Archivo por meses: agosto 2018

¿Cómo aumentar mi fe? Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 17, 14-20

EVANGELIO

Si tuvierais fe, nada os sería imposible
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 17, 14-20

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un hombre que, de rodillas le dijo:
«Señor, ten compasión de mi hijo que es lunático y sufre mucho: muchas veces se cae en el fuego o en el agua. Se lo he traído a tus discípulos, y no han sido capaces de curarlo».
Jesús contestó:
«¡Generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros, ¿hasta cuándo tendré que soportaros? Traédmelo».
Jesús increpó al demonio y salió; en aquel momento se curó el niño.
Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron aparte:
«¿Y por qué no pudimos echarlo nosotros?».
Les contestó:
«Por vuestra poca fe. En verdad os digo que, si tuvierais fe como un grano de mostaza, le diríais a aquel monte: “Trasládate desde ahí hasta aquí”, y se trasladaría. Nada os sería imposible».

Palabra del Señor.

¿Cómo aumentar mi fe?

Leyendo este Evangelio, lo primero que me suscita es un gran deseo de tener más fe. Yo creía que tenía, pero por el comentario de Jesús, creo que tengo bastante menos que un grano de mostaza. La pregunta que me hago es ¿qué puedo hacer para aumentar mi fe?

Está claro que la fe es un don de Dios, pero Él necesita que yo también haga algo. Puedo plantearme dos caminos en paralelo: Uno se resumiría en una frase: “Creer es querer creer”. Y el otro camino es entregarle mi voluntad a Dios. Es entonces cuando el Señor puede actuar en mi vida y creyendo en Sus obras, creo en Él.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Pedro: Mi sensación es que nuestro matrimonio no avanza y además, estoy cansado, siento que no me quedan fuerzas para luchar cada día contra las mismas dificultades.
María: La mía es que no me valoras, y no siento que te estés esforzando. Pero ¿quién soy yo para juzgarte? Además, no quiero confiar en mis sensaciones, porque son engañosas y traicioneras.
Pedro: No creemos en nuestras propias fuerzas, pero queremos creer en el poder de Dios. Así que, todos los días incorporaremos oraciones de alabanza y agradecimiento por lo que va a hacer en nosotros.
María: Sí, confiemos de verdad en Él. Y además, a partir de ahora no seguiremos tu voluntad ni la mía, sino que sea la voluntad de Dios.

Madre,

Nos ponemos en Tus manos. No nos dejes. Confiamos en ti, bendita Madre. Amén.

¿Tacañamente? Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 12, 24-26

EVANGELIO

A quien me sirva, el Padre lo honrará
Lectura del santo Evangelio según san Juan 12, 24-26

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto.
El que ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiere servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo honrará».

Palabra del Señor.

Notas: Próximas misiones.

  • Retiro en Madrid: 7, 8 y 9 de septiembre (Casa de Cristo Rey) Completo.
  • Retiro en Madrid: 14, 15 y 16 de septiembre (Casa de Cristo Rey) Completo.
  • Retiro Málaga y Mallorca en Málaga y campamento para los niños: 05, 06 y 07 de octubre. Casa Diocesana. Infórmate aquí: https://proyectoamorconyugal.es/?p=4926
  • Retiro en Barcelona: 26, 27 y 28 de octubre (Casa de Espiritualidad María Inmaculada. Tiana).
  • Retiro en Valladolid: 23, 24 y 25 de noviembre (Casa de Espiritualidad Sagrado Corazón)
  • Retiro en Pamplona: 14, 15 y 16 de diciembre (Casa de Javier)

¿Tacañamente?

Hay una frase en la primera lectura de hoy, de San Pablo a los Corintios, que tiene que ver con este Evangelio, y que me parece buenísima para el matrimonio: ‘El que siembra tacañamente, tacañamente cosechará; el que siembra abundantemente, abundantemente cosechará’. Así es el amor conyugal: ¿Das o te das? Hasta el punto de que, si no me entrego, no doy fruto y si me entrego daré mucho fruto.

Pero la frase de la 1ª lectura no acaba ahí, sino que continúa, verás qué bueno: ‘Cada uno dé como le dicte su corazón: no a disgusto ni a la fuerza, pues Dios ama “al que da con alegría”’ Porque todos tenemos experiencia de darnos “a la fuerza”, resistiéndonos en el fondo, y eso tarde o temprano pasa factura a la relación. ¿No encuentro alegría en darme? Eso es porque no he descubierto la belleza y la grandeza del matrimonio. ¿Quiero vivir un matrimonio hermoso y grande? Pues tengo que darme con alegría.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Alberto: Me casé y empecé a centrarme en hacer feliz a mi esposa y cuidar y educar bien a mis hijos. Descubrí lo mucho que me costaba. Descubrí mi egoísmo. Continúo luchando cada día por darme completamente y así dejar de mirarme.
Susana: Me casé con un esposo austero. Se preocupaba de que no se tirase la comida y de no comprar cosas innecesarias. Al principio me molestaba que se quejase, pero luego descubrí que era una caprichosa y que no era capaz de valorar lo que tenía. Entonces me fui dejando llevar por él, para ir aprendiendo a aprovechar los bienes que Dios nos da. Ahora no necesito tanto como antes y poco a poco me voy liberando.
Alberto: Yo tengo mucho temperamento, y necesito llevar la razón. Me di cuenta de que mi esposa sufría mucho con eso, porque me enfadaba a menudo. Me empecé a esforzar por no hacerla daño. Cada vez voy controlando más mis impulsos, soy dueño de mis actos y estar con ella me va haciendo más manso y tengo mucha más paz.
Susana: Tenía una fe muy espiritualizada. Me encantaba estar con el Señor, pero luego llegaba a casa y no aguantaba los defectos de mi esposo. Me di cuenta que en realidad no seguía a Cristo, sino que buscaba en la fe mi propia complacencia. Así que fui pidiendo misericordia y me fui esforzando por amar como Cristo. Poco a poco el Señor me va liberando de mi orgullo espiritual.
Ambos: Damos gracias a Dios por nuestro matrimonio, porque constantemente nos permite salir de nosotros mismos para entrar en el otro y así ir haciéndonos cada vez más libres para donarnos mutuamente. Solo el que cae en tierra y muere, da fruto.

