Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 9,51-56
Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él.
De camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron:
«Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?».
Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea.
Ante el rechazo, entrega.
En este pasaje del Evangelio observamos cómo los samaritanos no recibieron al Señor por su aspecto. Ante esta situación Santiago y Juan quieren venganza, se sienten ofendidos, pero ¿qué hace Jesús? Él los reprende, siente compasión hacia aquellos que “viendo, no ven” porque aún no le han descubierto por la cerrazón de sus corazones. El Señor nos busca constantemente para quedarse con nosotros, pero si no le acogemos, Él continúa, no fuerza esa relación de Amor y espera con paciencia a ser acogido.
Así debemos hacer nosotros los esposos; aun cuando no somos capaces de ver a nuestro esposo con la dignidad de hijo de Dios o aun cuando no nos sentimos correspondidos, debemos seguir amando, sin enfadarnos ni ofendernos, continuar nuestro camino y buscar otro momento donde mi esposo sí tenga el corazón receptivo.
Para lograrlo, es necesario que tengamos cada día esos ratos de oración con el Señor para poder enamorarnos de Él, asemejarnos a Él, en definitiva: amar como Él.
Aterrizado a la vida Matrimonial:
Álvaro: ¡Muchas felicidades cariño, hoy es un gran día! Celebramos nada menos que 19 años de casados. ¿Sabes una cosa? Esta mañana, durante la oración, Jesús me ha mostrado que, desde el primer momento, ha querido reinar en nuestro matrimonio y hacernos inmensamente felices… pero, por la dureza de nuestro corazón no puedo ser; ¡cuánto nos ha costado acogerle incluso en esos momentos tan difíciles!. Hoy le doy las gracias por su paciencia y su misericordia con nosotros.
Nuria: ¡Muchas felicidades para ti también esposo! Sí, es curioso como Él no se cansa nunca de esperar y nos busca constantemente para salvarnos con todo tipo de mediaciones. Nos ha enviado familiares que nos han hablado de los milagros del rezo del santo rosario, sacerdotes que nos han acompañado y aconsejado o amigos que nos recomendaron hacer el retiro de Proyecto Amor Conyugal, ir a los grupos de catequesis… Realmente, Él ha estado siempre a nuestro lado, aunque no supiéramos reconocerle.
Álvaro: Ahora entendemos muchas cosas, todo lo maravilloso que nos ha regalado, pero también todas esas pruebas que ha permitido y que tanto dolor nos causaban; realmente han sido tan necesarias para la purificación de nuestros corazones. Sin todo eso, por nuestro orgullo, no hubiéramos abierto nuestros corazones a Jesús. Todo formaba parte de Su plan.
Nuria: ¡Qué grande es el Señor que nos permite dar testimonio que, por Su Misericordia, es posible hacer nuevo lo viejo, transformar un matrimonio roto en un matrimonio que ha descubierto el tesoro de su vocación!
Madre,
Te damos las gracias por acudir al auxilio de tantos matrimonios que están sufriendo para que no se sientan solos.
¡Gloria al Señor que hace todo nuevo!









