Todo amor requiere de un compromiso, una alianza. Cuando nos casamos, me comprometo con mi esposo/a todos los días de mi vida, pase lo que pase. Sin excusas. Esto es amar, y no la complacencia de “sentir” amor.
Adondequiera que vayas. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 9, 57-62
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