Archivo por días: 21 febrero, 2025

Monstruo tentempié. Comentario para Matrimonios: Marcos 8, 34–9, 1

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 34–9, 1

En aquel tiempo, llamando a la gente y a sus discípulos, Jesús les dijo:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque, quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. Pues ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma? ¿O qué podrá dar uno para recobrarla? Quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre entre sus santos ángeles».
Y añadió:
«En verdad os digo que algunos de los aquí presentes no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios en toda su potencia».

Monstruo tentempié.

El imbatido es: el amor propio. Mira que es difícil negarse uno a sí mismo… A veces parece que lo consigues con la gracia de Dios, y de repente, a la primera de cambio se levanta sobre sí mismo y se vuelve a erigir como rey.
El amor propio es como un monstruo tentempié.
Sólo por amor se puede batir. Sólo con el amor de Dios se puede vencer. Cuando ame a Dios y a mi esposo más que a mí, seré un buen discípulo, porque podré entregarme por él o ella en la cruz, por amor, y así seguir al Señor.
¿Quieres vencer tu amor propio? Ama más al Señor y ama más a tu esposo.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Negui: Carlos, ¿me amas más que a ti mismo?
Carlos: Te diría que sí quiero amarte más que a mí mismo, pero aún me pongo como prioridad por encima de ti en algunas ocasiones. Aún hay veces que pienso más en mí que en ti. Todavía hay veces que te hago daño por defenderme a mí mismo, Negui.
Negui: A mí me pasa igual. A veces doblegó mi amor propio, pero cuando me tocan las narices… Y ¿qué crees que debemos hacer?
Carlos: Creo que debemos seguir fieles a la oración cada día y hacer ejercicios de entrega mutua para enamorarnos más el uno del otro.
Negui: Vale. ¡Me apunto a eso!

Madre,

Queremos ser discípulos de Tu Hijo. Permítenos seguirle, porfa. Le amamos, pero queremos amarle más. Nos amamos, pero queremos amarnos más. Gracias, Bendita Madre.