Madre,

Hoy tomo más conciencia de que sirviendo a mi esposo, sirvo a Cristo y que donde está Él es en mi matrimonio. El Señor quiere de nosotros un amor como el Suyo: Encarnado. Alabado sea el Señor.

“Sin red” Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 14, 22-36

EVANGELIO

Mándame ir a ti sobre el agua
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 14, 22-36

Después que la gente se hubo saciado, enseguida Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente.
Y después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo.
Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. A la cuarta vela de la noche se les acercó Jesús andando sobre el mar. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma.
Jesús les dijo enseguida:
«¡ Ánimo, soy yo, no tengáis miedo! ».
Pedro le contestó:
«Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti sobre el agua».
Él le dijo:
«Ven».
Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó:
«Señor, sálvame».
Enseguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo:
«¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?».
En cuanto subieron a la barca amainó el viento.
Los de la barca se postraron ante él, diciendo:
«Realmente eres Hijo de Dios».
Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Y los hombres de aquel lugar apenas lo reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y trajeron a todos los enfermos.
Le pedían tocar siquiera la orla de su manto. Y cuantos la tocaban quedaban curados.

Palabra del Señor.

Notas: Próximas misiones.

  • Retiro en Madrid: 7, 8 y 9 de septiembre (Casa de Cristo Rey) Completo.
  • Retiro en Madrid: 14, 15 y 16 de septiembre (Casa de Cristo Rey) Completo.
  • Retiro Málaga y Mallorca en Málaga y campamento para los niños: 05, 06 y 07 de octubre. Casa Diocesana. Infórmate aquí: https://proyectoamorconyugal.es/?p=4926
  • Retiro en Barcelona: 26, 27 y 28 de octubre (Casa de Espiritualidad María Inmaculada. Tiana).
  • Retiro en Valladolid: 23, 24 y 25 de noviembre (Casa de Espiritualidad Sagrado Corazón)
  • Retiro en Pamplona: 14, 15 y 16 de diciembre (Casa de Javier)

“Sin red”

La llamada del Señor, tiene estas características:
– Lo primero es saber cuándo es Cristo quien me dice “ven”. Es necesario un discernimiento previo mediante la oración profunda, de intimidad con Él, para saber cuándo me llama y a qué me llama.
– En segundo lugar, siempre es una llamada al amor, y el amor exige lanzarme “sin red”. El amor lo exige todo y no puede haber salidas de emergencia.
– La llamada del Señor me va a exigir tarde o temprano, dar ese paso que tanto me cuesta dar, por miedo, o porque me parece imposible.
– Una vez dado el paso, vendrán las contrariedades de este mundo que me dificultan el camino hacia Él. En realidad, estas pequeñas tempestades, son oportunidades para fortalecer mi fe.
– Otra característica de Su llamada, son los fracasos inmediatos. El Señor los va a permitir para que no nos envanezcamos y estemos seguros de que es Él quien actúa por nosotros.
– Otras veces puedo hundirme por miedo, y entonces Cristo me dice con tristeza: ¡Hombre de poca fe!
– Pero, aunque no pase la prueba y dude, el Señor es misericordioso, e igual que Pedro desconfía y Jesús le sigue ayudando, lo mismo hace conmigo cada vez. Ya nos decía: Aunque una madre abandonara a su hijo, yo no te abandonaré jamás.

Dios siempre me llama a lo increíble. Señor, mándame ir hacia ti.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Alejandro: El matrimonio me parece algo dificilísimo. Yo me siento incapaz de amar en los momentos en que estás mal conmigo, en plan exigente y quisquillosa. En los momentos en que dudas de mí, o cuando pasas de mí… ¿Cómo saber que seguiré acogiéndote y entregándome a ti en esas circunstancias?
Mercedes: Alejandro, el matrimonio es una llamada del Señor. Él nos dice “Ven conmigo y comprométete a entregarte como yo”. Adoptar ese compromiso por nosotros mismos, es una temeridad, pero vamos con Él. Tengo que ir a por todas, como los misioneros, que dejan todo atrás, sus gustos y aficiones, sus cosas, ¡Todo! Y van realmente a entregarse. Así debe ser mi respuesta a la llamada del Señor. Él saldrá a mi encuentro cuando le necesite.
Alejandro: Yo sé que Dios me llamó a unirme a ti, Mercedes. Así que, a partir de hoy, pienso lanzarme sin miedo.
Mercedes: Así me gusta, Alejandro. Bravo!!!

Madre,

Quiero dar las gracias porque Jesús es el amigo que no me abandona y está a mi lado aunque no me lo merezca. Y también quiero pedirte para que aumente nuestra fe. Es la fe la que me mueve a la esperanza y a la caridad, y yo quiero, Señor, vivir la Caridad Conyugal para tu mayor gloria. Gloria a ti por siempre, Señor.