Archivo del Autor: Proyecto Amor Conyugal

Cruce de caminos. Comentario para Matrimonios: Mateo 19, 27-29

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EVANGELIO

 

Vosotros, los que me habéis seguido, recibiréis cien veces más.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 19, 27-29

En aquel tiempo, dijo Pedro a Jesús:
«Señor, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿Qué nos va a tocar?
Jesús les dijo: «En verdad os digo: cuando llegue la renovación y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o tierras, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna».

Palabra del Señor.

Cruce de caminos.

Me coloco simbólicamente en un cruce de caminos. A la izquierda me dirijo hacia mi casa, mis hermanos, mis padres y mis hijos. A la derecha me dirijo a seguir a Jesús. Es cierto que como padres y como hijos tenemos unas responsabilidades, pero tendrían que ser aquellas que Jesús nos pide, y nada más que esas. Todo lo que pase de ahí, ya serían apegos y todo lo que falte sería pecado de omisión. Por tanto, mis responsabilidades estarían incluidas en mi seguimiento a Jesús. Con esta aclaración, me planteo ¿Qué motivaciones tendría para tirar a la izquierda y qué motivaciones tendría para tirar a la derecha? Es importante que analice esas motivaciones, porque donde está mi tesoro, allí está mi corazón.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Marta: Alex, creo que es un buen momento para reordenar nuestra vida. Hacemos muchas cosas, pero tenemos que profundizar en cuáles de ellas son necesarias y cuáles de ellas nos alejan de lo verdaderamente importante, que es nuestro camino hacia Dios. ¿Qué te parece?
Álex: Me parece genial, Marta. Es verdad que, si no lo hacemos, el mundo nos come y acabamos siendo arrastrados por el mundo. ¿Qué propones?
Marta: Te propongo hacer una lista de temas que tenemos que atender recurrentemente, y a la derecha vamos poniendo la frecuencia con que debemos atenderlos y el tiempo a dedicar en un calendario mensual. Eso sí, empezando por nuestra relación con Dios y entre nosotros, que es lo más importante, después nuestros hijos, nuestro trabajo como medio de subsistencia de la familia y luego nuestra misión en Proyecto Amor Conyugal, que es la misión a la que Dios nos envía.
Álex: Bueno, en principio lo veo un poco cuadriculado y luego la vida está llena de imprevistos, pero me parece que es una buena base para podernos organizar y orientar nuestra vida hacia la voluntad de Dios para nosotros. Y sobre todo para fijar aquellas cosas que no pueden faltar.

Madre,

Qué importante es tener las motivaciones adecuadas, para que nos orienten en la dirección correcta. Ayúdanos a ordenar nuestro corazón para que apunte hacia donde Dios quiere. Alabado sea el Señor que nos quiere para Él para que alcancemos la plenitud en Él.

No hay rutina. Comentario para Matrimonios: Mateo 9, 18-26

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EVANGELIO

 

Mi hija acaba de morir. Pero ven tú y vivirá.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 18-26

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un jefe de los judíos que se arrodilló ante él y le dijo:
«Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, impón tu mano sobre ella y vivirá».
Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.
Entre tanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó la orla del manto, pensando que con solo tocarle el manto se curaría.
Jesús se volvió y, al verla le dijo:
«¡Animo, hija! Tu fe te ha curado».
Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa de aquel jefe y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo:
«¡Retiraos! La niña no está muerta, está dormida».
Se reían de él.
Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se levantó.
La noticia se divulgó por toda aquella comarca.

Palabra del Señor.

No hay rutina.

