
Si no tengo amor real, en mi día a día, en mi vocación, no soy nada. Amo a Dios tanto como ame a mi esposo/a. Para amarlo/a más, tengo que entregarme más.

Si no tengo amor real, en mi día a día, en mi vocación, no soy nada. Amo a Dios tanto como ame a mi esposo/a. Para amarlo/a más, tengo que entregarme más.