Archivo por meses: marzo 2021

Présentation Luxembourg et Bruxelles – Presentación Luxemburgo y Bruselas

  
SOUHAITEZ-VOUS partir à la découverte d’un projet qui a déjà changé la vie de milliers de couples? Basé sur la catéchèse de Saint Jean-Paul II, ce projet nous montre une voie où l’on apprend à aimer comme Dieu nous y invite.
La présentation du Projet d’amour conjugal aura lieu:
Le 17 avril à la Cathédrale de Notre-Dame de Luxembourg si les mesures sanitaires le permettent.
Le 18 avril, Bruxelles. En raison des restrictions due à la pandémie du corona virus la participation se fera uniquement via le canal YouTube.

Participation online également possible partout en Europe. https://www.youtube.com/channel/UC211hHMf2dsUPRQo_vxdtVA/
Traduction de l’espagnol au français.
Pour vous inscrire cliquez ici:
https://forms.gle/vb2Cye7VgCzQw5pHA

 VERSIÓN EN ESPAÑOL

¿QUIERES conocer el proyecto que ha cambiado a miles de Matrimonios?
Basado en las catequesis de San Juan Pablo II. Este proyecto nos enseña un camino donde aprendes a Amar como Dios lo pensó.
Podréis descubrirlo en el Anuncio que organiza Proyecto Amor conyugal:
El 17 de abril en la Catedral Notre Dame de Luxemburgo, con todas las medidas de seguridad.
El 18 de Abril, Bruselas. Debido a las restricciones por la pandemia del corona virus, la participación será únicamente on-line.

También podéis seguirlo por nuestro canal https://www.youtube.com/channel/UC211hHMf2dsUPRQo_vxdtVA/
Traducción de Español a Francés. Para más información
www.proyectoamorconyugal.es
Inscripciones aquí:
https://forms.gle/vb2Cye7VgCzQw5pHA

Anti abismos. Comentario para Matrimonios: Lucas 16, 19-31

EVANGELIO

Recibiste bienes, y Lázaro males: ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 16, 19-31

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
«Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico.
Y hasta los perros venían y le lamían las llagas.
Sucedió que se murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán.
Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando, dijo:
«Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas».
Pero Abrahán le dijo:
«Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él es aquí consuelo, mientras que tú eres atormentado.
Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que los que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros».
Él dijo:
«Te ruego, entonces, padre, que le mandes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio, de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento».
Abrahán le dice:
«Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen».
Pero él le dijo:
«No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán».
Abrahán le dijo:
«Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto”».

Palabra del Señor.

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Anti abismos.

El desprecio es lo que abre un abismo entre nosotros aquí en la tierra y, como consecuencia, abrirá otro en la otra vida entre los que han sido despreciados y los que los despreciaron.
Lo contrario del desprecio es el aprecio. Apreciar el valor de las personas es el antídoto contra los “abismos”. Cuando valoro a mi esposo como hijo de Dios, según el amor que Dios le tiene, le tengo en cuenta, estoy pendiente, me mueve a cuidarle y a procurarle un bien. Si aprendo a valorar, aprendo a querer.
Espero no tener que esperar a que resucite un muerto para valorar a mi esposo según el valor que Dios le ha querido dar y valorar a Dios como mi Creador, mi Salvador, mi Alfa y mi Omega.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Alfredo: Ha habido un abismo entre nosotros. La distancia era enorme a pesar de estar el uno al lado del otro. Nuestros cuerpos estaban cerca, pero nuestros corazones y nuestras almas estaban a años luz. Había como un muro entre nosotros que parecía imposible de franquear. Sólo había una posibilidad: Un acto de humildad por parte de los dos y un acto de perdón también por parte de ambos. Pero nuestro orgullo y nuestra vanidad eran tales, que esto se hacía imposible. Nos despreciábamos el uno al otro.
Yolanda: A mí me salvó Cristo. Él me mostró mi corazón, Él lo conoce, hasta el último rincón, y Él me lo mostró. Fue entonces cuando empecé a reconocer el valor que hay en ti. Volví a admirarte, volviste a gustarme, volví a reírme contigo, y mi corazón se fue uniendo el tuyo hasta conseguir unir de nuevo nuestras intimidades. Fue un camino largo, pero me siento orgullosa de lo que hemos conseguido juntos con el Señor. Ahora pienso que no soy digna de que entres en “mi casa”.
Alfredo: ¿Qué te ha echado Dios para que me gustes tanto?
Yolanda: Su misericordia.

