EVANGELIO
Dad limosna, y lo tendréis limpio todo
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 37-41
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa.
Él entró y se puso a la mesa.
Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo:
-«Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosáis de robos y maldades.
¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro?
Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo.»
Palabra del Señor.
La limosna interior.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)
Una vez más, los fariseos aplican su justicia y el Señor les muestra la Suya. Los fariseos juzgan desde la ley y el Señor propone la justicia del Reino: la misericordia.
Acaba con una frase preciosa, que es como para meditarla y rezarla y preguntarle al Señor ¿Qué quieres sacar de lo más profundo de mí?. La frase a la que nos referimos es: “Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo.” San Agustín interpreta esta frase como dar misericordia y Dios os perdonará. Los juicios hacia mi esposo salen de mi superficialidad, de no querer comprenderle ni profundizar en su interior para conocerle. Sin embargo, la misericordia hacia mi esposo sale de muy adentro.
“Piensa en los demás —antes que nada, en los que están a tu lado— como en lo que son: hijos de Dios, con toda la dignidad de ese título maravilloso.
Hemos de portarnos como hijos de Dios con los hijos de Dios: el nuestro ha de ser un amor sacrificado, diario, hecho de mil detalles de comprensión, de sacrificio silencioso, de entrega que no se nota. Este es el bonus odor Christi, el que hacía decir a los que vivían entre nuestros primeros hermanos en la fe: ¡Mirad cómo se aman!” (San Josemaría, Es Cristo que pasa, 36).
Demos a nuestro esposo esa “limosna” que sale de dentro: detalles de comprensión, sacrificio silencioso, entrega de la que no se nota… Madre Teresa de Calcuta decía “Dad hasta que duela”. Sí, este tipo de limosna es la que más cuesta, pero es sanadora, abre nuestra relación a una mayor intimidad común, purifica nuestras miradas… Esposos, “¡lo tendréis limpio todo!”.
Oramos especialmente por el sínodo:
https://proyectoamorconyugal.es/oracion-a-la-santa-familia/