Archivo por meses: diciembre 2017

Lo que hace con mi poco. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 15, 29-37

EVANGELIO

Jesús cura a muchos y multiplica los panes
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 15, 29-37

En aquel tiempo, Jesús se dirigió al mar de Galilea, subió al monte y se sentó en él.
Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los ponían a sus pies, y él los curaba.
La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y daban gloria al Dios de Israel.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
«Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino».
Los discípulos le dijeron:
«¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente?».
Jesús les dijo:
«¿Cuántos panes tenéis?».
Ellos contestaron:
«Siete y algunos peces».
Él mandó que la gente se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente.
Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras: siete canastos llenos.

Palabra del Señor.

Notas: 

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Lo que hace con mi poco.

(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

A Jesús le da lástima de la gente. Hoy Cristo mira a mi esposo y le da lástima, porque le ve necesitado.
El Catecismo habla de que los esposos hemos sido creados el uno PARA el otro como un AUXILIO en representación del auxilio que es Dios para nosotros. Hoy en el Evangelio, Cristo me dice: Dale de comer, porque tu esposo tiene un hambre que solamente a través de ti se puede saciar. Es la llamada específica a ejercer nuestra vocación al amor conyugal. A Jesús le basta una pizca de disponibilidad y generosidad para transformar nuestro matrimonio: mis escasos panes y peces al servicio de mi esposo. Es poco, ya lo sabemos.

Pero el Señor, le pide a mi esposo que se recueste y se prepare para saciarse de aquello que necesita. A mí me pide todo lo que tengo y todo lo que soy para entregárselo. Si damos a nuestro esposo lo que tenemos, no será suficiente, tiene sed de un amor infinito. Tenemos que ofrecérselo primero a Jesús y Él lo transformará y hará el milagro de la sobreabundancia. Aunque quede poco amor, aunque esté herido y maltrecho, dáselo a Jesús y Él lo multiplicará hasta que sobre abundantemente, para poder repartir con nuestros hijos, con otros matrimonios…

Aterrizado a la vida matrimonial:

Paco: Pedro ¿Qué has hecho que se ve ahora a tu mujer tan contenta?
Pedro: La verdad es que muy poco. Solamente poner de mi parte, esforzarme, pero soy el mismo, tengo casi todos los mismos defectos, y es increíble cómo ella me ve de otra manera. Estamos rezando juntos, nos estamos llenando de la gracia en los Sacramentos y el Señor va haciendo maravillas con nuestros esfuerzos, y aunque a nosotros nos parecen mucho, en realidad damos muy poco.
Paco: Anda, Pedro, no seas humilde.
Pedro: No, te lo digo en serio, lo que yo doy no justifica lo que está pasando en mi matrimonio. Hay una acción sobrenatural, te lo aseguro. Es como en los retiros de matrimonios, lo que damos no justifica lo que allí ocurre, las conversiones conyugales…
Paco: Pues alabado sea el Señor.
Pedro: Porque el Poderoso hace obras grandes por mí.

Madre,

Levantamos los ojos al Padre con Cristo, le bendecimos y ponemos nuestra confianza en la sobreabundancia con la que Dios responde. No olvidamos lo que nos ama. Siente lástima por los que le necesitamos. Alabado sea Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Haced lo que Él os diga. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 10, 21-24

EVANGELIO

Jesús, lleno de la alegría en el Espíritu Santo
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 21-24

En aquella hora Jesús se llenó de alegría en el Espíritu Santo y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar».
Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
«¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron»

Palabra del Señor.

Notas: 

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Haced lo que Él os diga.

Es mi relación con Dios la que me va mostrando la grandeza de la Verdad. Me doy cuenta de que no por ser más listo ni por estar más seguro de mí mismo, voy a acercarme más a la Verdad. El Demonio se frota las manos cuando creo que no necesito a Dios para descubrir las cosas o para decidir cómo proceder. Precisamente cuando reconozco mi pequeñez y que mis criterios y mis convicciones no son la Verdad, cuando estoy abierto a recibir de Dios, quizás a través de los demás, las claves que orientan mi vida, es cuando Dios me muestra Sus maravillosos secretos.

