Archivo por meses: noviembre 2023

De poco a grande. Comentario para Matrimonios: Lucas 16, 9-15

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

 

EVANGELIO

 

Si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará la verdadera?
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 16, 9-15

En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos:
«Ganaos amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
El que es fiel en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto.
Pues, si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará la verdadera? Si no fuisteis fieles en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?
Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero».
Los fariseos, que eran amigos del dinero, estaban escuchando todo esto y se burlaban de él.
Y les dijo:
«Vosotros os las dais de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones, pues lo que es sublime entre los hombres es abominable ante Dios».

Palabra del Señor.

De poco a grande.

El que es fiel en lo poco, también en lo mucho es fiel. ¡Qué bueno! En realidad, es obvio. ¿Quién eres? Y así te comportarás en lo poco y en lo mucho. Por eso es tan importante ser fieles en las cosas de los hombres y así estar bien dispuestos para las cosas de Dios.
Practiquemos así las virtudes naturales en las cositas del día a día que nos hacen amables hacia nuestros esposos para llegar a alcanzar las sobrenaturales que nos elevan a Dios por la gracia.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Manolo: Vicky ¿Qué haces que llevas un buen rato ordenando mis cosas de aseo?
Vicky: Disponiendo mi corazón para cuando me necesites en algo más serio. Ahora te ayudo a ordenar tus cosas y en algún momento estaré lista cuando Dios me pida ayuda para ordenar tu corazón.
Manolo: Pero qué bonita eres. Entrenándote en lo pequeño para disponerte a amarme a lo grande. No hay otra como tú. ¿Cómo le podré pagar a Dios tanto como me ha dado a través de ti? Alabado sea Dios.
Vicky: Alabado sea por ti.

Madre,

Que estemos atentos siempre para ser fieles en lo poco. Alabado sea el Señor que nos enseña a amar cada día a través de Su Palabra.

Seducir para Dios. Comentario para Matrimonios: Lucas 16, 1-8

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

EVANGELIO

Los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que con los hijos de la luz.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 16, 1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes.
Entonces lo llamó y le dijo:
“¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando”.
El administrador se puso a echar sus cálculos:
“¿Qué voy a hacer, pues mi señor me quita la administración? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”.
Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero:
“¿Cuánto debes a mi amo?”.
Este respondió:
“Cien barriles de aceite”.
Él le dijo:
“Toma tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”.
Luego dijo a otro:
“Y tú, ¿cuánto debes?”.
Él dijo:
“Cien fanegas de trigo”.
Le dice:
“Toma tu recibo, escribe ochenta”.
Y el amo alabó al administrador injusto, porque había actuado con astucia. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz».

Palabra del Señor.

Seducir para Dios.
Este Evangelio siempre cuesta entenderlo un poco. Parece que se está felicitando a alguien que actúa indebidamente. Pero Jesús quiere animarnos a “utilizar” los bienes de Su Padre para “ganarnos” el amor de muchos. Él me anima a que utilice todo lo que Dios me entrega, para que la deuda que mi esposo tiene con el Padre se reduzca a la mitad o desaparezca, si fuera posible. Dios no quiere que mi esposo tenga deudas con Él, y está dispuesto a entregar lo que sea de lo suyo, con tal de que llegue a estar en paz con Él, incluso a Su único Hijo. ¿Y yo?

El Demonio es astuto, es un seductor, que nos arrastra y nos convence disfrazando de bien sus caminos. Así nosotros, debemos ser más astutos con nuestros esposos para ayudarles a llegar a Dios. El Demonio no impone, atrae. Pues yo debo atraer a mi esposo hacia Dios con más fuerza que él, porque el Señor siempre puede más.

