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EVANGELIO

Los que lo tocaban se curaban.

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 53-56

En aquel tiempo, terminada la travesía, Jesús y sus discípulos llegaron a Genesaret y atracaron.

Apenas desembarcados, lo reconocieron y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaba los enfermos en camillas.

En los pueblos, ciudades o aldeas donde llegaba colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos la orla de su manto; y los que lo tocaban se curaban.

Palabra del Señor.

 

No lo podrían creer.

Hemos sido creados para que Dios resida en nosotros y está ya dentro y seguirá en nosotros para toda la eternidad, cuando nos llene de su gloria.

En tiempos de Jesús, lampaban por tocarle la orla del manto. Ahora en cambio está en mi interior. ¿Cómo voy a aprovechar eso?

 

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Ramón: Estoy obnubilado ante el comportamiento de Dios conmigo, por lo mucho que me ama. Una cosa es que quiera estar cerca de mí, pero ¿Dentro?

Rosa: Es un misterio de Su sobreabundancia en el amor. Pero ¿tú crees que el amor puede existir si no es de esa manera?

Ramón: Si es esponsal, no. Yo te llevo a ti muy dentro, y también cuando vivimos nuestro abrazo Conyugal, entró en ti, y en la oración conyugal entro tu intimidad, que es lo más precioso de ti.

Rosa: Pues eso. Cristo se desposa con nosotros con un amor esponsal. No quiere un amor a medias. Quiere un amor de entrega total. Es impresionante.

Ramón: Es brutal.

 

Madre,

Si aquellos antepasados del antiguo testamento vinieran ahora, no se podrían creer la inmensa fortuna que tenemos. Dios en nosotros. Alabado sea.