Aterrizado a la vida matrimonial:

María: ¿Qué tal lleváis el retiro de matrimonios?
Marta: La verdad es que regular. No conozco los horarios y no me puedo planificar, además, la última experiencia que habéis puesto me ha costado hacerla, porque hay muchas heridas con mi marido…
María: Marta, el Señor quiere actuar, pero le tienes que dejar que tome el control de tu vida para mostrarte la belleza del plan que tiene para ti. No pienses si las cosas serían mejor de otra manera, relájate y haz lo que se te diga, aunque te cueste. Como dijo la Santísima Virgen en Caná: Haced lo que Él os diga. Tú confía…
(Ya el domingo)
María: ¿Qué tal Marta?
Marta: Tenías razón. Me he relajado, me he dejado llevar por la voluntad del Señor, y ha sido ¡una pasada! He vivido experiencias que nunca antes había vivido. Para mí, este retiro ha sido un antes y un después en mi matrimonio.
María: ¡Muy bien! Me alegro muchísimo. Recuerda que en la vida es igual. Siempre intenta descubrir cuál es la voluntad de Dios, y déjate llevar por Él, en todo. Aunque no lo entiendas. Entonces Él te mostrará el hermoso camino que te lleva a la felicidad.

Madre,

La confianza en el Señor es la clave de la felicidad. Cuando me resisto a Su voluntad o cuando me creo autosuficiente, es cuando elijo el camino de la tristeza y de la autodestrucción. Te pedimos Madre la humildad para reconocernos pequeños, necesitados de la Sabiduría de Dios, y damos gracias porque sabemos que Él está deseando hacernos partícipes de ella. Alabado sea el Señor que es el Camino, la Verdad y la Vida.

Me siento mucho mejor. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 8, 5-11

EVANGELIO

Vendrán muchos de oriente y occidente al reino de los cielos
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 8, 5-11

En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole:
«Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».
Le contestó:
«Voy yo a curarlo».
Pero el centurión le replicó:
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: «Ve», y va; al otro: «Ven», y viene; a mi criado: «Haz esto», y lo hace».
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían:
«En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».

Palabra del Señor.

Notas: 

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Me siento mucho mejor.

En este Evangelio, Jesús me muestra que la fe consiste en reconocer Su dominio y Su poder sobre mis cosas y sobre mi vida. La salvación y la sanación de mis seres queridos, y la mía, dependen de Él, y si se lo pedimos, lo va a hacer. Señor, “una palabra Tuya bastará para sanarme”.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Marga: (Ve que Antonio, su esposo, está paralizado, sufriendo mucho porque le preocupa mucho su trabajo, y está dedicando toda su vida al trabajo) Antonio, ¿Por qué no nos dedicamos más tiempo a nosotros. Deberíamos estar más tiempo juntos, sacar un rato a diario para hablar de nuestras cosas, para rezar juntos.
Antonio: Marga, yo no tengo tiempo. Sabes lo cansado que llego.
Marga: Venga, Antonio. Cuéntame qué te pasa. Te veo sufriendo…
Antonio: Estoy hasta las narices, porque mi jefe no para de meterme presión, cada vez hay más competitividad, en cuanto pueden te atacan por la espalda…
Marga: (Reza por Antonio, delante de Antonio) Señor, mi esposo está paralizado por la presión que recibe en su trabajo, y esto nos impide seguir profundizando en nuestra relación. Sé que lo está pasando mal y que está pasando por muchas dificultades, pero también sé que Tú puedes ayudarle. Tú puedes quitarle esos agobios y transmitirle Tu paz, puedes mostrarle que Tú tienes el poder, y que juntos contigo podemos vencer. Gracias, Señor, sé que le vas a sanar.
Antonio: Después de este rato de oración me siento mucho mejor. Gracias, Marga. Gracias, Señor.

Madre,

Permítenos estar a Tu lado en este tiempo de espera de la venida de Jesús, para que cuando nazca, aunque no soy digno de que entre en mi casa, le acojamos con tanta fuerza como tú y nos hagamos uno con Él, como vosotros. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

¡Fuera desesperanza! Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 13, 33-37

EVANGELIO

Velad, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa
Lectura del santo evangelio según san Marcos 13, 33-37

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Estad atentos, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento.
Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara.
Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos.
Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!»

Palabra del Señor.

Notas: 

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¡Fuera desesperanza!

Empezamos el adviento con esta reflexión de esperanza. Todos los matrimonios hemos sido llamados a la Santidad, y no nos lo creemos. Puede que lo veamos muy difícil, y pensemos que poco a poco… a nuestro ritmo. Otras veces puedo tender pensar que el esposo no responde como debería, y eso lo hace imposible.

Me falta esperanza. Me cuesta entender que no soy yo quien lo hace ¡Es el Señor!. Por tanto, debo avanzar al ritmo que marque el Señor, no al mío. San Pablo en la primera lectura me sorprende con la siguiente afirmación: “no carecéis de ningún don” (1 Cor 3, 9). Impresionante. Que se me grabe en la cabeza y en el corazón: “NO CARECÉIS DE NINGÚN DON”.