Nosotros amamos administrando los dones y las gracias que Dios nos da, pero Dios ama creando y recreando. El Señor se crea a Su Esposa para sí, sin mancha ni arruga alguna. No es que la Iglesia sea pura e inmaculada, (salvo la Madre que Dios la creó así), sino que el Señor se la re-crea para sí purificándola y haciéndola resplandeciente.
Esto es lo que hace el amor de Dios. Si yo amo a mi esposo con mi amor, no podré crear nada nuevo en él o en ella, no podré purificar nada en él o en ella, por mucho que quiera convencerle con mis palabras o mis consejos. Si le amo con el Amor de Dios la cosa cambia, porque Él lo hace todo nuevo. Su amor es transformante. Tampoco habrá rutina entre nosotros, porque no existe la rutina para un Dios que continuamente ama y continuamente crea. Cada día será nuevo entre tú y yo. Cada día será un día para contemplar y admirar las maravillas de Dios. Estemos abiertos a la sorpresa del amor de Dios en el día de hoy. Y en el de mañana, y en el de pasado mañana…

Aterrizado a la vida matrimonial:

Luis: Carmen ¿qué nos deparará el día de hoy? ¿Qué querrá el Espíritu construir entre nosotros hoy? Me levanto con ilusión de este nuevo día que Dios nos da.
Carmen: Yo también, me levanto abierta al misterio, a la sorpresa, a la admiración ante las cosas de Dios. Siempre más grandes, siempre más maravillosas, siembre más sobreabundantes, siempre más sobrecogedoras. Hoy es lunes, pero ¡con qué ilusión lo acojo!
Luis: Esto da la vida en Dios. ¡Qué ilusión! Alabado sea Dios.
Carmen: Alabado sea.

Madre,

Aquí estamos abiertos al misterio. Qué ilusión el plan de Dios. Alabado sea.

Él nos anima. Comentario para Matrimonios: Mateo 11, 25-30

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EVANGELIO

 

Soy manso y humilde de corazón.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me lo ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Palabra del Señor.

Él nos anima.

El Señor sabe lo que nos cuesta entender la grandeza del camino de purificación del corazón que está muy imbricado con el camino de la cruz. Tenemos que crucificar nuestras pasiones para dejar de sentirnos cansados y agobiados. Por eso, el Señor hoy nos anima a hacerlo, a entregar la vida con un corazón manso y humilde en el que encontraremos descanso para nuestras almas. Sí, el yugo del Señor es llevadero y hace nuestra carga ligera. ¿Creemos a Cristo? Pues ¡pongámonos en marcha!

Aterrizado a la vida matrimonial:

Nuria: Edu, me doy cuenta de que la envidia corroe mi corazón. Tengo el mal hábito de juzgarte y juzgar también a las personas de mi alrededor, rebajándolas en mi corazón para sentirme por encima. ¿Me ayudas?
Eduardo: Qué bonito, Nuria, que me pidas ayuda en esto. Gracias por contar conmigo en tu camino de purificación. Te propongo que 5 veces al día, durante una semana, pienses en el valor real de las personas que hayas juzgado en tu corazón, descubriendo quiénes quiere Dios que lleguen a ser, quiénes son ellas para Dios. Si te parece me envías un whatsapp con esas reflexiones que te ayudan a iluminar tu entendimiento con la luz del Espíritu y fortalecer tu voluntad.
Nuria: Me parece una buenísima idea, Edu. Me comprometo a hacerlo a primera hora de la mañana, a media mañana, a la hora de la comida, a media tarde y por la noche. Gracias, estoy segura de que me ayudará a ver a los demás con los ojos de Dios y eso aliviará mi corazón.
Eduardo: Además te voy a responder con una motivación para animarte a seguir con la tarea. Tenemos que conseguir que desees más las cosas de Dios que los desórdenes de tu corazón. Por cierto, ¿me ayudas tú también en mis desórdenes?

Madre,

El camino hacia la purificación es arduo, es la puerta estrecha, pero nos lleva a vivir aquí el Reino de Dios. Alabado sea el Señor que vino a traérnoslo para hacerlo posible a través de Su gracia.

Misterio de inhabitación. Comentario para Matrimonios: Mateo 9, 14-17

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EVANGELIO

 

¿Es que pueden guardar luto mientras el esposo está con ellos?
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 14-17

En aquel tiempo, los discípulos de Juan se acercaron a Jesús, preguntándole:
«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo:
«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos?
Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán.
Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor.
Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres; se derrama el vino, y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así las dos cosas se conservan».

Palabra del Señor.

Misterio de inhabitación.

