Archivo por meses: septiembre 2025

Sin remordimientos. Comentario para Matrimonios: Lucas 9, 7-9

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 7-9

En aquel tiempo, el tetrarca Herodes se enteró de lo que pasaba sobre Jesús y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros, en cambio, que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Herodes se decía: «A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?». Y tenía ganas de verlo.

Sin remordimientos.

Cuando metemos la pata por cualquier razón nos surge ese remordimiento por el mal que hemos hecho, del que no nos hemos arrepentido y que nos hace tanto daño pensando en el dolor que hemos podido causar, pero tiene una solución tan sencilla como es pedir perdón. Asumir que nos hemos equivocado y hacer lo posible por reparar muchas veces nos cuesta más de lo esperado por esa mancha que llevamos dentro por el pecado de origen, pero siempre se puede sabiendo que la recompensa es mayor. Cuando nos pasa esto tenemos que mirar en nuestro corazón, que es donde está la fuente de nuestro amor por ser el centro de la persona, donde descubrimos todo lo que somos y sobre todo la capacidad tan grande que tenemos para amar. Ante cualquier sospecha de remordimiento, tenemos que pedir perdón, acudir a la confesión a limpiar nuestra alma y dar luz al mundo con el amor que hay en nuestro interior, porque sin darnos cuenta nuestro corazón está mucho más unido al corazón de Cristo de lo que pensamos. Los matrimonios tenemos que aprovechar la gracia recibida a través del sacramento, donde estamos llamados a ser un solo corazón muy unido al Sagrado Corazón de Cristo y al Inmaculado Corazón de la Virgen María.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Marta: ¡Muchas felicidades Santi! Hoy es nuestro aniversario y le doy infinitas gracias a Dios por todo lo que estamos viviendo juntos a través de nuestro matrimonio.
Santi: ¡Muchas felicidades! Es un regalo todo lo que estamos compartiendo y como cada día es mejor junto a ti.
Marta: Si, como ha cambiado nuestra vida juntos desde que hemos descubierto todo lo que tenemos y recibimos a través de la gracia de nuestro matrimonio.
Santi: Descubrir que siempre hay una recompensa mayor al salir de mi yo para entregar todo lo que tengo sin esperar nada a cambio y sobre todo haber aprendido a no dejar nada pendiente para mañana pensando que el tiempo lo puede cambiar.
Marta: Así es, con que facilidad íbamos dejando tantas cosas sin darnos cuenta del daño que nos estaba haciendo y como esa sensación de “ya se pasará”, lo hemos cambiado por un perdóname rápido, mostrando lo pequeños que somos y lo mucho que tenemos que mejorar.
Santi: Si, eres la luz de mi día a día, todos los días me sorprendo pensando en si hay algo pendiente y al darme cuenta no me cuesta nada ir a ti para solucionarlo, olvidando la vergüenza que provoca haber metido la pata y con la seguridad que es lo mejor para los dos.
Marta: Hoy es un día especial que merece celebrarlo. Te parece que vayamos juntos a misa esta tarde para dar gracias a Dios y a la Virgen por todo lo recibido.
Santi: ¡Genial! Podríamos ir un poco antes, así aprovechamos para confesarnos y hacemos borrón y cuenta nueva.
Marta: Perfecto.

Madre:

Gracias Madre por mostrarnos el camino más rápido a través del perdón para llegar al sagrado Corazón de Tu Hijo. Gloria a Dios.

Libres y confiados. Comentario para Matrimonios: Lucas 9, 1-6

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

Evangelio del día

Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 9,1-6

En aquel tiempo, habiendo convocado Jesús a los Doce, les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades.
Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles:
«No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco tengáis dos túnicas cada uno.
Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio.
Y si alguno no os recibe, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, como testimonio contra ellos».
Se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la Buena Noticia y curando en todas partes.

Libres y confiados.

