tu toque maestro, alguien a quien poder entregarme, liberarme de mí para darme y así llegar hasta ti.
Hoy haces mención también de un padre de familia, y a un tesoro, que es la sabiduría de Dios. La familia está construida por Dios, en su propia naturaleza está inscrita lo que Dios, en su sabiduría, quería que alcanzásemos: Una comunión de personas. Habrá familias que se perderán, por seguir otros criterios diferentes, y otras que se salvarán por ser lo que Dios quiere que sean: Familias auténticas.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Sonia: Acaba el cole y empiezan las vacaciones. Lo que más pereza me da es tener a los niños todo el día en casa, dando la tabarra. Y mi marido igual, con lo maniático que es para todo… Necesito unas vacaciones de verdad. Perderme y olvidarme de todos…
María: Pues a mí me hace mucha ilusión que esté la familia reunida. Es verdad que los niños son muy inquietos, pero sólo mirarles y verles bien cuidados y felices, ya me compensa. Y José Carlos, mi esposo, tiene sus defectos, claro está, pero me encanta tenerlo a mi lado. Me siento tan unida a él…
Sonia: Pues hija, no te entiendo. Yo prefiero mil veces estar sola y relajada que rodeada de tanto barullo y griterío.
Ramón (Marido de Sonia): Ahí está mi mujer, que no para de cascar y cascar. Seguro que está diciendo alguna lindeza sobre mí. No veas el aguante que tiene que tener uno…
José Carlos: No digas eso, hombre. Tu esposa tiene grandes cualidades. Intenta reconquistarla este verano, y verás cómo la ves con otros ojos. A mí, el Señor me enseñó a mirar a mi esposa con otros ojos, y es impresionante la belleza que soy capaz de captar ahora en ella. Doy gracias a Dios todos los días por ella y por mis hijos.
Madre,
Dios nos ha colmado de dones y de regalos. Que sepamos valorarlos según su justo valor. Son tesoros que Él ha puesto a nuestro lado. Alabado sea el Señor, por esta red que ha ido tejiendo a mi alrededor para hacerme ir hasta Él. Gloria a ti, Señor.