EVANGELIO
Sé quién eres: el Santo de Dios.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 4, 31-37
En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba.
Se quedaban asombrados de su enseñanza, porque su palabra estaba llena de autoridad.
Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu de demonio inmundo y se puso a gritar con fuerte voz:
¡Basta! ¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».
Pero Jesús le increpó diciendo:
«¡Cállate y sal de él!»
Entonces el demonio, tirando al hombre por tierra en medio de la gente, salió sin hacerle daño.
Quedaron todos asombrados y comentaban entre sí:
«¿Qué clase de palabra es esta? Pues da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen».
Y su fama se difundía por todos los lugares de la comarca.
Palabra del Señor.
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¿Tiene autoridad?
La autoridad viene de Dios. Es Él quien designa una misión y da poder para acometerla. Para ello es necesario conocer a Dios y conocer su Voluntad. Si no conozco la Verdad, si no me lleno del Espíritu Santo, hablaré de mis criterios y trabajaré con mis fuerzas, pero no con la autoridad que da la Verdad, que hasta los espíritus inmundos obedecen.
No son los más pesados o insistentes los que convierten a las personas, sino los santos. Los insistentes cansan, se imponen y provocan rechazo. Los santos arrastran a muchos hacia Dios, porque actúan con el Poder de Dios.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Carlos: Se lo he dicho mil veces, tanto a Marta como a los niños, y no me hacen caso. Estoy cansado de decírselo.
Matrimonio Tutor: Carlos, has recibido la autoridad de Dios sobre tu esposa y tus hijos. Pero tú no tienes poder para cambiar a las personas, es Dios quien lo hace. Sólo Dios puede. O te llenas de Dios y por tanto actúas y hablas en Su nombre, o no tienes nada que hacer.
Carlos: y ¿qué tengo que hacer?
Matrimonio Tutor: Lo primero es purificar tu corazón, para que pueda entrar el Espíritu. Para ello, acepta tu situación, esas cosas que no soportas de tu esposa son un indicativo de que tú tienes mucho que purificar, porque si no, serías capaz de amar en esas situaciones. Así que, acepta esas circunstancias como un medio para ser capaz de amar, y recíbelas con alegría, con paciencia y con humildad. Y después, ya sabes, acude mucho a los sacramentos. Una vez que hayas entregado tu voluntad y tus criterios a Dios, podrá actuar el Espíritu Santo a través de ti.
Carlos: Ah! Pues qué visión más interesante. A partir de ahora intentaré amar en cada una de esas situaciones que me cuestan, renunciar, obedecer (siempre que no sea algo en contra de la ley de Dios)… y llenarme del Espíritu Santo. Así podrá actuar Él.
Madre,
La autoridad nos viene dada por Dios, y sólo accederemos a ella por el camino de la humildad. La humildad nos lleva a la fe, la fe a la esperanza de que Dios hará la obra en nosotros, y la esperanza nos lleva a amarnos cada vez más. Madre, que dejemos a Dios ser Dios en nuestras familias. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.