Mártires por el matrimonio.
No es casualidad que el precursor de Cristo fuese el primer mártir por la defensa del matrimonio. Él se convierte en una víctima fecunda para nuestra alianza, prefiguración de la muerte redentora de Cristo, para la eterna Alianza.
El Evangelio de hoy desvela claramente dos actitudes bien distintas: La cobardía de Herodes, hombre infecundo (preso de sus apetencias, esclavo de su imagen y sus miedos), ante la valentía de san Juan Bautista (hombre de Dios, libre, rey de sí mismo y de sus impulsos).
Hay infinidad de frutos que nacen de caminar en el Evangelio. La valentía que hoy vemos en Juan, es uno de esos frutos. Una valentía ordenada a un bien común, a buscar el bien de otros y no el propio. Nunca dando “verdadazos”. Al contrario, se trata de iluminar la verdad del amor, por amor. Denunciar la mentira sin juicios personales, aunque esto suponga que nos insulten, nos juzguen, o nos arresten… como a Juan. Así lo hiciste Tú, Jesús. Así lo hizo el mayor hombre aquí en la tierra nacido de mujer (eso dijiste, Tú Señor, de Juan).
Pues Juan el Bautista es un ejemplo, especialmente hoy en esta sociedad, que está destruyendo la familia y el amor hermoso, con el beneplácito de la opinión pública. Hoy urge la defensa y el anuncio de la verdad sobre el matrimonio, la buena noticia. También hoy, los abusos legislativos que etiquetan como «matrimonio» vivencias afectivas variopintas, deforman el rostro del amor conyugal, hasta hacerlo irreconocible para muchos.
Ante esto, el verdadero matrimonio cristiano, se convierte en «mártir» (en griego, mártir significa «testigo»). Todos debemos estar dispuestos, por amor a Cristo y su Iglesia, a ser testigos del Evangelio: primero con nuestro/a esposo/a y después por nuestros hijos, como ejemplo para ellos del verdadero Amor. Debemos estar dispuestos a entregar nuestra vida por nuestro esposo en las cosas sencillas de cada día, para ganarla. Mártires por la verdad.
Hoy necesitamos valientes en Cristo por defender la verdad sobre el matrimonio y la familia. ¿Con quién me identifico? ¿Con Herodes (opinión pública) o con Juan (mártir por la verdad)?
¡Viva el matrimonio! ¡Vivan los esposos! ¡Viva la familia!
Oramos con el Salmo: Escúchame, Señor, el día de tu favor. Que no me arrastre la corriente, que no me trague el torbellino… Dios mío, tu salvación me levante. Alabaré el nombre de Dios con cantos…