Archivo por días: 3 diciembre, 2022

A la Misión. Comentario para Matrimonios: Mateo 9, 35-10, 1. 6-8

EVANGELIO

 

Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 35-10, 1. 6-8

En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando el Evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia.
Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, «como ovejas que no tienen pastor».
Entonces dice a sus discípulos:
«La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies».
Llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:
«ld a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios. Gratis habéis recibido, dad gratis».

Palabra del Señor.

ANUNCIOS

EN MÁLAGA: 3 Dic Parroquia San Gabriel, a las 20:30.
EN JAEN: 4 dic Parroquia Santa Isabel 16:00h

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A la Misión.

Vemos a Jesús yendo por todas las ciudades y pueblos proclamando el Evangelio y curando todas las enfermedades. Se compadecía de ver a la gente como ovejas sin pastor. En esta gran batalla del demonio contra el matrimonio y la familia, nos encontramos muchísimos esposos lisiados y heridos por la concupiscencia, esposos que no saben quererse, que andan como ovejas sin pastor.
El Señor me anima a que le pida Su Espíritu, porque Él se compadece de ellos y los quiere curar, quiere proclamar en Evangelio del matrimonio. Me anima a la Misión para Expulsar Espíritus Inmundos del matrimonio. Pero necesitamos el Espíritu Santo para que nos de esa autoridad que nos permita expulsar tantos espíritus inmundos que tienen el dominio de sus corazones.
Si vosotros también os sentís llamados a la “Misión”, apuntaos como matrimonios Custodios o Matrimonios Tutores.
Señor, si no nos lo das por nuestros méritos, al menos que sea por lo que trabajamos por ti, por lo que intentamos quererte y por la compasión que nosotros también sentimos por ellos.

Aterrizado a la vida matrimonial:

(Conversación entre dos esposos que son matrimonio Tutor)
Alfonso: Me ha dicho el esposo que, después de la conversación que tuvieron aquí el otro día, en le que su esposa sacó a colación otra vez el tema de la familia de origen de ella, no está dispuesto a continuar asistiendo a las tutorías. Pensaba que era un tema que ya estaba superado. La familia de ella se había portado muy mal y debía quedarse apartada para siempre. Él ha roto con ellos y ella debía mantenerse también en la distancia o al menos no involucrarle a él en ningún caso que tenga que ver con ellos.
Clara: Vaya, pobre, ha tenido que ser muy duro lo que ha vivido con la familia de origen de ella. Lo primero que hemos de hacer es que se sienta comprendido en su dolor. Pero no debemos quedarnos ahí, tenemos que ayudarle a superar ese bloqueo, esos miedos que le van a torturar aunque no vuelva a verlos nunca. Además, ella vive esa situación con mucha dificultad, porque sabe que eso no es propio de su dignidad como matrimonio cristiano.
Alfonso: Sí, tenemos que ayudarle a él a profundizar en su corazón y que encuentre la verdad, sin excusas que le impidan llegar a la verdadera causa de ese malestar o ese afecto negativo que le impide tener una relación con ellos. Lo que le impide acogerles tal como son. No descansará hasta que no purifique su corazón. Que Dios nos ayude.
Clara: Espíritu Santo, guía nuestros pasos y ayúdanos a sanar estos corazones heridos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Madre,

El Reino de Dios ha llegado a los matrimonios. La verdad y belleza que Dios sembró en la creación de la relación hombre-mujer, sigue inscrita en nuestros corazones de esposos. Que a precio de dominio de nosotros mismos y de nuestra concupiscencia, acojamos la redención de Cristo que la potencia, la engrandece y la hace florecer de manera real en nuestro día a día. Alabado sea el Señor que la ha recuperado para nosotros. Amén.