Liturgia de los cuerpos. Comentario para Matrimonios: Lucas 6, 1-5

EVANGELIO

¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 1-5

Un sábado, iba Jesús caminando por medio de un sembrado y sus discípulos arrancaban y comían espigas, frotándolas con las manos.
Unos fariseos dijeron:
«¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?».
Respondiendo Jesús, les dijo:
«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre?
Entró en la casa de Dios, tomando los panes de la proposición, que sólo está permitido comer a los sacerdotes, comió él y dio a sus a los que estaban con él».
Y les decía:
«El Hijo del hombre es señor del sábado».

Palabra del Señor.

 

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES pincha aquí:  http://wp.me/P6AdRz-D1

Liturgia de los cuerpos.

Es importante vivir la ley según el espíritu de la ley, porque de lo contrario se convierte en un cumplimiento desprovisto del amor, y si no tengo amor…
Hoy hablaremos de la virtud de la castidad. Algunos matrimonios piensan que lo bueno, lo santo, es la contención total, es decir, no tener relaciones por ofrecer un sacrificio a Dios. Lo bueno no es hacer sacrificios, sino hacer los que le agradan a Dios, y Dios ha pensado la unión conyugal precisamente para que podamos hacernos uno. ¿Cómo apartar de nuestra vida precisamente aquello que lleva al culmen nuestra misión conyugal, hacernos una sola carne? Pues así debemos tomarnos el acto de hacer el amor (esto sí que sí es hacer el amor, construir amor), como lo esencial de nuestra vocación, que se expresa en la carne.
La castidad no es solo respetar los ciclos de la mujer, conteniéndose cuando está más fértil en aras de una paternidad responsable. La castidad es también que los esposos se unan carnalmente cuando acabe ese periodo. En cada acto, vivido como Dios quiere, se hacen protagonistas de lo que San Juan Pablo llamaba “la liturgia de los cuerpos” que expresa algo grande, algo que nos sobrepasa: El amor conyugal a imagen del Amor de Dios.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Teresa: Mi esposo está obsesionado. En cuanto llegan los días en que disminuye la fertilidad, hala, a buscar su recompensa. Yo creo que no se puede ser tan superficial. Parece un troglodita.
Matrimonio Tutor (esposa): Teresa, yo cuando mi esposo se acerca a mí para unirse carnalmente conmigo, siento que está animándome con un fin muy loable y sólo digno de esposos. A mí me da mucho respeto juzgar la intención con la que desea mi esposo tener relaciones conyugales conmigo. Creo que si no fuera por él, me volvería demasiado espiritual y no viviría mi vocación en la carne, como Dios lo pensó. Después descubro que la unión en la carne, cuando la vivimos con la dignidad que tiene, ayuda a la unión de nuestros corazones y de nuestras almas. Dios lo pensó así y es precioso. Es un momento de alabanza y para darle gloria al Creador.
Teresa: Nadie me había hablado así de esto. Me interesa profundizar si no te importa…

Madre,

A veces, ceñirnos a las normas es más fácil que unirnos entre nosotros y a Dios a través de ellas. Que pongamos amor donde no haya amor. Alabado sea Dios.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *