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Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 2, 13-22
Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:
«Quitad esto de aquí: no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre».
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito:
«El celo de tu casa me devora».
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:
«¿Qué signos nos muestras para obrar así?».
Jesús contestó:
«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré».
Los judíos replicaron:
«Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?».
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y creyeron a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
En cada rincón.
Jesús entregó Su Cuerpo humano para poder estar hoy Sacramentalmente en cada rincón del mundo. Es una maravilla estar ahora en Paraguay ante el Santísimo Sacramento, y hace unos días estar en Buenos Aires y poder adorar al Santísimo Sacramento.
Y ¡Cuánto recibimos de Él! Gracias Señor por entregarnos Tu Cuerpo, porque sin él no podríamos hacer nada.
Aterrizado a la vida Matrimonial:
Lorenzo: Me asombra tanto contemplar tu cuerpo maravilloso…
Catalina: Bueno, ya no es lo que era, ya está un poquito caduco.
Lorenzo: No importa. Sigue teniendo una grandeza y una belleza imponente, porque es templo del Espíritu Santo. Gracias a Dios, Él me ha dado la mirada con la que puedo reverenciarlo.
Catalina: Me encanta tu mirada de ahora. Me parece de una delicadeza y una pureza inmensas. Para mí que Dios me mira a través de ti.
Lorenzo: Alabado sea Dios.
Catalina: Alabado sea por siempre.
Madre,
En Tu seno se engendró el Cuerpo de Cristo. Gracias Madre por traernos tan inmenso don. Alabado sea Dios.