Archivo por días: 24 enero, 2015

Convertir el matrimonio en buena noticia. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 1, 14-20

EVANGELIO
Convertíos y creed en el Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 14-20
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:
-«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo:
-«Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.

Palabra del Señor.

Convertir el matrimonio en buena noticia.

“Convertíos y creed en el Evangelio” Son las palabras de Jesús.

Ya sabemos que Evangelio significa “buena noticia”. Si en nuestro matrimonio no hay alegría es porque no estamos viviendo el Evangelio. No estamos viviendo aquello para lo que hemos sido creados. Tenemos la opción de aplicarlo o no a nuestra vida, pero de lo que no tenemos opción es de impedir las consecuencias, buenas o malas. El matrimonio y la familia son una buena noticia y todo el Evangelio es aplicable en nuestro “metro cuadrado” como nos decía un sacerdote esta mañana.

Dice el Papa Francisco en la Evangelii Gaudium, “invito a cada cristiano… a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo”.

Tenemos que recuperar la verdad, la esencia de la que parte el resto de nuestra vida. Si no recuperamos la esencia de nuestra vocación, no viviremos la alegría. Tenemos que reconocer, que si no somos buenos esposos, no seremos buenos cristianos, ni buenos padres, ni buenos trabajadores, ni buenos amigos… Si no sentamos las bases de nuestra vida sobre aquella misión a la que Dios nos llama, ese metro cuadrado en el que tenemos que ser verdaderos cristianos ante todo, el resto de aspectos de nuestra existencia se tambalearán o no se vivirán con la intensidad que podríamos vivirlos, o si nos centramos demasiado en ellos, se convertirán en apegos en los que pondremos nuestras ilusiones para algún día desilusionarnos por haber equivocado el rumbo. Y desde luego, no transmitiremos alegría.

Pero el paso previo es convertirse: Es necesario estar abiertos a cambiar nuestra manera de pensar y de actuar. Seguir las pautas del Evangelio, las Bienaventuranzas (esas 8 aparentes “locuras” de Cristo, felices los pobres, los perseguidos, los que tienen hambre…) Cambiar nuestras prioridades. Los apóstoles dejan su trabajo para seguirle ¡qué locura!. San Juan Pablo II decía en el inicio de su pontificado «no tengáis miedo, abrid las puertas a Cristo».

Tenemos que convertirnos y estar dispuestos a equivocarnos por amor. Que en nuestro matrimonio no gobierne la razón, sino la única Verdad: El amor del Padre y el Hijo: «Hago siempre lo que le agrada», «no hago nada por mí», «que no se haga mi voluntad, sino la tuya», «ella/él está en mí y yo en ella/él», «te doy gracias porque así lo has querido, así te ha parecido bien»…

Para que esto sea una realidad, es necesario dejar mucho de mí (criterios, apetencias, planes) y seguir a Jesús. Se acerca la hora de la cruz. El grano de trigo cae en tierra y muere. De ahí nacen los frutos. Qué hermosa locura, la conversión diaria al Evangelio y qué plenitud.

“Venid conmigo y os haré pescadores de hombres” le dice Jesús a los apóstoles. “Venid conmigo y os haré buenos esposos” nos dice hoy a nosotros. Dejadlo todo y seguidme, dejadlo todo y entregaos mutuamente. Si lo hacemos, encontraremos la alegría del Evangelio. Como dice el Papa, “Al que arriesga, Dios no le defrauda”.

Oramos por el sínodo de la familia:
http://proyectoamorconyugal.wordpress.com/2014/09/30/oracion-a-la-santa-familia/

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Loco por ti. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 3, 20-21

EVANGELIO
Su familia decía que no estaba en sus cabales

Lectura del santo evangelio según san Marcos 3, 20-21
En aquel tiempo, Jesús fue a casa con sus discípulos y se juntó de nuevo tanta gente que no los dejaban ni comer.
Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales.

Palabra del Señor.

Loco por ti.

“Jesús no trae neutralidad, esta paz no es una componenda a cualquier precio. Seguir a Jesús… requiere sacrificio y renuncia a los propios intereses. Y esto sí, divide; lo sabemos, divide incluso las relaciones más cercanas. Pero atención: no es Jesús quien divide. …Y al final, gracias a la fe de María, los familiares de Jesús entraron a formar parte de la primera comunidad cristiana.” (S.S. Francisco, 18 de agosto de 2013)

En el matrimonio, es esta resistencia a renunciar a los propios criterios e intereses, la que nos mantiene en jaque y desde luego, lejos de avanzar en ese impresionante camino hacia la mutua comunión. No acaba de entrarnos en la cabeza que hemos sido creados el uno para el otro. Por supuesto que puede sonar a locura, porque estos son los criterios de Dios, y no los nuestros, pero todos tenemos experiencia de que con nuestros criterios no vamos a ningún sitio.

Leamos lo que dice San Juan Pablo II comentando el Cantar de los Cantares en su catequesis del 30 de mayo de 1984: ‘Esta conciencia de la recíproca pertenencia resuena sobre todo en boca de la esposa… Cuando la esposa dice: «Mi amado es mío», quiere decir, al mismo tiempo: es aquel a quien me entrego yo misma, y por esto dice: «y yo soy suya» (Ct 2,16). Los adjetivos: «mío» y «mía» afirman aquí toda la profundidad de esa entrega, que corresponde a la verdad interior de la persona’.

En el “yo soy suyo/a” descubrimos una entrega profunda y sincera, en la que no cabe lugar a dudas. Son frases que se escuchan más a menudo de novios, cuando nos reconocíamos “locos de amor”. En términos parecidos, se expresa Jesús en su relación con el Padre: “todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío” (Juan 17,10), “Él Padre está en mí y yo estoy en el Padre” (Jn 10,38)… Sorprendente, pero así se nos muestra la relación Trinitaria que es nuestro modelo para el matrimonio.

Señor, tus criterios no son los nuestros. Tus caminos no son nuestros caminos. ¿Cuántos errores tenemos que cometer para llegar a entender la verdad?
No hay matrimonio más cuerdo que aquel en el que ambos, están “locos” el uno por el otro.

Oramos por el sínodo de la familia:
http://proyectoamorconyugal.wordpress.com/2014/09/30/oracion-a-la-santa-familia/

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