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EVANGELIO
Le traspasó el costado, y salió sangre y agua.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 19, 31-37
Los judíos, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran.
Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.
El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis.
Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que traspasaron».
Palabra del Señor.
En respuesta a la lanzada.
Hoy, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, miraremos al que traspasamos.
¿Cuál es la respuesta de Su Sacratísimo Corazón? Derramar sobre nosotros Su Sangre redentora y Su agua purificadora. Esa es la respuesta a mi lanzada.
¿Pero qué Corazón hay que aproveche las heridas que le causo para derramar sobre mí todo Su Amor y Su último aliento de Vida?
Sólo el Corazón de Jesús. Sólo Dios.
Aterrizado a la Vida Matrimonial:
Silvia: Contemplo anonadada el Corazón de Jesús con ese Amor ardiente que necesita compartir con nosotros los esposos y me preguntó ¿Y por qué no lo aprovechamos para amarnos más?
Ramón: Es brutal que el Señor nos entregue Su Amor Nupcial para que lo disfrutemos entre nosotros. Yo creo que el problema está en que Él nos lo entrega junto con la Sangre del Sacrificio, y nosotros esa parte nos la queremos evitar.
Silvia: Aaamigo… Esa es la cosa. Queremos vivir Su gloria pero no Su Cruz. Pues yo, no me pierdo la oportunidad de responder a Su Amor ardiente, así que, me ofrezco a Él en sacrificio a través de María.
Ramón: Yo tampoco me lo pierdo, así que, también me ofrezco a María en sacrificio. Que Ella disponga de mí.
Madre,
Totus Tuus ego sum.