EVANGELIO
Yo os digo que no hagáis frente al que os agravia
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 38-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Habéis oído que se dijo: «Ojo por ojo, diente por diente». Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas».
Palabra del Señor.
Cuatro veces mejor.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)
La fórmula del Señor es sencilla. Si cada vez que tu esposo te ofende no le respondes, divides el mal por dos. Cuesta hacer esto, pero seguramente que yo le ofendí en otro momento, si tampoco me respondió, vamos bien.
Ahora le añadimos cuando tu esposo te pide algo bueno, ayuda en algún aspecto, el Señor dice que le des el doble de lo que te pide. El resultado está claro: Divides el mal por dos y multiplicas el bien por dos, luego obtienes 4 veces más ¿No es cierto?.
Si solamente obedeciésemos al Señor en esto, qué bien nos iría en nuestro matrimonio.
Sabemos que no es fácil. Sobre todo, callar o responder amando cuando recibimos una ofensa del esposo. El Papa en Amoris Laetitia 118 nos da una pauta para conseguirlo:
“Es amor a pesar de todo, aun cuando todo el contexto invite a otra cosa. Manifiesta una cuota de heroísmo tozudo, de potencia en contra de toda corriente negativa, una opción por el bien que nada puede derribar. Esto me recuerda aquellas palabras de Martin Luther King, cuando volvía a optar por el amor fraterno aun en medio de las peores persecuciones y humillaciones: «La persona que más te odia, tiene algo bueno en él …cuando llegas al punto en que miras el rostro de cada hombre y ves muy dentro de él …la “imagen de Dios”, comienzas a amarlo “a pesar de”. No importa lo que haga, ves la imagen de Dios allí. Hay un elemento de bondad del que nunca puedes deshacerte…”
Busquemos la imagen de Dios en nuestro esposo cuando nos ofende. Busquemos ese elemento de bondad del que no puedes deshacerte. Está ahí. Sólo tienes que mirarle con limpieza de corazón, y verás a Dios en él/ella.
Madre:
¿Cómo hiciste para no estar dolida con el posadero porque no tuvo sitio para que dieras a luz a Jesús? ¿Cómo hiciste para no guardar rencor a Herodes que buscaba a tu Hijo recién nacido para sacrificarlo? ¿Cómo hiciste para no odiar a los que maltrataban y mataban a tu Hijo ante tus ojos?. Reina de la paz, ruega por nosotros.