Wrap de queso. Comentario para Matrimonios: Lucas 2, 22-32

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

EVANGELIO

Mis ojos han visto a tu Salvador.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 22-32

Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».

Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.

Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:

«Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».

 

Palabra del Señor.

 

Wrap de queso.

La única ofrenda agradable a Dios y digna de Él es la de Su Hijo. Todas nuestras buenas obras no sirven para nada si no estamos en Él, si no nos unimos a la Suya y si no las hacemos en Su nombre. Hoy conmemoramos el día que Ntra. Madre ofrece a Su Hijo a Dios Padre por primera vez. Después se ofrece Él mismo en la Cruz y ahora nosotros participamos de esa ofrenda en cada Eucaristía y en cada sacrificio nuestro en el que nos unimos como parte de Él. Es la gran ofrenda ante la que el Padre no se puede resistir.

 

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Carlos: Ana, te voy a pedir un favor a ti y a los niños.

Ana: Sí claro, lo que tú quieras, aquí estamos para lo que necesites.

Carlos: (Se tumba en el suelo sobre una alfombra y le dice) Mira, quiero que me enrolléis dentro de esta alfombra, con los brazos pegados al cuerpo, y me volváis a desenrollar dentro de 15 minutos.

Ana: Bueno, si es lo que quieres, lo hacemos. ¡Niños! Venid a ayudarme a enrollar a papá en la alfombra. Y eso ¿para qué necesitas que lo hagamos?

Carlos: Porque le he ofrecido al Señor aguantar 15 min sin hacer nada, y soy incapaz. Cuando me doy cuenta, ya me he levantado a hacer alguna cosa de la casa. Así, dentro de la alfombra, estoy totalmente inmovilizado.

(Ana y los niños enrollan a Carlos en la alfombra entre risas y bromas divertidas)

Los niños: Mira, un papaíto caliente. Jajaja. Es como un perrito caliente pero con Papá salchicha dentro. Jajaja ¿Mamá, puedo echarle kétchup en la cabeza?

Ana: No, hijo, que bastante sacrificio es para él ya. Mejor vamos a rezar todos para que el Señor una este sacrificio de Papi al Suyo para mayor gloria de Dios. ¿Vale? Padre Nuestro, que estás en el cielo…

Niños: Vale. Pero si le metemos unas lonchas de queso, puede ser un wrap de queso. Jajaja ¿Y si le metemos unas flores? Entonces sería un rollito de primavera. Jajaja

(A así entre risas, Carlos pudo ofrecer su sacrificio unido al de Cristo. Gloria a Dios.)

 

Madre,

Qué ofrenda tan impresionante es la Eucaristía. Qué don del Señor tan inmenso nos ha dejado de la mano de nuestros sacerdotes. Alabado sea Dios.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *