Archivo por días: 8 octubre, 2024

Primero «ser». Comentario para Matrimonios: Lucas 10, 38-42

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EVANGELIO

Marta lo recibió en su casa. María ha escogido la parte mejor.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 38-42

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose, dijo:
«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano».
Respondiendo, le dijo el Señor:
«Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».

Palabra del Señor.

Primero «ser».

Por mucho que queramos no es comparable lo que le podamos ofrecer al Señor que lo que Él puede darnos a nosotros. Es más, a Él le agrada más que acojamos el alimento que Él nos da, que todo lo que podamos hacer nosotros por Él. Por eso, nosotros tenemos esa máxima: «Ser para luego hacer». En la medida en que «seamos» Esposos Eucarísticos, podremos ser Esposos Misioneros y así seremos portadores de Su Palabra para la santificación de muchos esposos que están afanados con muchas cosas, pero perdidos como ovejas sin Pastor.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Carlos: Tengo tantas cosas que hacer, que no tengo tiempo para rezar y cuando rezo me despisto mucho pensando en lo que tengo pendiente.
Mercedes: No tienes tiempo para Dios ni tampoco para mí. Eso es lo que pasa cuando nos afanamos con las cosas del mundo, que son vanidad de vanidades. Al final el orgullo se apodera de nosotros por creernos indispensables, pero la realidad es que, cuando morimos el mundo sigue adelante como si nada.
Carlos: Entiendo lo que me dices y creo que tienes razón, pero ¿Cómo paro esta vorágine de vida que llevo?
Mercedes: Tu trabajo es importante, pero te propongo que te pongas un horario y en eso seas inflexible, porque el resto del tiempo lo necesitas para lo único necesario. Así le llama el Señor a ese rato con Él y conmigo: La única cosa necesaria.

Madre,

Cada vez tenemos más experiencia de que el Señor es lo único necesario. Todo lo demás vendrá por añadidura. Alabado sea el Señor que se nos da sin medida.