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EVANGELIO
Reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13, 47-53
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.
Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno de fuego. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
¿Habéis entendido todo esto?»
Ellos le responden:
«Sí».
Él les dijo:
«Pues bien, un escriba que se ha hecho discípulo del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo».
Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.
Palabra del Señor.
Última llamada.
Hablemos sobre el juicio final. ¿Qué? Sí, sí, es real. ¡Habrá un juicio final!
El demonio quiere que le quitemos importancia: Como Dios es misericordioso… todo vale. Nadie se va a condenar. Dios es demasiado bueno. ¿Verdad? Y ¿Quién conoce a Dios? ¿Los más alejados? ¿Quién se atreve a juzgar a Dios? El problema no es que a Dios le falte amor, obviamente, puesto que Él es amor. Hasta ahí, la salvación está garantizada. Pero ¿Y si yo rechazo la salvación? ¿Y si la rechacé ayer? ¿hoy? ¿mañana? El problema es que yo no ame a Dios sobre todas las cosas ayer, hoy ni mañana porque estoy atento a otras cosas que llaman más mi atención. Si ayer no lo puse como prioridad, hoy no lo pongo como prioridad, mañana no le presto atención prioritaria… ¿Pretendo creer que en el último momento cambiará la cosa? ¿Cómo voy a amarlo sobre todas las cosas si nunca me ha interesado? El santo temor de Dios, no consiste en temerle a Él. Consiste en ¡Temer un segundo de mi vida sin Él!
Aterrizado a la vida matrimonial:
Jaime: No, no, pero yo “creo”. Dios existe…
Matrimonio Tutor: Si crees que Dios existe, tu vida debería estar orientada hacia Él ¿no? ¿Te has parado a conocerlo? ¿Has contemplado su inmensidad admirable?
Jaime: Bueno, Dios está ahí en donde esté y yo aquí. Creo en que alguien ha creado todo esto, pero no llego a ver nada más.
Matrimonio Tutor: Y ¿No te interesa conocer al que creó todo el universo? ¿Al que te creó a ti? ¿Al que creó a tu esposa? ¿Al que te la entregó? ¿Al que creó a tus hijos? ¿Al que te los entregó…? ¿Al que creó y te dio todo lo que amas y te importa en la vida?
Jaime: No me lo había planteado, pero sí, ¡Claro que me gustaría conocerlo!
Matrimonio Tutor: ¿Alcanzas a entender su inmensidad? ¿Su poder? ¿Su amor? Pues desea conocerlo. El camino es, conocer a tu Madre, ella te llevará a Su Hijo y Su Hijo te mostrará al Padre. Todo esto se hará por obra del Espíritu Santo. Sólo tienes que hacer una cosa: Querer conocerlo, pero de verdad. Poniendo interés, acercándote a la Iglesia y a través de tu vocación conyugal que es tu llamada para llegar hasta Él. Y si no quieres, o no tienes tiempo, no esperes que el último día tengas más interés que hoy. Lo que tengas que hacer, hazlo ahora, antes de que sea demasiado tarde. Él, Dios, te está esperando…
Madre,
Cada día de nuestra vida conyugal y familiar, tengo la oportunidad de descartar lo malo que me distrae y quedarme con lo bueno que me lleva al Señor. Elegimos la esperanza. Elegimos al Amor. Alabado sea Dios, inmenso, omnipotente, Santo.