Ya no tengo excusa. Avanzaré al ritmo del Señor.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Andrés: Yo no busco la santidad en el matrimonio. Yo quiero algo normalito.
Paco: Pues lo siento Andrés, pero no llegarás a ningún sitio. O te subes al carro del amor de Cristo o estás perdido.
Andrés: Ya, pero yo no soy nadie para aspirar a tanto amor. Para mí es imposible.
Paco: Pero para Cristo no lo es.
Andrés: ¿Y si mi esposa no responde también? Porque esto es una cosa de dos.
Paco: Tú no te preocupes. Que Dios te vea a ti hacer lo que tienes que hacer, y te aseguro que Él hará todo lo posible por ayudarla a ella también. Él puede más que tú. O es que no crees en el poder de Dios.
Andrés: Hombre, sí.
Paco: Pues demuéstraselo confiando en sus fuerzas, no en las tuyas. Él te va a dar todo lo que necesitas para ser santo, te lo aseguro.

Madre,

Voy a ir a diario a la Eucaristía, para pedirle una y otra vez al Esposo que haga nuestro matrimonio a imitación del Suyo. Le alabaré cuando el sacerdote lo eleva en la consagración. Ahí está el maestro Esposo. Encomiéndanos a Él. Vayamos juntos, oremos juntos, leamos juntos y pidámosle incesantemente por nuestra unión conyugal. Él nos quiere santos. Amén.

De embota-dos a enamora-dos. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 21, 34-36

EVANGELIO

Estad despiertos, para que podáis escapar de todo lo que está por suceder
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 34-36

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».

Palabra del Señor.

Notas: 

  1. Proyecto Amor Conyugal realiza un Anuncio en Madrid, sobre la verdad y la belleza del matrimonio, hoy día 2 de diciembre a las 12h. en el colegio Montealto. Calle La Masó 76
  2. Retiro para matrimonios en BARCELONA 15 a 17 de diciembre. Se han quedado libres 3 habitaciones. Inscríbete antes del día 4 de diciembre. Accede a toda la información aquí: https://wp.me/p6AdRz-PN

De embota-dos a enamora-dos.

Dios nos lo da todo, también el tiempo, con el propósito de que lo utilicemos para volver a Él. Pero ¡Hay tantas cosas que hacer! Llegan los agobios de la vida que nos embotan la cabeza y nos impiden centrar nuestros esfuerzos en lo importante. Nos quedamos sin tiempo para alimentar nuestro matrimonio y nuestra relación con Dios, nos quedamos sin el tiempo que Dios nos dio.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ana: Es que ya no me da la vida. El trabajo, la casa, los niños, mis padres… Llega la noche y estoy reventada.
Manolo: Ya, Ana, si te entiendo, si a mí me pasa igual. Pero ¿Qué tiempo nos dedicamos el uno al otro? Y ¿Qué tiempo le dedicamos a Dios? Luego nos quejamos de que no somos felices, de que discutimos, que hay malos rollos en casa, que no les estamos dando un buen ejemplo a nuestros hijos. Seamos francos ¿De qué sirve todo lo demás que hacemos si no trabajamos nuestro matrimonio? ¡Es nuestra vocación!, La llamada que Dios nos ha hecho.
Ana: Tienes razón, Manolo. Estamos como encerrados en un círculo vicioso. Esto no puede ser. No, lo digo muy en serio. No puede ser. No nos vamos a dejar llevar por la vida ni por una rutina vacía. Vamos a tomarnos en serio nuestra misión en la vida para no ser unos desgraciados y no hacer desgraciados a nuestros hijos.
Manolo: ¡Esta es mi Anita! Tenemos un proyecto ilusionante por delante. El Proyecto que diseñó Dios para ti y para mí. ¿Qué nos hará descubrir? ¿Qué experiencias quiere que vivamos? Tiene que ser impresionante.
Ana: ¿Sabes? Este nuevo reto me hace un montón de ilusión.

Madre,

El Señor nos anima a que estemos siempre despiertos y que pidamos fuerza. Hoy, como todos los días, hacemos un hueco en nuestros quehaceres, para pedirte que intercedas por nuestros matrimonios, para que el Señor nos envíe fuerzas y apartemos todo esto que embota nuestra mente y como esposos, nos mantengamos en pie ante el Esposo (Con mayúsculas). Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.