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RETIRO PARA NOVIOS EN GRANADA 29 SEPT – 01 OCT DE 2023

RETIRO PARA NOVIOS EN GRANADA 29 SEPT – 01 OCT DE 2023

Proyecto Amor Conyugal como parte y en colaboración con la Parroquia San Juan Pablo II de Granada os invita a participar en un retiro para Novios con el objetivo de adentrarnos juntos en la Verdad del Matrimonio (según San Juan Pablo II) y experimentar la Alegría del Amor (según el Papa Francisco).

¿A quién va dirigido este retiro? A todos los novios en momento de discernimiento, que quieran vivir una Experiencia de Amor verdadero, y que quieran profundizar en la vocación al matrimonio.

FECHAS: Será desde el viernes 29 de septiembre a las 18:00 h hasta el domingo 01 de octubre a las 17:30 h.

LUGAR: en la Casa de Espiritualidad San Juan Pablo II. C. Vía del Tranvía, 10, 18140 La Zubia, Granada
(Mapa: https://g.co/kgs/EUrvs5)

PRECIO: 310€ por pareja. (Incluye alojamiento, pensión completa y gastos diversos)

Suplemento económico para ayuda a otros novios: Podéis aportar una cantidad adicional, a voluntad, que es muy importante para ayudar a otros novios con dificultades económicas que quieren hacer el retiro.

Subvenciones: Si algunos novios no pueden asistir por problemas económicos que nos lo comente, por favor.

 

INSCRIPCIÓN: Para realizar la inscripción podéis pinchar aquí (La inscripción se abrirá el jueves 10 de agosto a las 20:00 horas)

¿Cuándo? Lo antes posible. Se suele llenar en pocos minutos.

Nos pondremos en contacto con vosotros para confirmaros la reserva de plaza o indicaros si estáis en lista de espera en caso de que no hubiese plazas disponibles.

Para consultar cualquier duda o ponerte en contacto con nosotros, escríbenos a retiros.granada@proyectoamorconyugal.es

Sobre Proyecto Amor Conyugal: https://proyectoamorconyugal.es/acerca-de está compuesto por matrimonios católicos que profundizamos en nuestra vocación conyugal y que ayudamos a otros a convertir su matrimonio en algo GRANDE.

Cosas muy feas. Comentario para Matrimonios: Mateo 15, 1-2. 10-14

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EVANGELIO

 

La planta que no haya plantado mi Padre celestial, será arrancada de raíz.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 15, 1-2. 10-14

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y escribas de Jerusalén y le preguntaron:
«¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de nuestros mayores y no se lavan las manos antes de comer?».
Y, llamando a la gente, les dijo:
«Escuchad y entended: no mancha al hombre lo que entra por la boca, sino lo que sale de la boca, eso es lo que mancha al hombre».
Se acercaron los discípulos y le dijeron:
«¿Sabes que los fariseos se han escandalizado al oírte?».
Respondió él:
«La planta que no haya plantado mi Padre celestial, será arrancada de raíz. Dejadlos, son ciegos, guías de ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo».

Palabra del Señor.

Cosas muy feas.

Ya lo dice San Agustín: El Señor no se refiere a lo que sale de la boca como tal, sino a lo que sale del corazón. Puede que sea un mal pensamiento, y mancharía al hombre igualmente.
Una de las cosas más destructivas que puede salir del corazón y mancharme es la crítica. Nosotros que somos padres, cuando contemplamos a nuestros hijos que se critican el uno al otro, o cuando un hermano habla mal de otro, nos produce dolor. Queremos que nuestros hijos se miren con buenos ojos, se admiren mutuamente, se echen de menos, aprendan unos de otros, se ayuden… hablen bien unos de otros. Pues cuánto más nuestro Padre celestial, querrá que bendigamos (digamos bien) de nuestros hermanos.
Y hay un hermano muy especial, con el que Él ha querido bendecirme, para que le admire, que aprenda de él/ella, que hable bien de él/ella, con un respeto exquisito. Que le venere incluso por ser hijo de Dios. Y ese hermano es mi esposo, con el que Dios quiere que construya una comunión de personas muy especial, muy profunda y muy íntima. Pocas cosas hay más feas que hablar mal de mi esposo, que, en el fondo es hablar mal de mí mismo. No seamos ciegos que guiemos a nuestros hijos hacia el hoyo, mostrémosles la belleza del plan de Dios en nosotros. Esta planta, la de nuestro matrimonio y nuestra familia, la ha plantado nuestro Padre celestial, y no debe ser arrancada nunca. Hay que mirar la manera de que dé fruto abundante.

