
Cuando mi esposo/a menos se lo merece, es cuando más me necesita. Mi misión es llevarlo/a al cielo, actuando en el nombre del Señor, con las armas que Él me ha dado: sacrificio y entrega.

Cuando mi esposo/a menos se lo merece, es cuando más me necesita. Mi misión es llevarlo/a al cielo, actuando en el nombre del Señor, con las armas que Él me ha dado: sacrificio y entrega.

La grandeza de lo que vivimos consiste en que Dios nos unió. Si deseamos separar lo que Dios ha unido, es porque no valoramos el don tan inmenso que Dios nos ha dado.

Esposo/a: El Diablo tienta e intenta quitarte la paciencia hasta desesperarte. Pero si te mantienes fiel a Dios y confías en Él, Él es mucho más fuerte y acaba haciendo Su obra.

En lugar del disfrute, busco hacer la voluntad de Dios y Él me hace vivir la paz, el amor de comunión, la alegría. Veo la belleza en todo, veo su mano en todo…

El Señor quiere que sobre todo evangelicemos mostrándole al mundo cómo nos amamos, siendo testimonio vivo. Sólo así venceremos al mal y nos haremos co-salvadores con Cristo.