Madre,

Que todos nuestros esfuerzos y sacrificios de esta cuaresma, sirvan para que el Espíritu vaya purificando nuestro corazón. Gracias por este Evangelio que me recuerda la importancia de apreciar el valor de mi esposo. Alabado ser Dios en toda su inmensidad.

¿Hacer o Ser? Comentario para Matrimonios: Mateo 20, 17-28

EVANGELIO

Lo condenarán a muerte.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 20, 17-28

En aquel tiempo, subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino:
«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará».
Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos y se postró para hacerle una petición.
Él le preguntó:
«¿Qué deseas?».
Ella contestó:
«Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda»
Pero Jesús replicó:
«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?».
Contestaron:
-«Podemos».
Él les dijo:
«Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús, les dijo:
«Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.
Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».

Palabra del Señor.

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¿Hacer o Ser?

Ser grande en este mundo consiste en tener poder para tiranizar y oprimir a otros. Despreciarlos, mirarlos por encima del hombro o ni mirarlos. “Exclusividad” ¿Qué es esto de “exclusivo”? ¿Que excluye?”
Jesús en cambio, nos enseña qué es SER grande: SER servidor es SER grande y SER esclavo es SER el primero. Ya es difícil HACER algo por el esposo, pero ¿SER servidor del esposo? Ya lo dice San Juan Pablo, que nuestra misión no es vivir con, sino EXISTIR PARA el esposo. Eso requiere de una transformación radical de nuestra esencia que no está a nuestro alcance. Lo que Dios ES por naturaleza lo podemos llegar a SER nosotros por la gracia, siempre y cuando bebamos Su cáliz antes. La gracia de Dios es lo más valioso de este mundo, porque es lo único que puede transformar lo que SOMOS. Es una maravilla incomprensible para nosotros, pero verdadera. Esposos, ¿vamos a pedir la gracia santificante?

Aterrizado a la vida matrimonial:

Marcos (Rezando delante de su esposa): Lo siento, Señor. Llevo mucho tiempo intentando cambiar y no lo consigo. Sigo pensando mucho en mí, me da pereza entregarme a mi esposa y me resisto a hacer lo que no me apetece o no estoy de acuerdo en hacer. Quiero ser Tu hijo, Señor. Dame la gracia necesaria para serlo.
María (Esposa de Marcos) (Rezando delante de su esposo): Señor, perdóname. Sigo muy pendiente de lo que hace mi esposo y “pesando” en mi balanza si hago yo más que él, si me esfuerzo más que él… ¿Por qué no consigo librarme de esta necesidad de medir mis esfuerzos con respecto a los suyos? Quiero existir para él, quiero cumplir Tu voluntad, pero estoy demasiado pendiente de mí. Señor, dame la gracia necesaria para ser Tu hija.
Los dos juntos: Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.

Madre,

Envíanos la gracia santificante, la gracia transformadora, para hacernos hijos a imagen del Hijo. Madre, tenemos sed. Amén.

Vía Crucis del Matrimonio 14 Estación

14ª Estación Jesús es colocado en el sepulcro

V/ Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Padrenuestro y un Avemaría.

Nicodemo y José de Arimatea, discípulos ocultos de Jesús, piden su cuerpo a Pilato para darle sepultura. Lo desclavan piadosamente, lo envuelven en un sudario y lo colocan en un sepulcro nuevo, que está en un huerto cercano.

Del Evangelio según San Marcos 15, 42-47:

Y llegada ya la tarde, puesto que era la Parasceve, que es el día anterior al sábado, vino José de Arimatea, miembro ilustre del Consejo, que también él esperaba el Reino de Dios y, con audacia, llegó hasta Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se sorprendió de que ya hubiera muerto y, llamando al centurión, le preguntó si efectivamente había muerto. Cerciorado por el centurión, entregó el cuerpo a José. Entonces éste, habiendo comprado una sábana, lo bajó y lo envolvió en ella, lo depositó en un sepulcro que estaba excavado en una roca e hizo arrimar una piedra a la entrada del sepulcro. María Magdalena y María la de José observaban donde era colocado (cf. Mt 27,57-66; Lc 23,50-56; Jn 19,38- 42).