Aterrizado a la vida matrimonial:

(Pedro habla con su madre)
Pedro: Perdona, Mamá. Sé que te debo un respeto enorme, pero no te voy a consentir que digas que mi esposa es un poco mandona. A mí me parece que es una maravilla de mujer. Tiene sus defectos como todos, como yo mismo, pero la quiero tal como es y ahora es mi vida y mi prioridad. Tenemos que construir un matrimonio precioso juntos.
(Mientras, Ana, la esposa de Pedro habla con una amiga)
María: Perdona Ana. Eres una buena amiga, pero no puedo consentir que digas que mi esposo es un moro porque no le gusta que salga sola con vosotras. Mi marido es un hombre maravilloso. No quiero que vuelvas a criticarlo en mi presencia. A mí me gusta tal como es y le quiero con locura. Y desde luego que prefiero mil veces haber estado con él el viernes, por muy bien que os lo hayáis pasado.

Madre,

Bendecir a mi esposo es bendecirme a mí mismo, porque mi esposo es parte de mí. Sé que Dios es un Padre bueno, y quiere que Sus hijos estén unidos. Tengo que hacer muchos sacrificios para purificar mi corazón y no mirar a mi esposo con malos ojos. Ayúdame Madre, a mirarle con el corazón limpio para ver a Dios en él/ella. Te lo pido, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

El camino más potente. Comentario para Matrimonios Mateo 14, 22-36

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EVANGELIO

 

Mándame ir hacia ti sobre el agua.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 14, 22-36

Después que la gente se hubo saciado, enseguida Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente.
Y después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo.
Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. A la cuarta vela de la noche se les acercó Jesús andando sobre el mar. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma.
Jesús les dijo enseguida:
-«¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo! ».
Pedro le contestó:
-«Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti sobre el agua».
Él le dijo:
-«Ven».
Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó:
-«Señor, sálvame».
Enseguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo:
-«¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?».
En cuanto subieron a la barca amainó el viento.
Los de la barca se postraron ante él, diciendo:
-«Realmente eres Hijo de Dios».
Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Y los hombres de aquel lugar apenas lo reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y trajeron a todos los enfermos.
Le pedían tocar siquiera la orla de su manto. Y cuantos la tocaban quedaban curados.

Palabra del Señor.

El camino más potente.

La fe es el camino que me permite llegar hasta Dios. Es un camino tan fuerte que, incluso nos permitiría caminar por encima de todas nuestras limitaciones y dificultades sin que éstas nos impidan llegar hasta Él. Sólo tengo que fiarme más de Él que de mí mismo. La fuerza de la fe es brutal, porque es la que me permite amar a Dios, y el alma está más cerca de quien ama que del cuerpo que anima, así que, mediante la fe, puedo estar más cerca de Dios que de mí mismo. Esta experiencia de la cercanía de Dios por la fe es impresionante. No os la perdáis.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Juanjo: Ana, he profundizado en mi alma, en una oración contemplativa, dejando atrás todo lo que tengo y todo lo que soy, hasta que la única fuerza que me quedaba es la fuerza de la fe, y he estado en la presencia del Señor. Ha sido muy fuerte. Te he sentido muy a mi lado. Todas las dificultades que nos impiden hacernos uno, allí no existen. Es como que nuestras almas se hacen una en el Señor, después de haber abandonado todo lo que tenemos, nuestras sensaciones, sentimientos… nuestras tendencias al mal, nuestros criterios… y haber avanzado hacia Él por la fe. ¡Impresionante!
Ana: Qué interesante, Juanjo. Ayúdame a vivirlo contigo. Hagámoslo juntos. ¿Te parece?
Juanjo: De acuerdo. Empezamos: En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo…

Madre,

Doy muchas gracias a Dios porque nos haya dejado abierto un camino tan potente como el camino de la fe, para llegar a Él. Es un camino imparable. Alabado sea el Señor que nos ama tanto y nos quiere muy cerca de Él.

