EVANGELIO
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 44-51
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré en el último día.
Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios”. Todo el que escucha al Padre y aprende viene a mí.
No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna.
Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.
Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo».
Palabra del Señor.
Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES pincha aquí: http://wp.me/P6AdRz-D1
Atraídos.
“Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado”. La iniciativa es de Dios, y por tanto, para vivir la verdad, debemos buscarla en Él como origen también de nuestro matrimonio. Explicarlo desde la visión imperfecta que podemos tener uno del otro y desde las carencias de uno y otro, se hace imposible. Por este motivo se separan tantos matrimonios. El punto de partida es Dios. Pensábamos que nos atrajimos mutuamente, y en realidad, quien nos atrajo fue el Padre. Tengo que interiorizar que Él nos ha creado al uno PARA el otro. Necesito sentirme amado por Dios, o no conseguiré jamás amar a mi esposo.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Rosa: Si mi esposo me acompañase en la fe, se haría posible nuestro matrimonio.
Matrimonio Tutor: ¿Estás segura? Conozco muchos matrimonios en los que los dos son muy devotos pero entre ellos no hay unión ninguna. Otros creen que es cuestión de ser
Rosa: Pues no lo entiendo.
Matrimonio Tutor: Claro, porque no somos nosotros los que tenemos que establecer cómo debe ser nuestro matrimonio. Dios nos pone un camino por delante que es el que tenemos que recorrer. En el momento que nos casamos, empieza ese camino, y el matrimonio hay que construirlo desde esas circunstancias concretas que Dios ha permitido.
Rosa: No puede ser que Dios no quiera que mi esposo no tenga fe.
Matrimonio Tutor: Tampoco quiere mi pecado, ni el tuyo, y sin embargo me ama así y espera en ti y en mí. Confía en ti y en mí. Pues igual, tenemos que tener esperanza en Dios y en nuestro esposo. Él nos ha dado todo lo necesario para llegar a ser santos juntos. Aprovechemos todo lo que tenemos para amarnos. El resto no depende de nosotros. Confía, cree, y tendréis vida eterna.
Señor,
No podías decirnos más a los esposos en tan pocas palabras. Gracias por la Palabra. ¡Gracias por la Eucaristía! Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar. Disfrutemos de Él JUNTOS.