Archivo por meses: enero 2025

Su causa. Comentario para Matrimonios: Marcos 1, 14-20

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 14-20

Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».
Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores.
Jesús les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. A continuación los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.

Su causa

Jesús no se presenta a sí mismo, sino que se oculta tras la presentación del reino de Dios. Es cierto que el reino de Dios está en Él, pero no es Él quien lo dice inicialmente.
Y es que, la persona se revela en su causa y la causa del Salvador es que el reino de Dios triunfe en nuestros corazones.
Como siempre me confronto con Jesús y me pregunto ¿Cuál es mi causa?

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Pepe: Leli ¿Tú sabrías decir cuál es tu causa?
Leli: Claro. Mi causa es dar gloria a Dios a través de mí matrimonio contigo. En mi entrega a ti y en nuestra entrega juntos a nuestra familia se juega todo lo que puedo ofrecerle a Dios con mi vida.
¿Crees que lo estoy haciendo bien, Pepe?
Pepe: Para mí que no hay mejor esposa ni madre que tú.
Leli: Gracias Pepe. Que me digas eso tú me hace pensar que el Señor está haciendo su obra en nosotros de verdad.
Pepe: Cada vez más, Leli, lo veo cada vez más.

Madre,

El reino de Dios está aquí. Que sepamos acogerlo, apreciarlo y anunciarlo como corresponde. Alabado sea Jesucristo.

RETIRO MATRIMONIOS ALICANTE  14 – 16 MARZO 2025

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De criados a hijos. Comentario para Matrimonios: Lucas 3, 15-16. 21-22

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Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 3, 15-16. 21-22

En aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:
«Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego».
Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma y vino una voz del cielo:
«Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco».

De criados a hijos.

Contemplamos una de las manifestaciones de Jesús más potentes. Dios Padre y el Espíritu Santo dejan patente que Jesús es el Señor.
Un momento enormemente grande en que el Espíritu de Cristo pasa al agua, para que después nosotros podamos ser bautizados con el Espíritu Santo.
Ese momento en que pasamos de criaturas a hijos. La relación con el Dueño (con mayúsculas ) de la casa ya no es contractual, sino incondicional. Ya no estamos uniformados sino que podemos sentirnos cómodos en familia; entre nosotros no somos competidores, sino hermanos; si metemos la pata no se nos echa sino que se nos perdona; no esperamos un salario sino una herencia y todo lo que hay en esta casa lo consideramos como propio. Dios es mi padre y Su casa es mi casa.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Lorena: Como en casa, no se está en ningún sitio ¿Verdad, Marino?
En casa te puedes relajar, puedes estar en zapatillas , en pijama… puedes descansar en tu esposo.
Marino: Desde luego, Lorena. El hogar es el hogar.
Lorena: Pues eso mismo experimento en nuestra comunidad de la Iglesia. Con ellos estamos como en familia. Eso mismo experimento cuando entro en una iglesia, o cuando estoy en medio de la naturaleza. Porque es la casa de mi Padre y me siento en ella.
Marino: Cuando en el mundo no nos sentimos como en casa es porque hemos perdido la conciencia de ser hijos del mismo Padre.
Lorena: Menudo don, ser hijos de Dios, y cómo cambia nuestra experiencia de este mundo cuando reconocemos a Dios como Padre.

Madre,

Qué bien ser tus hijos. Alabado sea Jesucristo que nos ha hecho hijos de Dios. Ni más ni menos.

Reeducar el alma. Comentario para Matrimonios: Lucas 5, 12-16

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 5, 12-16

Sucedió que, estando Jesús en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra; al ver a Jesús, cayendo sobre su rostro, le suplicó diciendo:
«Señor, si quieres, puedes limpiarme».
Y extendiendo la mano, lo tocó diciendo:
«Quiero, queda limpio».
Y enseguida la lepra se le quitó.
Y él le ordenó no comunicarlo a nadie; y le dijo:
«Ve, preséntate al sacerdote y ofrece por tu purificación según mandó Moisés, para que les sirva de testimonio».
Se hablaba de él cada vez más, y acudía mucha gente a oírlo y a que los curara de su enfermedades.
Él, por su parte, solía retirarse a despoblado y se entregaba a la oración.

Reeducar el alma.

Jesús cura al leproso, pero después le envía a ofrecer su purificación. Hablemos de esto, de la purificación.
No basta con el perdón de Dios. El pecado deja una huella en nosotros, un desorden, que hay que purificar, de manera que pasaremos toda la vida purificando y lo que no quede purificado aquí, deberá purificarse en el purgatorio.
La labor de purificación es de Dios, pero nosotros tenemos que colaborar con nuestras buenas disposiciones. Nuestra alma requiere de una reeducación natural y sobrenatural que necesita de nuestra colaboración.
La unión con Dios y con Su pureza infinita, requiere de nuestro acercamiento a ella.
Se da la circunstancia además de que cuanto más nos acercamos a la Luz, más apreciamos nuestras impurezas, como el que ve el agua aparentemente cristalina con un microscopio, así que, igual hay más de lo que vemos ahora.
Esposos, trabajemos esa purificación nuestra para que el Amor de Dios pueda reinar entre nosotros y así poder alcanzar la tan ansiada Caridad Conyugal.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Marina: Arturo, hoy quiero pedirte perdón por todo lo que te he exigido en este tiempo, por mi sed insaciable de vivir la comunión entre nosotros.
Arturo: No te preocupes Marina. Me he merecido todas y cada una de tus correcciones.
Marina: El problema principal no está en que tú te corrijas, sino en que yo purifique mi alma para poder estar más cerca del Señor y que Su Amor pueda actuar entre nosotros.
Arturo: Entiendo. Pero ¿Tienes experiencias de ello o es que lo has leído?
Marina: Llevo un tiempo probándolo y es totalmente cierto. ¡Funciona! ¿No has percibido que llevamos un tiempo mucho mejor?
Arturo: Sí. Llevamos una racha maravillosa.
Marina: Incluso tú, ¿No me amas más?
Arturo: Sí. Espectacular.
Marina: Pues sólo he hecho eso. Trabajar mi purificación reordenando poco a poco mi alma con la gracia de Dios.
Arturo: Qué maravilla. ¡Gloria a Dios!

Madre,

Ayúdanos a nuestra purificación que queremos llegar a la Caridad Conyugal aquí y al cielo allí. Alabado sea Dios que nos purifica con Su gracia.

RETIRO PARA MATRIMONIOS EN VALENCIA 21 – 23 FEBRERO 2025

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