Antes de apostar. Comentario para Matrimonios: Mateo 17, 1-9

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EVANGELIO

 

Su rostro resplandecía como el sol
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 17, 1-9

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y subió con ellos aparte a un monte alto.
Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.
De repente se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él.
Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús:
«Señor, ¡qué bueno es que estemos aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».
Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía:
«Este es mi Hijo, el amado, en quien me complazco. Escuchadlo».
Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto.
Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo:
«Levantaos, no temáis».
Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo.
Cuando bajaban del monte, Jesús les mandó:
«No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos».

Palabra del Señor.

Antes de apostar.

El Señor nos conoce bien y sabe que para poder soportar las dificultades de algo, antes nos tiene que mostrar la belleza y la grandeza. Jesús prepara a Sus discípulos para la pasión, porque sabe que necesitan conocer su dimensión divina para no salir espantados ante la locura de la cruz.

El matrimonio es también una locura. Entregarme a alguien que no sé cómo va a evolucionar en la vida, sin saber qué va a pasar, es como firmar un cheque en el que lo que entrego es a mí mismo, todo de mí, sin saber cómo lo va a utilizar mi esposo. Por eso necesitamos nosotros, los esposos, conocer la grandeza de Dios y la dimensión tan impresionante de nuestra misión conyugal. Cuando alcancemos a verla, estaremos preparados para vivir el matrimonio como Él lo pensó.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Helena: No entendería el matrimonio si no es desde la fe. Sólo sabiendo que es cosa de Dios, que es su llamada para mi vida, que el Señor con toda su gloria está presente entre nosotros… me atrevo a dar el paso de entregarme totalmente.
Juan: Realmente es poner mi intimidad en tus manos, mi pasado, mi presente y mi futuro, centrar mi vida en ti y convertirte en mi primera prioridad, apostar por que seas la madre de mis hijos… es un vínculo indisoluble. No hay marcha atrás. Esto, o lo firma Dios, o no hay ninguna garantía de éxito.
Helena: Esto es lo que lo hace hermoso, que es un Proyecto de Dios y nos ponemos en Sus manos. Lo que Él hace después con nosotros y nuestro matrimonio, no tiene precio.

Madre,

A veces necesitamos que nos animéis un poquito. No olvidéis que somos muy frágiles. Somos tus pequeños, Madre. Acógenos en Tu regazo y transmítenos Tu protección. Sabemos que nos amas, que no nos dejas, que siempre que lo necesitemos nos enviarás el Espíritu de Tu Hijo, para que salga en nuestra ayuda, el Espíritu Consolador. Gracias, bendita Madre. Gracias por haber querido ser nuestra Madre.

Perseguidos por amar. Comentario para Matrimonios: Mateo 14, 1-12

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EVANGELIO

 

 

Herodes mandó decapitar a Juan y sus discípulos fueron a contárselo a Jesús.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 14, 1-12

En aquel tiempo, oyó el tetrarca Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus cortesanos:
«Ese es Juan Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él».
Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Filipo; porque Juan le decía que no le era licito vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta.
El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos y le gustó tanto a Herodes que juró darle lo que pidiera.
Ella, instigada por su madre, le dijo:
«Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan Bautista».
El rey lo sintió; pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel.
Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven, y ella se la llevó a su madre.
Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús.

Palabra del Señor.

Perseguidos por amar.

