Archivo por días: 27 enero, 2025

Atar al enemigo. Comentario para Matrimonios: Marcos 3, 22-30

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Marcos 3, 22-30

En aquel tiempo, los escribas que habían bajado de Jerusalén decían:
«Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios».
Él los invitó a acercarse y les hablaba en parábolas:
«¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino dividido internamente no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa.
En verdad os digo, todo se les podrá perdonar a los hombres:
los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre».
Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.

Atar al enemigo.

El amor propio es el gran enemigo del matrimonio, y es un enemigo realmente fuerte. ¿Cómo echarlo de dentro del alma si no lo atamos antes? Porque normalmente mi amor propio es más fuerte que mi amor a mi esposo.
Pues atándolo. Y ¿Cómo atarlo para echarlo de dentro de mí? Lo dice el Señor en otro Evangelio: El que quiera ser discípulo mío, que se niegue a sí mismo, coja su cruz de cada día y me siga. Es decir, negarme a mí mismo: mis apetencias, mis gustos, mis criterios, mis exigencias… ¡Átalo primero! Y cuando ya esté debilitado, entonces échalo de tu interior para que pueda entrar Dios.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Nacho: A mí, Silvia, me gusta comer antes de las dos. Pues hoy son las tres y me aguanto por la gracia de Dios.
Silvia: A mí me gusta, Nacho, tenerlo todo controlado en casa. Pues me aguanto por la gracia de Dios con la basura en la cocina desde ayer.
Nacho: A mí no me gusta quedarme en casa tranquilo. Pues me aguanto por la gracia de Dios y no organizo planes.
Silvia: A mí me gusta que me escuches con atención y que no haga nada mientras te hablo. Pues me aguanto por la gracia de Dios y te dejo que arregles el tostador mientras.

Madre,

Ayúdanos a atar al Amor propio. Alabado sea el Espíritu Santo.