
Señor, me quedo abochornado por esas veces que, ante la atadura de un pecado de mi esposa/o, la/lo he corregido con dureza o con desprecio, en lugar de ayudarte a desatarla/o de ese mal de Satanás.

Señor, me quedo abochornado por esas veces que, ante la atadura de un pecado de mi esposa/o, la/lo he corregido con dureza o con desprecio, en lugar de ayudarte a desatarla/o de ese mal de Satanás.