¿Hacer lo políticamente correcto, es lo correcto? Sólo haciendo la voluntad de Dios, se puede crecer y ser feliz. ¿Dónde está el amor si no ayudo a orientar a mis seres queridos hacia la Verdad? ¿Dónde está la misericordia en decirle a alguien para que no se ofenda que está muy bien lo que hace, cuando le conduce a la autodestrucción? ¿Cuánto quiero a alguien que no está haciendo la voluntad de Dios y no se lo digo por miedo a represalias?
Los profetas han sido siempre perseguidos por transmitir el mensaje de Dios, que incomoda a los que, dominados por sus pasiones, quieren hacer lo que les place. Los enamorados de Dios, lo representan, transmiten Su Palabra y son capaces de dar su vida por amor a ellos.
Juan el Bautista amaba a Herodes y a Herodías, más que nadie, porque fue el único capaz de decirles que su unión era ilícita y que se estaban haciendo mucho daño a sí mismos y a su alrededor. Juan Bautista es el primer mártir por la defensa del matrimonio. No calló, tuvo la valentía de un profeta que habla de la verdad de Dios, aunque sea perseguido, derramando incluso su propia sangre. Este el modo más definitivo, de dar testimonio de la verdad de Dios y de Su Palabra.

Aterrizado a la vida matrimonial:

(En la sobremesa con los amigos)
Luis (Amigo de Marga y Pablo): Nuestro hijo se divorcia. ¡Por fin! Ha conocido a una chica que es maravillosa y se ha decidido a dar el paso.
Pablo: (Siente un profundo dolor interior) Pero Luis, eso no lo podéis apoyar. Vuestro hijo se está equivocando.
Luis: (Profundamente ofendido) Eso lo dices porque tú no lo has vivido. ¿Cómo te atreves a juzgarnos? Ella le fue infiel ¿Sabes? Y ha vivido un auténtico calvario casi desde que se casaron. Ya era hora de que se acabara esa tortura.
Marga: Luis, por favor, no te ofendas. No queremos hacerte daño, queremos lo mejor para vuestro hijo. Si no le orientáis hacia la voluntad de Dios, va a ser un desgraciado (sin la gracia) aquí en la Tierra, y después, no quiero ni pensarlo. Quizás ahora parezca que es un camino más agradable, pero no es el que Dios quiere. Es la puerta ancha que lleva a la perdición. Por favor, Luis, no te enfades con nosotros.
Luis: ¿De verdad crees que lo que nuestro hijo estaba viviendo con esa tiparraca era voluntad de Dios? Dios no es así. Vosotros los cristianos exigís a los demás lo que nunca haríais, pero claro, desde fuera es muy bonito juzgar a los otros. Sois unos fundamentalistas radicales, y a todo el que no piensa como vosotros, lo condenáis.
Pablo: Luis, te intentamos mostrar la verdad que Dios ha revelado, no algo que nos hayamos inventado. Dios es el Creador de todo, y ha establecido unas leyes, lo que nos destruye y lo que nos construye. Estar o no de acuerdo con Sus leyes no te exime de las consecuencias de no cumplirlas. Por eso, para un cristiano, tener dificultades en el matrimonio no es malo, es un medio para santificarse…
Luis: Está claro que ya no somos bienvenidos en esta casa de santones. Vámonos, Teresa, que tendrán que rezar. (Y se fueron dando un portazo y tristes).
Pablo y Marga: (Rezando) Señor, te pedimos por nuestros amigos, Luis y Teresa, y por su hijo Luis. Estamos dispuestos a ofrecer sacrificios por ellos, si Tú lo quieres, pero ilumínalos, Señor. En Ti confiamos. Amén.

Madre,

A veces es muy duro intentar transmitir la Palabra de Dios a los seres queridos. A veces dejan de hablarnos, o consideran que les estamos despreciando porque no aceptamos sus criterios terrenales. Ellos son víctimas de la cultura reinante, una cultura en la que se busca lo placentero y se rechaza el sufrimiento, un ambiente en el que no cabe el amor verdadero. Ayúdanos a ser fieles a la voluntad y la Palabra de Dios y abre el corazón de esas personas a las que intentamos ayudar por amor a ellas. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.