Hoy en día nos gusta tener todo bajo control, todo asegurado, atado y bien atado, queremos vivir tranquilos y así contratamos todo tipo de seguros; de vida, de muerte, de coche, de hogar, de viaje, de salud, de mascotas…. En fin, nos gusta vivir seguros…
Jesús en cambio nos envía sin bastón, sin alforja, sin pan, ni dinero, ni túnica de repuesto…Aparentemente nos envía sin nada. Pero lo que El Señor nos pide es que pongamos sólo en Él nuestra confianza, y esto es profundamente liberador.
Lo que hace fecunda una palabra, una visita, una sonrisa, no somos nosotros, sino el Espíritu Santo actuando a través de nuestra pobreza. San Pablo lo explica con una imagen preciosa: “Llevamos este tesoro en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros.” (2 Corintios 4,7). Ese tesoro es Cristo en nuestro matrimonio. Aunque seamos frágiles, aunque no tengamos nada, Él hace brillar su amor en nosotros y en nuestra pobreza brilla más claramente su providencia.
Este evangelio nos obliga a revisar nuestras seguridades, ¿cuántas veces posponemos el bien por sentirnos “no preparados”? ¿cuántas veces pensamos: cuando tenga más tiempo, más conocimientos, más estabilidad… entonces sí podré…
Esposos ¡tenemos una misión! Somos enviados a anunciar la Belleza del Matrimonio cristiano y la buena noticia del Reino de Dios en nuestras familias. No necesitamos más que el Amor de Dios entre nosotros, no es cuestión de argumentos, sino que al vernos puedan decir como decían de los primeros cristianos “mirad como se aman”.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Clara: ¿Te diste cuenta de lo que me dijo ayer tu hermana?
Luis: ¿Qué te dijo?
Clara: Que le llamó la atención cómo me mirabas mientras hablábamos en la cena. Que parecía que estabas escuchando con todo el corazón.
Luis: Pues no hice nada especial…
Clara: Para ti será natural, pero para otros es raro. Parece que es más habitual lo contrario, que los matrimonios se hieran con palabras, se ignoren… y resulta que nuestra forma de tratarnos también habla de Dios.
Luis: ¿Entonces… evangelizamos sin darnos cuenta?
Clara: Eso parece…además me dijo que les dio mucha esperanza ver que es posible un amor así y que le entraron ganas de querer quererse más…
Luis: ¡Y pensar que lo único que hice fue mirarte como siempre!
Clara: Esto como dices lo hemos hecho sin darnos cuenta, ahora toca ser conscientes y comprometernos con nuestro párroco, que lleva tiempo queriendo empezar un grupo de matrimonios y necesita alguien que le ayude a arrancar y acompañar.
Luis: Bueno, no tenemos nada de experiencia en estas cosas, vamos con lo justo; nuestra disponibilidad y nuestra mirada, jajajajaja…¡vamos!

Madre,

Danos un corazón misionero. Llevamos un tesoro en vasijas de barro, pero no vamos solos, tú nos guías y nos acompañas y al final Tu Inmaculado Corazón triunfará. ¡Reina de los Apóstoles, ruega por nosotros!

¿Te lo vas a perder? Comentario para Matrimonios: Lc 8, 19-21

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

Evangelio de día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 8, 19-21
En aquel tiempo, vinieron a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él. Entonces le avisaron: «Tumadre y tus hermanos están fuera y quieren verte». Élrespondió diciéndoles: «Mimadre y mis hermanos son estos: los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

¿Te lo vas a perder?

Este evangelio, a primera vista, puede desconcertar, porque da la impresión de que Jesús desprecia a su Madre y a sus familiares. Pero la realidad es justo la contraria: los ensalza, mostrando el verdadero motivo por el que son íntimos Suyos: escuchan la Palabra de Dios y la cumplen, y al hacerlo, viven en un mismo Espíritu, que es lo que les hace uno con Cristo. Jesús aprovecha la ocasión para invitarnos a vivir en esa misma intimidad con Él. Para los esposos esto significa que no hay unión humana más fuerte entre nosotros y con Jesús, que la que nos da el sacramento; presencia real del espíritu Santo entre nosotros. Por lo tanto no se trata simplemente de hacer cosas juntos, compartir tareas o aficiones; se trata de algo mucho más profundo: a través de nuestro amor, cada vez que nos entregamos, nos perdonamos, rezamos, nos servimos el uno al otro unidos a Jesús, dejamos que Él se encarne en nosotros, nos hace uno y nos hacemos íntimos de Cristo. ¿Quién se lo va a perder?

