EVANGELIO
Amad a vuestros enemigos.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 38-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: «Ojo por ojo, diente por diente». Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas.
Habéis oído que se dijo: «Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».
Palabra del Señor.
Avisos:
- Anuncio en Barcelona: 27 de febrero de 2020 a las 20:15h en Parroquia Sant Joan Baptista (Carrer del Sagrament, 15 Sant Feliu de Llobregat, Barcelona)
- Retiro en Barcelona: 28 feb – 01 Marzo de 2020. Información e inscripciones aquí: http://wp.me/p6AdRz-26h COMPLETO
- Anuncio en Madrid: 4 de marzo de 2020 a las 20:00h Parroquia Santa María Magdalena (C/ Dracena 23)
- Anuncio en Toledo (Sonseca): 7 de marzo de 2020 a las 18:00h Parroquia S. Juan Evangelista (C/ Remedios 2 – Sonseca)
- Retiro en Bilbao: 6-8 de marzo de 2020. Información e inscripciones aquí: http://wp.me/p6AdRz-26M
- Anuncio en Madrid (S.Sebastián de los Reyes): 15 de marzo de 2020 a las 13:00h Parroquia San Manuel González (Pº Gregorio Marañón, 9, S.Sebastián de los Reyes, Madrid)
- Retiro en Chipiona: 20-22 de marzo de 2020. Información aquí: http://wp.me/p6AdRz-291
- Retiro en Gijón: 27-29 de marzo. Información e inscripciones
aquí: http://wp.me/p6AdRz-28P - Retiro en Salamanca: 27-29 de marzo. Información e inscripciones aquí: http://wp.me/p6AdRz-28u COMPLETO
(Retiros pendientes de apertura de inscripciones. Informaremos más adelante
- RETIRO en Javier (Navarra): 1-3 de mayo de 2020
- RETIRO en Zaragoza: 15-17 de mayo de 2020
- RETIRO en Barcelona: 22-24 de mayo de 2020
- RETIRO de Granada y Málaga en Málaga: 29-31 de mayo de 2020
…Para ver más pincha aquí: https://wp.me/P6AdRz-D1
Llegar a ser sabio.
A veces me preocupo mucho por saber si estaré haciendo la voluntad de Dios y, sin embargo, hay cosas que están muy claramente explicadas por Él y me cuesta horrores cumplirlas. Es el caso del Evangelio de hoy. ¿Qué me impide amar a mi esposo cuando me ofende o me desprecia? ¿Qué me impide amarle cuando siento que está siendo injusto conmigo y me exige más de lo que debería? ¿Y cuando transgrede lo que se supone que son mis derechos? El Señor es claro en cómo debo actuar en todos estos casos, pero mi orgullo hace que no esté dispuesto a dejarme pisotear o mangonear en estas situaciones, y mucho menos a amar ¡Encima!.
Como dice San Pablo en Corintios 3, hay que volverse necio a los ojos de este mundo, para llegar a ser sabio ¡Quién lo diría! Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios y «El Señor penetra los pensamientos de los sabios y conoce que son vanos». Todo esto forma parte de la sabiduría de Dios, que es Amor. No es con la sabiduría de los hombres con la que se construye un matrimonio, por muchos títulos que ostente el experto al que se acude, sino con esta sabiduría de Dios.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Carlos: Señor, esta mañana he metido la pata. Mi esposa ha criticado a mis padres delante de nuestros hijos, y yo, la he corregido también delante de ellos, diciéndole que eso no estaba bien. Ella se ha enfadado conmigo por haberla hecho esta corrección delante de los niños y se ha ido. No he sabido prácticamente nada de ella durante todo el día. Cuando por fin me llamó respondiendo a una de mis múltiples llamadas, le pedí perdón. Me perdonó, pero me dijo que ella consideraba que había actuado correctamente y no tenía por qué pedirme perdón a mí. Me sentí como un imbécil. Cuando por fin volvió por la noche, pensé que debía tomar represalias y hacerle ver lo injusta que había sido no pidiéndome perdón a pesar de haber iniciado todo el problema y de que se había marchado de malas maneras sin darme una explicación. Pero he estado un buen rato en el Santísimo y el Señor me ha ayudado a tratarla con el respeto que se merece y rezar con ella como si nada hubiera pasado. No siento resentimiento, porque ella es un don de Dios maravilloso para mí.
Madre,
Qué difícil es amar como Dios. El orgullo escuece, y escuece mucho. En seguida se dispara para defenderme, reclamar lo mío y corregir al otro de todo lo que me duele. Pido al Señor que cambie mi corazón de piedra por un corazón de carne, y cambie mis criterios por la sabiduría de Dios. Todo para mayor gloria Suya. Amén.