Aterrizado a la vida matrimonial:
Marta: Andrés, te he mandado un enlace sobre el Padre Pío. ¿Lo has visto?
Andrés: No, Marta, no lo he visto.
Marta: Seguro que estarás viendo todo tipo de vídeos, pero cuando te envío algo profundo, no te interesa.
Andrés: Marta, estoy harto de los bodrios de vídeos que me envías. No sé por qué estoy obligado a ver esas cosas…
El Señor en la oración: Marta, Marta… Todas tus cualidades de mujer, te las he dado para que intentes atraer a tu esposo hacia mí. Se lo que eres. Se mujer, femenina, dulce, embaucadora… sigue unida a mí con tu oración y sacramentos, sigue ofreciendo sacrificios por él. Llegado el día Yo lo haré. Tú, hija mía, confía en Mí. Pero te necesito, necesito tu boca, tus manos, necesito que cuando Andrés te vea a ti, en realidad sea a Mí a quien ve. Ámale como yo te Amo, como yo lo Amo y utiliza todas tus dotes de seducción para traerme su alma. Es el mayor regalo que puedes hacerle, si lo amas, es el mayor regalo que puedes hacerme si me amas.
(Marta esperó unos días, para no agobiar a Andrés)
Marta: Cariño, ¿Te vienes aquí conmigo que tengo un poco de frío?
Andrés: Sí, claro. Yo te caliento.
Marta: Sé que hay una serie que te gusta. ¿Puedo ver un par de capítulos contigo y después charlamos un rato juntos?
Andrés: Bueno, bueno… ¿Mi serie? ¡Vale! Me gusta que compartas esto conmigo.
(Después de un par de capítulos)
Marta: Me ha gustado ver tu serie contigo. ¿Te gustaría que compartiese yo también algo contigo? Te necesito.
Andrés: Sí, por supuesto.
Marta: Mira, quiero vivir contigo algo grande, que va más allá de la logística y las cosas de casa… quiero conocerte y que me conozcas…
(Tras un rato hablando mientras Marta le acaricia el pecho a Andrés, que sabe que le gusta…)
Marta: A mí lo que me ocurre es como ese Evangelio que dice…
(Y así, Marta, suavemente, hacía que Andrés entrara en las cosas de Dios. Sin imposiciones. Dándole gusto y haciéndole vivir un rato agradable. Por fin, Marta estaba sabiendo administrar con astucia los dones que Dios le había dado).

Madre,
Admiro tu delicadeza, tu sencillez. Cómo me has seducido para Dios y cómo me has robado el corazón. Te quiero, Madre. ¿Cómo te podré pagar? Alabado sea el Señor, que me entregó a Su Madre Santísima para acogerme en Su nombre. Amén.

La torre del corazón. Comentario para Matrimonios: Lucas 14, 25-33

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

EVANGELIO

Aquel que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 14, 25-33

En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:
«Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.
Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío.
Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?
No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo:
«Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar».
¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que lo ataca con veinte mil?
Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.
Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío».

Palabra del Señor.

 

La torre del corazón.

Rico es aquel que se fía de sus posesiones terrenales para alcanzar su propia satisfacción. ¿Qué satisfacción puede buscar? Su seguridad, sus deseos sensibles, su presunción, su poder… La cuestión que nos plantea Jesús es ¿qué “torre” tengo que construir con mi vida? Porque si para alcanzar ese fin último (bueno, bello, verdadero y justo), no tengo medios suficientes, ya me puedo ir espabilando para “negociar” con Aquel que sí los tiene. Si pretendo enfrentarme al plan de Dios, más me vale que cuando aún esté lejos pacte con el Rey cómo conciliar Sus planes con mi vida. Y el pacto que me propone es este: Tienes que estar dispuesto a renunciar a todo lo terrenal para hacerte heredero de lo eterno.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Carla: Luis, ¿quién debería gobernar tu entrega matrimonial? Tu cabeza o tu corazón.
Luis: Yo creo que mi cabeza.
Carla: Pues tienes un problema, porque no se ama con la cabeza, la cabeza no nos mueve y el amor exige una inclinación, un movimiento. Nos mueven las pasiones y la voluntad, y ambos forman parte del corazón. ¿Por qué has dicho la cabeza?
Luis: Porque considero que ahí reside el buen criterio para amar como se debe.
Carla: ¡Muy bien! En eso tienes razón. Pues ordena tu corazón con tu buen criterio y con la fuerza de la gracia, y deja después que tu corazón gobierne tu entrega en el matrimonio. Ese es el camino de la virtud. Virtuoso es aquel que alcanza la espontaneidad del corazón porque su corazón se hace uno con el de Cristo y sus deseos son los de Cristo.
Luis: No me entero mucho, pero suena bien.
Carla: Vamos educando nuestras pasiones desordenadas, y el día en que deseemos la voluntad de Dios sobre todas las cosas, sin tener ya otros deseos a los que nos cueste renunciar, ese día disfrutaremos plenamente del matrimonio aquí en la tierra.
Luis: Ahora lo entiendo mejor. Merece la pena ponerse a ello.

Madre,

Merece la pena renunciar a lo finito para alcanzar el infinito. Merece la pena renunciar a atracciones pasajeras para alcanzar el amor eterno. Merece la pena el combate espiritual para poder seguir a Cristo. Alabado sea por siempre nuestro Señor.

Dignidad de templo. Comentario para Matrimonios: Juan 2, 13-22

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

EVANGELIO

Hablaba del templo de su cuerpo.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 2, 13-22

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:
«Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre».
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito:
«El celo de tu casa me devora».
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:
«¿Qué signos nos muestras para obrar así?».
Jesús contestó:
«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré».
Los judíos replicaron:
«Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?».
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y creyeron a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.

