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Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 1-4
En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos, vio a unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos monedillas, y dijo:
«En verdad os digo que esa viuda pobre ha echado más que todos, porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».
Ver tu corazón.
La medida de Dios siempre tiene que ver con el amor. Pesamos lo que pesa nuestro amor.
Por eso, lo importante no es cuánto hacemos sino con el amor que lo hacemos. Cuanta renuncia hay y cuanto Amor hay hacia la persona a la que nos entregamos.
Por otra parte está el tema del juicio. Mucho ojo con juzgar el amor de mi esposo, porque quizás esté entregando muchísimo más que yo y no lo esté sabiendo valorar.
Aterrizado a la vida Matrimonial:
Jaime: Esposa, hoy en el Evangelio el Señor me ha hecho ver cuánto me amas. He visto muchísimas renuncias que tienes por amor a mí y que no estaba sabiendo valorar porque eran renuncias que a mí no me costaban. Por eso no era capaz de valorarlas. Pero tu entrega era real.
Andrea: Me alegro mucho. ¿Cuáles por ejemplo?
Jaime: Por ejemplo mis faltas de delicadeza. Ayer por ejemplo te dije que dije: «Claro, tú siempre estás cansada», de manera que en lugar de valorar tantos momentos en que superas tu cansancio por amor a mí, banalizo esos esfuerzos convirtiendo tu cansancio en una especie de exageración tuya.
Andrea: Muchas gracias por decirme esto, esposo mío. Veo cómo te esfuerzas por ser más delicado y eso mucho más de lo que yo merezco.
(Y el Señor vio complacido en el corazón de estos esposos el esfuerzo por valorar su mutua entrega, y les bendijo).
Madre,
Quiero valorar más la entrega de mi esposo/a. Muéstrame su corazón. Gracias Madre. Alabado sea Dios que ve en nuestros corazones.