Hablaremos hoy de la inhabitación. Es el misterio de que el Señor puede habitar en mí. Dios insufló un espíritu en mí capaz de acogerle en los más profundo de mi alma. Pero es necesario que yo esté en gracia para que Él pueda habitar. Es el grado de inhabitación en mí el que me va santificando, hasta que ya no sea yo, sino que sea Cristo quien habite en mí, Sus mismos deseos, Su misma voluntad, Sus mismos sentimientos, Su misma Verdad.
Necesito purificar mi corazón para permitir que el Señor pueda habitar plenamente en mí.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Marta: Señor, quiero acogerte en mi corazón, pero creo que hasta que no acoja a mi esposo plenamente, no podrás habitar Tú en mí plenamente. Me cuesta porque todavía tengo algún recelo hacia él por situaciones que he vivido con él en el pasado y con las que me he sentido herida. Pero ayúdame Señor a ver en él tu rostro sufriente y compadecerme de él para entregarme a él como Tú haces.
Marcos: Marta, quiero acogerte en mi corazón y estar presente en el tuyo, yo en ti y tú en mí, pero noto cierta distancia en ti, por lo que esa unión no llega a ser plena. Sé que para eso, tengo que acoger al Señor porque esta tarea es Él quien la hace y para mí es imposible. Así que, te pido Señor que me des la gracia de acoger plenamente Tu amor para amar con él a mi esposa.
(Y así, uno por el misterio llega al sacramento y otro por el sacramento llega al misterio, pero ambos se hacen uno entre ellos y con Dios acogiendo el vino nuevo en odres nuevos).

Madre,

El mejor vino es para el final, pero necesitamos preparar nuestros odres para acoger ese gran vino. Danos la gracia para hacerlo. Alabado sea Dios que quiere darnos Su amor.

Peccatoterapia. Comentario para Matrimonios: Mateo 9, 9-13

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EVANGELIO

 

No tienen necesidad de médico los sanos; misericordia quiero y no sacrificios.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 9-13

En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme».
Él se levantó y lo siguió.
Y estando en la casa, sentado a la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos.
Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:
«¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?»
Jesús lo oyó y dijo:
«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa «Misericordia quiero y no sacrificio»: que no he venido a llamar a justos, sino a pecadores».

Palabra del Señor.

Peccatoterapia.

Jesús se autodefine a sí mismo como “médico de los pecadores”. Cuando vamos en Su nombre, tenemos que doctorarnos en Su misma “especialidad médica”: Peccatodiagnóstico y peccatoterapia 😉. Cuando un médico se acerca a un paciente, no le echa la bronca por la enfermedad que ha contraído, sino que lo acoge, se interesa por sus síntomas y su estado de salud y después pone todo de su parte para curarlo.
Esto hace Jesús con Mateo, y lo primero que le aplica es una sobredosis de caridad. Zaqueo, borracho de amor, casi no puede hacer otra cosa que doblegarse ante la entrega de Jesús.
Apliquemos nosotros también “sobredosis de caridad” para matar al “bicho” que ha infectado a nuestro cónyuge y sanarlo con el amor de Cristo.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Jaime: Gracias, Ali, gracias. No sé cómo agradecerte la paciencia que has tenido conmigo. No entiendo cómo has podido responder con tanto amor a mis constantes ataques y desprecios.
Alicia: Ha sido obra de la gracia de Dios, Jaime. Agradéceselo a Él. Te puedo asegurar que para mí sería imposible. He notado en todo momento como una protección que hacía que no me doliese lo que me decías y, sin embargo, sintiese una enorme compasión y una tremenda necesidad de sanarte.
Jaime: Qué bonito, Alicia. Pues gracias a Dios y gracias a ti también. Has sido un testimonio para mí inolvidable, de verdad. Que Dios te lo pague porque a través de ti he sido sanado de mis recelos y mis rencores.

Madre,

El antídoto contra el pecado no es la distancia ni el reproche, es el amor. Que siempre trabajemos entre nosotros con las armas de Cristo. Alabado sea por siempre Él que es médico de los que somos pecadores.