Comentario

La Virgen ha abrazado y besado el destrozado cadáver de Jesús y derramado sus lágrimas sobre él.
Es momento de silencio interior, de escucha, de reparar el daño que te he causado y el que te ha causado mi esposo/a e hijos.
Los que le aman cogen el cadáver y le dan sepultura. Aparentemente, todo ha terminado, los enemigos creen haber triunfado y que Jesús será olvidado, pero los designios de Dios son muy diferentes, ahora es cuando va a empezar el reinado de Jesús ¿Os dais cuenta esposos cómo es ahora, después de abrazar la cruz por amor al otro, por amor a Dios, cuando empieza el reinado de Cristo en vuestro matrimonio? Nuestro amor no queda defraudado, porque Jesús es Dios y ha vencido al mal. Jesús hace posible el amor del principio por su redención y va transformando nuestro amor de esposos en Caridad Conyugal, donde lo mejor del amor conyugal está por venir. Cristo acaba como empieza su misión: Convirtiendo el agua en vino y el mejor vino, para el final.
El Señor resucita glorioso y triunfa para siempre en el cielo, sentándose a la derecha del Padre ¡Aleluya!

Oración

Señor, la piedra fría del sepulcro recibe tu cuerpo. Es como un eco de nuestras frialdades. Tú, Señor, has muerto por nosotros, y no podemos quedarnos parados sin hacer nada. No podemos desperdiciar la gracia tan enorme que has derramado sobre nosotros. Haznos descubrir, el plan precioso que tienes para nuestro matrimonio, la maravilla que es seguir tu camino desde nuestra vocación. Es hora de tomar decisiones, de empeñarnos en ser santos, y que algún día lleguemos a estar juntos, contigo, siendo uno para toda la eternidad.

V/ Señor, pequé.
R/ Señor, ten piedad de mí y de mi familia.

Señaladores, no héroes. Comentario para Matrimonios: Mateo 23, 1-12

EVANGELIO

Ellos dicen, pero no hacen.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 23, 1-12

En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo:
«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen. Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame “rabí”.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “rabí”, porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.
No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
El primero entre vosotros será vuestro servidor.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Palabra del Señor.

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Señaladores, no héroes.

Toda exaltación de mí mismo es una forma de soberbia. A veces nos creemos mejores que otros sólo porque rezamos o vamos a misa, y descartamos a los que no lo hacen. El orgullo y la soberbia son el origen último de todo conflicto y causa de ruptura. Nuestra fe no es una ideología que separa, sino una experiencia de amor que une. En el fondo, todo viene de no amar suficientemente a Dios, reconocer lo mucho que me ama y que estoy aquí para hacer su voluntad, para construir Su reino, y no para lucirme o que me halaguen.
Toda la gloria debe ir para Dios, que es el autor de todo, origen y fin de todo.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ramón: Marta, ¿Quieres hacer el favor de dejar el móvil al menos mientras te hablo?
Marta: No estoy con el móvil. Estoy rezando. Tú como no rezas, pues así te va. Yo hoy llevo 3 rosarios y he estado dando catequesis a los niños.
Ramón: Pues me parece muy poco coherente que reces tanto y no tengas ni la delicadeza de dejar el móvil cuando te hablo.
Marta: Es que, para escuchar otra vez lo del entrenador de tu equipo y todos esos rollos inútiles, no tengo tiempo, la verdad.
Ramón: Nada, nada, tú reza, reza…
(Por la noche, en el examen de conciencia, Marta se da cuenta de que ella no es más que él porque rece más)
Marta: Perdona Ramón. Tenías razón. No debía estar con el móvil mientras me hablas. Tú eres muy importante para mí.
Ramón: Eso sí me admira de ti. Que siempre reconoces las cosas y pides perdón.
Marta: No es cosa mía, es el Señor quien me lo hace ver y me empuja a pedirte perdón.

Madre,

Las personas que son de Dios, lo demuestran porque no se ensalzan a sí mismos, sino que ensalzan a Dios. Siempre señalan al que le pertenece toda la gloria. Alabado sea mi Señor.