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Esperanza: Ay Jaime doy tantas gracias a Dios por la unión tan impresionante que estamos experimentando… Y todo es gracias a la oración Jaime, y a que estamos siendo fieles a la oración conyugal.
Jaime: Si Espe. Es así. Muchas veces se me pasaba por la cabeza que quizá para unirnos más tendríamos que compartir aficiones, o más tiempo juntos…no sé… y bueno por supuesto es importante, pero verdaderamente lo que nos está haciendo crecer en nuestro amor y en intimidad entre nosotros y con el Señor, es la oración. Qué importante es. Es imprescindible para hacernos una sola carne; por eso el demonio pone siempre tantos obstáculos.
Esperanza: Así es mi amor. Tenemos que ser fuertes y perseverar en la oración porque si ahora nos sentimos unidos, vamos a alucinar con lo que va a hacer el Señor con nosotros si no desistimos.
Jaime: Yo voy a por todas Esperanza, le doy un Si gigante al Señor.
Esperanza: Ese es mi Jaime, ¡ay qué te quiero yo!
Jaime: Anda que yo…

María,

Decían los santos Padres de la Iglesia que eras más dichosa por creer que por engendrar. Eres modelo perfecto de discípula que acoge y guarda la Palabra. Te pedimos Madre, que como tú digamos siempre cogidos de tu mano: Hágase en nosotros Tu voluntad. ¡Alabada seas por siempre!

RETIRO MATRIMONIOS ASTURIAS (CON NIÑOS)  12 – 14 DICIEMBRE 2025

RETIRO MATRIMONIOS ASTURIAS (CON NIÑOS)  12 – 14 DICIEMBRE 2025

¡Mira como luces! Comentario para matrimonios Lucas 8,16-18

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 8,16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«Nadie ha encendido una lámpara, la tapa con una vasija o la mete debajo de la cama; sino que la pone en el candelero para que los que entren vean la luz.
Pues nada hay oculto que no llegue a descubrirse ni nada secreto que no llegue a saberse y hacerse público.
Mirad, pues, cómo oís. Pues al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener».

¡Mira como luces!

El evangelista relata estas palabras de Jesús después de haber hablado de la llegada del Reino y cómo hay que acogerlo en nuestro corazón. El Reino es Cristo que llega a nuestra vida. Cristo es esa luz que irradia la lámpara. Una luz que no es para esconderla, sino para alzarla con el fin de que alumbre todas nuestras realidades y las transforme. Solo la luz de Cristo puede sanar las heridas que nos hacen tanto daño, y solo la luz de Cristo puede traer la plenitud a la que estamos llamados en nuestra vocación de esposos. Cuando los matrimonios vivimos bajo esa luz nos convertimos en esa lámpara encendida de la que se vale Jesús para iluminar al mundo. Sin esa luz, el mundo no ve, no entiende, su corazón se va embotando cada vez más y termina perdiendo hasta lo que creía tener.

Aterrizado a la vida Matrimonial

Rocio: Luis tenemos que rezar por Lourdes. Hoy al acabar la misa se ha acercado y me ha dicho emocionada que al vernos comulgar juntos con tanta ternura, le ha hecho recordar su matrimonio roto y cómo siente todo lo que ha perdido.
Luis: Rezaremos por ellos. Para Dios no hay nada imposible. Nosotros también podríamos haberlo perdido todo si Cristo, por su Gracia, no nos hubiese iluminado. De esta manera descubrimos lo que estábamos haciendo mal y nos mostró todo lo que tenía para darnos.
Rocío: Es verdad… La relación con tu familia era causa de tantas discusiones y heridas… ¡podíamos haberlo perdido todo!
Luis: Doy gracias a Dios por iluminar cada día nuestra vida.

Madre,

Guíanos hacía tu Hijo, para que Su luz nos ilumine y sepamos qué debemos cambiar en nosotros y así dar gloría a Dios con nuestra vida. ¡Gracias Madre! ¡Alabado sea el Señor!