EVANGELIO
Gratis habéis recibido, dad gratis
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 7-13
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«Id y proclamad que ha llegado el renio de los cielos. Curad enfermos resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios.
Gratis habéis recibido, dad gratis.
No os procuréis en la faja oro, plata ni cobre; ni tampoco alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en una ciudad o aldea, averiguad quien hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en su casa, saludadla con la paz; si la casa se lo merece, vuestra paz vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volver a vosotros».
Palabra del Señor.
Nota: Próximas misiones:
- Retiro en Córdoba: Fechas 29 y 30 de junio y 1 de julio. Para informarte e inscribirte pincha aquí: https://proyectoamorconyugal.es/retiro-de-matrimonios-cordoba/
- Retiro en Madrid: 14, 15 y 16 de septiembre
Entonces ¿Gratis o cobrando?
A veces Jesús parece que nos hace un poco de lío para que profundicemos en Sus reflexiones. No solo nos envía a evangelizar, sino que nos da las pautas de cómo hacerlo. La confusión puede venir cuando dice por un lado que “Gratis habéis recibido, dad gratis”, y en el siguiente párrafo dice “bien merece el obrero su sustento”. ¿En qué quedamos? ¿Gratis o cobrando? La clave nos la da San Jerónimo, cuando nos viene a decir, que si ganásemos dinero evangelizando, la gente dudaría de si lo hacemos por amor a las ganancias (con lo que perderíamos toda credibilidad) o por amor a Dios. En definitiva, es demostrar que no lo hacemos por nosotros, sino por Dios. Por eso especifica el Señor, que el obrero merece su sustento, nada más que su sustento.
El amor tiene esa medida, incluso para los que no creen en él. Cuando descubren que ayudas sin ningún tipo de interés egoísta, todo el mundo valora esa forma de amar, aunque no sean creyentes.
La cuestión es que mi esposo lo percibe también, como todo el mundo. Sólo experimenta mi amor, si ve que no hay ningún interés para mí. Este fin de semana, en el retiro de Madrid, una persona nos preguntaba que por qué es imprescindible sufrir para demostrar amor. La respuesta está aquí, porque si sufres amando, demuestras que renuncias a ti para buscar el bien del otro, y das gratis lo que has recibido de Dios, gratis. Eso es amar.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Andrés: Cariño, te invito a que vayas a la Eucaristía a diario.
Marisa: Andrés, ¿Ya estás otra vez con eso? ¿Por qué te empeñas en que haga lo mismo que tú? Además, me parece una exageración. No hace falta tanto.
Andrés: No, Marisa, te lo digo por tu bien.
Marisa: Pues si es por mi bien, colabora más con las tareas de la casa, en lugar de irte a Misa todas las tardes.
Andrés: De acuerdo. Iré a Misa de 7 de la mañana en las monjas. Por la tarde, iré a recogerte al trabajo, y si quieres, te llevo a Misa mientras yo vuelvo a casa y me encargo de todo. Planchar, hacer la cena, bañar a los niños…
Marisa: ¿Harías eso por mí? Vas a acabar reventado.
Andrés: Por ti, y para que recibas las gracias que Dios te quiere dar, haría lo que haga falta.
Marisa: Ahora sí que me creo que me ofreces lo de la Eucaristía por amor. Perdona por haberte juzgado mal. Te amo, Andrés.
Madre,
Es cierto que en el fondo, muchas correcciones que hacemos a nuestro esposo, detrás aportan un beneficio para mí mismo, y claro, se nos ve el plumero. Ahora entiendo la condición necesaria de la gratuidad en el amor. Gracias Madre por los impresionantes frutos del retiro de matrimonios de Madrid. Ha sido muy impactante. Bendita seas, Madre. Hemos dado gratis lo que gratis hemos recibido, y los frutos son inmensos. Alabado sea el Señor.