No somos ejemplares. Comentario para Matrimonios : Mateo 28, 16-20

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EVANGELIO

Bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 28, 16-20

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
Al verlo, ellos se postraron, pero algunos dudaron.
Acercándose a ellos, Jesús les dijo:
«Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra.
Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.
Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos».

Palabra del Señor.

No somos ejemplares.

Celebramos hoy la Santísima Trinidad, un día Grande para los matrimonios especialmente, porque Ellos son nuestro modelo de Comunión, a quienes representamos aquí en la Tierra a través de nuestra comunión Conyugal.
Esto es para meditarlo profundamente una y otra vez. El mismísimo Dios nos da a los esposos la misión de representar con nuestro amor toda la grandeza y la belleza de Su Amor de Comunión, y somos tan pocos los que lo sabemos y lo deseamos, que tenemos una responsabilidad aún mayor, porque somos los elegidos.
A los Sacerdotes se les encomienda la misión de bautizar en Su nombre. A nosotros la misión de hacer discípulos de Cristo Esposo a todos los matrimonios, enseñándoles a guardar todo lo que el Señor nos ha mandado.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Matrimonio Tutor: El Señor está contento, porque estáis acogiendo el don de Dios. Habéis estado abiertos a descubrir Su lógica, que es contraria a la terrenal. Para completar el proceso de la Buena Noticia del Matrimonio, tenéis que anunciarlo a otros matrimonios. Los que no dan ese salto, se quedan encerrados en sí mismos y todo lo que reciben les parece poco.
Ramón y Silvia: ¡Uy! ¿Nosotros? No, no, qué va. No estamos preparados. No somos un ejemplo para nadie.
Matrimonio Tutor: Ninguno somos ejemplo para nadie, somos testigos del Amor de Dios, que es distinto. Hemos descubierto dónde está el don del matrimonio como Dios lo quiere y lo tenemos que transmitir para que otros lo conozcan y apunten hacia allí. Y lo más importante: Cristo prometió que estaría con nosotros, así que, no tengáis miedo. Vais muy bien acompañados. Está bien que no confiéis en vuestras fuerzas, pero no estaría bien que no confiarais en las Suyas.

Madre,

El Señor nos entrega la Palabra Sagrada del Padre, que es Él mismo, pero como todo don, implica una tarea, la tarea de difundirla, de compartirla para que otros puedan llegar también a su plenitud. Que no nos dejemos llevar por la tentación de la falsa humildad, y entendamos que vamos a hablar de Él y de Su obra, no de nosotros. Alabado sea el Señor que ha sido grande con nosotros. Amén.

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