Palabra del Señor.

Dignidad de templo.

Jesús vive ese celo por el templo de Su Padre. Después hace referencia al nuevo templo de Dios, Su propio Cuerpo.
Pero Él dijo que habría un día en que no se adoraría a Dios ni aquí ni allá, sino en espíritu y en verdad.
Ese día ha llegado y el templo es nuestro cuerpo, porque el Espíritu reside en nosotros y Dios está en lo más profundo de nuestra alma.
Pues si mi cuerpo es templo ¿Con qué celo lo cuido y lo trato? Y si el templo es el cuerpo de mi esposo ¿Con qué celo lo miro, le hablo, lo acaricio…?

Aterrizado a la vida matrimonial:

Marta: Me cuesta entender la dureza con la que el Señor echa a los cambistas del templo.
Andrés: Es un templo sagrado y estaban además en la zona de la purificación. El Señor tenía que hacerles entender que ese no es el camino de la purificación apropiado para acceder a él.
Marta: Ahora el templo es nuestro cuerpo. ¡Cómo esperará Él que lo tratemos!
Andrés: Con muchísima pureza, desde luego. Él se toma muy en serio la dignidad del templo de Dios. Y esa es la dignidad que le corresponde ahora a nuestros cuerpos.
Marta: Desde luego, viendo su reacción, tenemos que entender la importancia que Él le da a la pureza en nuestra sexualidad.

Madre,

Que nos tratemos siempre según la dignidad que Dios nos ha conferido. Y si no, aceptaremos los «azotes» con humildad. Alabado sea Dios.

La gracia necesaria. Comentario para Matrimonios: Lucas 14, 15-24

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

EVANGELIO

Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que entren y se llene mi casa.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 14, 15-24

En aquel tiempo, uno de los comensales dijo a Jesús:
«¡Bienaventurado el que coma en el reino de Dios!».
Jesús le contestó:
«Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a la hora del banquete mandó a su criado a avisar a los convidados:
“Venid, que ya está preparado”.
Pero todos a una empezaron a excusarse.
El primero le dijo:
“He comprado un campo y necesito ir a verlo. Dispénsame, por favor”.
Otro dijo:
“He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor”.
Otro dijo:
“Me acabo de casar y, por ello, no puedo ir”.
El criado volvió a contárselo a su señor. Entonces el dueño de casa, indignado, dijo a su criado:
“Sal corriendo a las plazas y calles de la ciudad y tráete aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos”.
El criado dijo:
“Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía queda sitio”.
Entonces el señor dijo al criado:
“Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que entren y se llene mi casa”.
Y os digo que ninguno de aquellos convidados probará mi banquete».

Palabra del Señor.

La gracia necesaria.

El alimento para el alma es la Gracia de Dios. Es lo que nos permite vivir el reino. Dios nos da la gracia suficiente para ser capaces de responder a Su plan. Pero entonces llegan las excusas. ¡Ay las excusas! ¡Qué malas son! Porque es la manera de quitarnos de en medio la responsabilidad de haber perdido la gracia de Dios, y además nos quitan la fuerza para luchar, estar bien dispuestos y acogerla plenamente. El resultado ¿cuál es? Que me pierdo el reino de Dios en la Tierra.
El Señor nos pone por delante un banquete de gracias y nosotros lo rechazamos y nos excusamos. ¡Cuánto cielo me estoy perdiendo!

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Antonio: Cuando leía este Evangelio, me decía a mí mismo: Este no va contigo, porque tú sí has respondido al Señor. Pero hoy me preguntaba ¿Entonces por qué no estoy viviendo el Reino?
Gloria: ¡Qué interesante! Me parece buenísima la pregunta. Y ¿Has llegado a alguna conclusión?
Antonio: Sí. He llegado a la conclusión de que Dios me está invitando constantemente a un banquete de gracias y yo no lo acojo poniéndome mil excusas.
Gloria: Ya. Pero especifica un poco más, que no acabo de pillarlo.
Antonio: Mira, por tener el Sacramento del Matrimonio, Dios me garantiza que recibiré la gracia necesaria para vivir un matrimonio contigo como Él lo pensó. Pero si no lo estoy viviendo ¿Por qué será?
Gloria: ¿Porque estás derramando la gracia?
Antonio: Exacto. Él me invita a vivir el Reino y yo lo rechazó. Y a partir de ahora, me he propuesto al menos, no ponerme más excusas.

Madre,

Eres la llena de Gracia. Claro, tú acogías perfectamente toda la gracia de Dios. Reina del cielo, ¡alégrate! aleluya.