13ª Estación: Jesús muere en la Cruz
V/ Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Padrenuestro y un Avemaría.
Son las tres de la tarde. El sufrimiento llega hasta el límite. Pero antes de morir, Jesús perdona a sus verdugos, y en actitud profunda de oración y de obediencia, entrega su vida al Padre. Se ha consumado la redención.
Del Evangelio según San Marcos IS, 33-37:
Y al llegar la hora sexta, toda la tierra se cubrió de tinieblas hasta la hora nona. Y a la hora nona exclamó Jesús con fuerte voz: Eloí, Eloí, lemá sabactaní (que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?). Y algunos de los que estaban cerca, al oírlo decían: Mirad, llama a Elías. Uno corrió a empapar una esponja con vinagre y, sujetándola a una caña, le daba de beber, mientras decía: Dejad, veamos si viene Elías a bajarlo. Pero Jesús, dando una gran voz, expiró.
(cf. Mt 27,50-56; Lc 23,44-49; Jn 19,28- 30).
Comentario
Colgado del madero, sólo y abandonado de todos, Jesús quiere abrazar a todo hombre. Se ha inmolado hasta el sacrificio supremo y quiere apurar el cáliz hasta la última gota, entregando su Espíritu al Padre.
Todo queda consumado. Las tinieblas y la oscuridad llenan la tierra porque el hombre no ha querido reconocer la luz verdadera. No permitas que la oscuridad llene nuestro hogar, Señor, confiamos en Ti. Señor creo en Ti pero aumenta mi fe en la hora de la oscuridad.
Jesucristo ha traspasado la barrera de la muerte, se ha dejado arropar por ella. También en esto nos da ejemplo: No teme a la muerte, porque la muerte no es el final, porque la muerte es el paso que nos lleva a la vida eterna que Dios ha preparado para sus hijos, para nuestra familia. Jesucristo con su muerte y resurrección nos ha concedido la herencia eterna; ¡Ya somos hijos de Dios!
Oración
Señor, has bebido el cáliz de la pasión hasta el final. Tú dijiste que «no hay mayor amor que el de dar la vida por los amigos». Has dado tu vida por amor. Haz que yo aprenda a entregarte mi vida donándome totalmente a mi esposo/a y ayudando a nuestros hijos, sin tener miedo al sufrimiento, porque sólo el que cae en tierra y muere, da fruto abundante, y esta es mi oportunidad, una puerta hacia Tu gloria.
V/ Señor, pequé.
R/ Señor, ten piedad de mí y de mi familia.